La terraza

Gracias a Guysen.

Los israelíes han demostrado de nuevo haber captado a la perfección la idiosincrasia de los españoles. Se inauguraba en Jerusalén hace tres días un espacio que Israel ha dedicado a España, con el nombre de “Reyes de España”. Ya se sabe. España es un país donde lo cool es declararnos republicanos y entre amigos criticar a la monarquía para acto seguido batir el récord de inclinación de espizano en cuanto saludamos a un miembro de la realeza, incluyendo a los de segundo y tercer grado. Curiosamente los que hacen más obsequiosas reverencias son los que en público constantemente se declaran más republicanos que los demás. Un servidor todavía recuerda la visita de los Príncipes a su lugar de trabajo. Naturalmente inclinó la cabeza. Como todos.

El espacio dedicado a España por Israel no es una calle, ni un puente, ni una plaza. Es una terraza. Una terraza en Jerusalén es un hermoso elemento arquitectónico, pero es que además en España constituye el hábitat natural de su población desde la avanzada primavera hasta los fríos otoñales. Una explanada llena de sillas y mesas (y gente) con camareros cargando bandejas repletas de cervecitas, raciones, servilleteros, palillos y platos con el dinero de la vuelta. Niños jugando alrededor y todo hasta bien entrada la noche. Más español que la terraza pocas cosas… tal vez la fascinación monárquica inconfesable.

Pero el detalle demoledor es el mapa que hay en la terraza “Reyes de España”. En alguna crónica ha llamado la atención la falta de las Canarias en el mapa. Bueno tampoco nos pongamos así, al fin y al cabo los periodistas españoles nos pasamos el día diciendo que Tel Aviv es la capital de Israel, que es un error geográfico bastante más grave y, sin duda alguna, con mucha más mala leche. El dato que demuestra que los israelíes están en todo es que el límite entre Valladolid y León está borrado y uno no puede evitar recordar que Zapatero es un señor de León… que nació en Valladolid. Eso es hilar fino.

A la inauguración asistió el presidente de Israel, Shimon Peres. En el blog estamos convencidos de que, como somos un país elegante, en breve España le dedicará un espacio público a Israel a cuya inauguración seguro que van los Reyes. Por si acaso estamos ensayando la inclinación. Cuando nadie nos ve, claro.

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Canciones grabadas en el alma

No me pregunten por qué, pero esta primavera Israel está siendo bendecido por una lluvia de cantantes argentinos: Coqui Sosa, Nito Mestre, Charly García, Marcela Morelo y Víctor Heredia, van aterrizando uno a uno (desde marzo hasta fines de mayo). Israel, es una manera de decir, o un sueño que los visitantes aún tienen por cumplir. La gran mayoría de los concurrentes a los recitales no son hebreo - parlantes nativos de Israel sino, inmigrantes latinoamericanos, novatos y veteranos. Y es precisamente el encuentro de estos dos últimos grupos, que conforman la población de "drom-americaim"1 en este país, una de las consecuencias más emotivas del diluvio musical.

Ocurre, que a pesar de que para los de afuera podemos parecer un grupo homogéneo, en realidad hay profundas diferencias dentro de la comunidad latina en Israel. Uno de los parámetros distintivos que salta a la vista, o más exactamente, al oído, es el acento. Fuera de Israel se puede suponer, erróneamente, que la existencia o no existencia de éste, está directamente correlacionada con la antigüedad en el país. Pero no son precisamente los años que uno lleva aquí, lo que determina si cuando uno dice simplemente "¡shalom!"2, nuestro ocasional interlocutor ya sabe que está hablando con un "drom-amerikai", sino la impronta que uno adopta al llegar al país.  

Ya en el primer encuentro – que para muchos es, literalmente, un encontronazo- con el hebreo, uno elige (a veces de manera espontánea y otras, deliberadamente) entre dos caminos: dejar fluir el acento natural (que por ejemplo, no distingue entre la V y la B, dos sonidos marcadamente diferentes en hebreo) o imitar la forma de hablar de los nativos. Si uno se mantiene fiel a la primera opción, aún después de treinta años (y lo digo con el aval de la experiencia) nuestro origen queda al descubierto con el mencionado "¡shalom!". En cambio, si elige la segunda alternativa –ya sea con mucho esmero o bendecido por un talento para los idiomas– puede llegar a borrar toda reminisencia del mismo, aunque muy pocos lo logran de manera cabal.

Otra de las diferencias más notables giran alrededor de la inserción social – laboral. Están quienes llevan un estilo de vida completamente "israelí": hablan hebreo en la casa; sus preferencias culinarias coinciden con las locales; su procedencia constituye una minoría en su lugar de trabajo; su grupo social está conformado por israelíes nativos o de distintos origenes etc. Frente a ellos, está el grupo constituído por quienes viven acá, pero mantienen una agenda latina, en todo lo que de ellos depende: hablan castellano no sólo con su pareja sino con los hijos, nacidos o que crecieron aquí; viven con el mate a cuestas; no se saltean los asados de los fines de semana; tienen a "Clarín", "tumeser" o semejantes, como página de inicio en la computadora familiar, etc.

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La actuación de la Liga Árabe en la Argentina durante la década del ’60. El primer antecedente del antisemitismo disfrazado de antisionismo.

El límite borroso entre antisionismo y antisemitismo viene siendo un tema de debate y preocupación entre los intelectuales de la comunidad judía. Aunque hay un consenso bastante generalizado en que la mera oposición a políticas particulares del Estado de Israel no necesariamente constituye indicador de antisemitismo, existen autores como Yehuda Bauer para quienes “el rechazo de principio de la independencia judía y a los derechos nacionales del pueblo judío, o la oposición al sionismo como movimiento nacional sí constituyen una forma de antisemitismo”1. Personalmente, considero que esta afirmación es pasible de ser polemizada pues podría interpretarse que da por sentado que “los derechos nacionales del pueblo judío” incluyen per se la soberanía sobre la totalidad de la Palestina histórica o Eretz Israel (como prefiera nomenclarse) o que el sionismo es el único movimiento de reivindicación nacional legitimo que existió en la historia del pueblo hebreo. En ese sentido, la identificación directa que hacen muchos antisemitas entre sionismo y judaísmo es replicada por dirigentes de las organizaciones hebreas al hacer coincidir judaísmo y un proyecto específico de nacionalismo judío (es decir, el sionismo) sin ninguna mediación ni sutileza semántica.

Frente a la repercusión que tuvo en la opinión pública Argentina el bombardeo del sur del Líbano por parte de las fuerzas armadas israelíes en el año 2006, un conjunto de pensadores de la comunidad publicó un documento titulado “Controversias. Discursos contrahegemónicos sobre el antisemitismo, los medios de comunicación y el conflicto de Medio Oriente” en que exponían su preocupación por la constatación de que el conflicto en Medio Oriente había desatado una serie de producciones (diarios, revistas, panfletos y solicitadas) y manifestaciones que, según los autores, “generaron inquietud y rechazo en el conjunto de la comunidad judía”.

Aunque las críticas que circulan en medios académicos, activistas e intelectuales sobre las políticas del Estado de Israel puedan ser razonables, no todas ellas parten de presupuestos humanistas y universalistas que excluyan un juicio negativo sobre los judíos en cuanto comunidad organizada o grupo étnico-nacional con reivindicaciones propias.  
    
Es por ello que he abordado el que considero el primer antecedente notorio en la Argentina de un discurso antijudío disfrazado de crítica antisionista. Se trata de la actuación en Buenos Aires entre los años 1962 y 1965 de la Delegación de la Liga Árabe para América Latina, con Hussein Triki a la cabeza. El propósito de esta entidad en la capital argentina era comunicar, difundir y “esclarecer” la ilegitimidad, violencia y carácter colonial e imperialista del movimiento sionista y las consecuencias nefastas que sus acciones estaban teniendo para la población nativa árabe de la Palestina histórica.

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Tres Mujeres Líderes Modernas Pioneras (siglos XVI y al XIX)

Toda sociedad se preocupa de la naturaleza de su liderazgo; un vistazo a cualquier periódico en cualquier día nos revela la profundidad y omnipresencia de esta preocupación y nos muestra la forma en que los talentos de los líderes fueron juzgados por aquellos que los han elegido.  Las líderes mujeres raramente tenían las mismas opciones que tenían los hombres, especialmente antes de la era moderna.  En el mundo judío, la tendencia a excluir a las mujeres del mundo del estudio casi siempre significaba que los roles de liderazgo eran en el mejor de los casos difíciles de alcanzar, y en la realidad, inexistentes.  Sin embargo, cada tanto, una mujer judía lograba encontrar un modo en el cual utilizar sus talentos y forjarse un rol de liderazgo.  Doña Gracia, Asenath Barazani y Rachel Verbermacher son tres de estas  mujeres.  Sigue un breve análisis de sus excepcionales habilidades de liderazgo.
 

Doña Gracia nació en Portugal en 1510 en una familia de acaudalados exiliados españoles que fueron forzados a convertirse en 1497.  Se casó con Francisco Mendes, un adinerado converso cuya familia también había abandonado España antes que convertirse.  Era un exitoso comerciante, que lamentablemente falleció después del nacimiento de su hija, dejando a un bebé y a una viuda.  Francisco, evidentemente tenía confianza en las habilidades de su esposa y por lo tanto la nombró custodio de su vasto imperio; esto claramente le dio la posibilidad de usar su talento para trazar nuevos planes de acción.  Como viuda, se beneficio de la independencia que la ley judía les otorga a las viudas y a las divorciadas.  Porque era una sagaz financiera con una asombrosa habilidad para planear por adelantado, pudo no sólo convertirse en una seria socia en el negocio familiar con su cuñado en Amberes, sino también continuar dirigiendo el imperio completamente sola después de su muerte en 1543.  Doña Gracia fue bendecida con una fortuna y una gran habilidad para los negocios, pero también se enfrentó a serios obstáculos cuando dejo Iberia y se puso a buscar un hogar donde pudiera vivir abiertamente como judía.  A medida que logró ir de Portugal a Inglaterra, a Amberes, a Francia, a Ferrara, a Ragusa y a Constantinopla, demostró un altruismo y un amor imperecederos por el pueblo judío mientras lograba escapar de los tentáculos de la Inquisición una y otra vez.

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Auschwitz o Sinai

Nota del Editor: este impactante y a menudo citado ensayo de 1992 sigue siendo vigente hoy en día.

Hay hoy en día un saludable espíritu de seria autoevaluación y crítica en la tierra. El triunfante éxtasis de la Guerra de los Seis Días ya no domina la conciencia de muchos israelíes.

Mirando hacia atrás, el jubiloso sentido de victoria creado por la Guerra de los Seis Días fue una bendición ambigua. Aparte del efecto positivo de despertar al mundo judío a la centralidad e importancia de Israel, también dio origen a hybris y autoadulación nacional.

Actualmente existe una sobria apreciación generalizada de las complejidades morales y políticas y un serio sentimiento de responsabilidad por las consecuencias no planeadas de nuestras acciones. Estos elementos se hicieron sentir durante la reciente guerra y son signos positivos y esperanzadores de una orientación madura hacia la vida.

El hecho que el país tolera desacuerdos serios y a menudo acalorados es una señal de salud y fuerza internas. No hay ninguna duda que la sociedad israelí contiene las vitales fuerzas morales necesarias para la regeneración y la renovación.

En la tradición judaica, la creencia en la renovación ha sido resultado del respeto por la autocrítica madura e inteligente. Jeshbon HaNefesh (auto examen) es una condición necesaria para la teshuvá (arrepentimiento y renovación). La honestidad consigo mismo y con otros es una precondición para la creatividad y el crecimiento humano auténtico. La autoalabanza y la adulación son engañosas y conducen a la dejadez moral y a deleitarse con el status quo. Los avances en el espíritu humano son facilitados por el coraje de admitir fracasos morales.

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(Mucho) después de Auschwitz

I

Una de las noches, avanzada la madrugada, descarrilado en un sillón del hotel, siento la voz de una de mis alumnas que me susurra, "estoy mal, todo el mundo llora, pero yo siento que a mi no me pasa nada". Ese día habíamos visitado la cámara de gas del campo de exterminio de Majdanek.

II

Recorrer Varsovia es un acto de imaginación. El gueto solo puede corporizarse a través de la impostación imaginativa de sus límites. ¿Pero cuáles son los límites del gueto de Varsovia? Los mapas indican adecuadamente los contornos y sin embargo uno camina por la Varsovia moderna sabiendo que la misma acera, la misma curva, la misma esquina... Casi en un acto extático, debe uno encontrar en sus adentros las murallas del gueto para proyectarlas al exterior; pero las murallas no vienen solas. Vienen acompañadas por una multitud de olores, angustias de otros, sollozos de niños, mareos de hambrunas, miedos, putrefacciones. Caminar por Varsovia es imaginarse en el gueto que ya no existe; es sacar de adentro de uno todo el decorado que una vez objetivado, sirve de puente abierto a una transportación numínica indescriptible. Es la única forma de visitar el gueto de Varsovia. Ese día, en pleno cementerio judío del gueto, mientras casi me desvanecía por el olor a podrido de una cloaca, yo vi a un chico asomar la cabeza por allí para escapar, y morir en el intento.  

III

¿Puede una experiencia estética resultar para otro, una desapercibida vista de colores y formas? ¿Puede un barrio de Varsovia constituirse en una experiencia real de sensaciones situadas en un día frío de 1941? ¿La diferencia siempre es metafísica? Y si así lo fuera, ¿vale? ¿Pero estamos hablando de lo mismo, cuando nos referimos a un museo de arte moderno, que cuando nos referimos a un museo testimonial? ¿Y si el museo testimonial coincide con el territorio? ¿Y si toda Polonia es un gran museo? ¿Y si los testimonios necesarios no emergen en la palabra? ¿Y si alguien no conecta? 

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La mística del lenguaje


El Silencio, la Memoria  y el Exilio, fueron argumentos sobre los cuales reflexionamos, directa o indirectamente. El Lenguaje, de alguna manera quedó velado, deseamos iniciar a bucear en este argumento infinito, riesgoso y muchas veces maltratado.

Analizaremos el Lenguaje a partir de las intuiciones de pensadores y de artistas que comprendieron la existencia de una LLAVE, de un camino vital, sin las trampas retóricas típicas del racionalismo. 

Intentaremos descifrar las complejidades del Lenguaje y de los lenguajes en la vida y en las artes, utilizaremos claves y llaves con las cuales abriremos mundos aparentemente ocultos o velados: “Según el concepto doctrinal de la sinagoga, la revelación es un suceso acústico, no visual, o al menos acontece en una esfera que metafísicamente está relacionado con lo acústico, lo sensorial. Una y otra vez se resalta esto aduciendo las palabras de la Torah: “No habéis visto ninguna imagen…solo una voz…”( Dt. 4-12). La palabra de Dios se hace perceptible por medio del lenguaje humano, siendo así que, por otro lado, tal palabra de Dios se da en la experiencia humana”(1). La palabra  EXPERIENCIA, es una de las palabras y conceptos mas desarrollados por Benjamín. Chagall escribe y pinta partiendo de sus experiencias existenciales y metafísicas. Un ciclo vital, que deja HUELLA, como diría Benjamin. “El punto de partida de todas las teorías místicas del lenguaje a las cuales pertenece también la de los cabalistas, lo constituye la convicción de que el lenguaje, el medio  en el que se desarrolla la vida espiritual de los hombres, posee una cara interna, un aspecto que no se agota por completo en la relación de comunicación entre los seres” (2). El hombre se comunica, busca hacerse comprensible para los demás, pero en todos estos intentos late algo que no es solo signo,  comunicación, significado y expresión. “¿Qué es esa dimensión secreta de la lengua y del lenguaje, sobre cuya existencia están de acuerdo desde siempre todos lo místicos, desde los de la India, a los místicos del Islam y los cabalistas? La respuesta no puede ser dudosa: lo que constituye esa dimensión es el carácter simbólico de la lengua”. “Desde siempre han percibido en la lengua un abismo, una profundidad que se han propuesto medir y así superar.

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El maravilloso mundo del Dr. Parnassus

El doctor Parnassus es un anciano que lleva una barraca de feria con su hija y dos empleados. En ella, cualquier espectador puede penetrar en sus fantasías, pero presenta el peligro de que no siempre es fácil volver de ellas. El negocio no va muy bien y, además, la familia tiene que enfrentarse a una apuesta que hizo el padre años atrás y en la que pone en peligro a su hija. Casualmente, se encuentran con un hombre que padece amnesia colgando de un puente y permiten que se una a su troupe, lo que hará que cambie mucho su situación. El negocio mejora, sí, pero la joven hija del dr. Parnassus, que hasta ese momento flirteaba con el ayudante, empieza a tener dificultades para saber si le gusta más él o el olvidadizo recién llegado.

¿Quién no quiere atravesar el espejo mágico de Terry Gilliam? Los seguidores de uno de los creadores cinematográficos más imaginativos y personales, uno de esos artistas que no tienen sólo un sello identificativo sino un estilo propio, rico y barroco, fantasioso y metafórico.

No obstante, también tiene uno de sus grandes defectos: cierta dispersión a la hora de contar una historia más o menos coherente, aunque estemos hablando del fantástico, un género que permite ciertas licencias. El resultado volverá a apasionar a sus fans, aunque puede que haga emigrar de la sala a más de un espectador interesado en ver la última película de Heath Ledger.

El argumento es compacto. La lucha del bien y el mal (el Dr Parnassus versus Mr. Nick), el amor de chico encuentra a chica y pelea por ella, el salto sin red de la juventud a la madurez, el paso del tiempo y el anhelo de permanecer… se encuentran perfectamente trabados en una cadena de aventuras en las que sobresalen la interpretación magistral de Christopher Plumer -como Dr Parnassus- y Heath Ledger -como Tony.

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“Tenemos mucho que mejorar, pero también mucho para sentirnos orgullosos”

"Lo afirma el Presidente de la Knesset, Parlamento de Israel, Reuven Rivlin, en una entrevista especial a Semanario Hebreo”. Reuven (Rubi) Rivlin (70), actual Presidente de la Knesset (Parlamento de Israel), se enorgullece, ante todo, de destacar que es “séptima generación” de nacidos en Jerusalem. Este abogado, político, miembro del partido Likud, encabeza la Knesset por segunda vez, tras haber servido en distintos períodos como diputado y ministro.

Es una figura de posiciones políticas firmes, que ha expresado también contra la corriente, como al oponerse a la salida de la Franja de Gaza en el 2005, por la que criticó abiertamente al entonces Primer Ministro Ariel Sharon. Más allá de las discusiones sobre temas polémicos en la sociedad israelí-alegando algunos de sus críticos que “politizó” el cargo de Presidente de la Knesset- Rivlin es una persona querida por la opinión pública israelí. Años atrás intentó ser electo Presidente del Estado, pero se retiró de la contienda al comprender que el ganador sería Shimon Peres.

Cuando se lo entrevista por radio en Israel, siempre responde al saludo con el que se abre la transmisión, con las palabras: “Shalom desde la Jerusalem unificada, capital de Israel”.

En esta entrevista que nos concedió para el número especial de Iom Haatzmaut, habla de sus convicciones y sus sueños, lo cual también equivale a decir de sus dudas y temores. Este es un amplio resumen del diálogo mantenido.

P: Sr.Rivlin, usted me recibe en su despacho en medio de Iom Hashoa, poco después de haber participado en la ceremonia “Cada uno tiene un nombre”, en la que se leyeron, aquí en la Knesset, nombres de víctimas del Holocausto. Dentro de pocos días se conmemora el recuerdo a los caídos en la lucha por la defensa de Israel (Iom Hazikaron) e inmediatamente después Iom Haatzmaut, Día de la Independencia. ¿Cómo ve usted esta combinación de fechas tan cargadas de significado para el pueblo judío?

R: Hay toda una secuencia muy importante. Yo iría más atrás todavía que su pregunta y diría que comienza en Pesaj, la primera fiesta del pueblo de Israel, libre, ya que antes los judíos estaban en la esclavitud en Egipto. Luego llegó el exilio y la dispersión y durante 2.000 años los judíos soñaron con volver a Jerusalem, hacia la que se dirigían sus plegarias. Mi familia llegó a Israel hace 200 años, creyendo que el Mesías volvería. El sionismo derivaba también de la fe en Dios. Fueron retornando judíos de las distintas diásporas y al declararse la independencia de Israel, éramos más de 600.000.Entre ellos, sobrevivientes de la Shoa que llegaron y participaron en la cruenta guerra de liberación e independencia .Desde entonces conmemoramos Iom Hakizaron, el Día recordatorio de los caídos en las guerras, como un día sin el cual es imposible celebrar la alegría de la independencia. La proximidad entre ambas fechas, ese día de recuerdo y el día de la Independencia-que queda simbolizada en el hecho que se baja la bandera a media asta, a las 8 de la noche del día de recuerdo se dice el “Izkor” y luego se iza la bandera hasta lo alto, comenzando los festejos- está destinada justamente a recordar que la alegría se mezcla con la tristeza por aquellos que cayeron a fin de hacer posible la creación del Estado y el regreso del pueblo judío a la tierra de Israel.

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Reedición de un clásico contemporáneo

KRONZ, EL VIAJERO DE SÍ

Luego de diez años de aparecida la novela, editorial Alfaguara anuncia la cuarta y definitiva edición, para España y Latinoamérica, de una novela de primer nivel en el fin de siglo. Se trata de la obra del escritor ecuatoriano Javier Vásconez: “El viajero de Praga”. La novedad es que esta edición viene acompañada de un DVD con ensayos de diversos autores a propósito de la obra, entrevistas, testimonios, etc.

      Al comenzar la novela llueve. Pero no es una lluvia simplemente realista, no es la descripción naturalista, en términos usuales,  de un evento climático. Se trata de la creación de una atmósfera que antecede y sigue los pasos de Kronz, un personaje enigmático, sólido en su diseño e imprevisible que evoca –y sólo evoca- cierta matriz existencialista.

      El viajero de Praga es una novela de personaje, construida en torno a un punto central, enigmático, complejo, verosímil, llamado Joseph Kronz.

      No hay antecedentes en la novela ecuatoriana y difícilmente en la latinoamericana de un mundo trazado con tal coherencia en torno a un ser de carne, hueso y espíritu, alejado de los rasgos folklóricos que a menudo impone el arquetipo al uso continental.

La proeza es múltiple: el lector, sobre todo en las primeras escaramuzas,  cree asistir a una novela de traslación espacial, de viaje, a un movimiento “odiseico”, en el sentido homérico o en el sentido joyceano de El Ulises. Pero los escenarios –Quito, Barcelona, Praga- son elementos cuya construcción textual vigoriza  esa mismidad llamada Kronz, ese punto o nudo ficcional que piensa el mundo, que reflexiona y permite reflexionar sin demorar o posponer otra de las esencias o principios vectores de la novela: la aventura.

      No es una novela de tesis. Sin embargo todo es reflexividad en torno al Dr. Kronz o provocada por el Dr. Kronz. Es una novela de aventuras, sin embargo cada peripecia sorprende y se graba a fuego, pues corresponde a una lógica escritural original, profunda. Cartesianamente “clara y distinta”.

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