"Gurvich, viaje por los tiempos judíos."

Alicia Haber es uruguaya  historiadora de arte, crítica de arte y curadora especializada en arte contemporáneo con particular énfasis en arte uruguayo, teoría del arte y museología virtual.

"La vida de José Gurvich (1927-1974) tiene tantos colores como su maravillosa paleta. Y uno de los grandes méritos de Alicia Haber ha sido y es guiarnos con sabiduría para descubrirlos. De ese modo, la visión del pintor y de su obra adquiere para todos nosotros una significación nueva." Gerardo Caetano.

"Es en el actual contexto multicultural más genérico que debe inscribirse este libro, como un nuevo esfuerzo, a través de la impronta judía en uno de los principales artistas uruguayos del siglo pasado, de rescate y reconocimiento de la diversidad cultural que ha conformado al Uruguay." Felipe Arocena


¿Cómo nace la idea de escribir el libro Gurvich, los tiempos judíos?

Yo hace mucho tiempo que vengo trabajando sobre Gurvich, esta es la cuarta publicación. Yo lo que venía notando es que siempre se habla del taller Torres García, de la Escuela del Sur, se habla de él como un artista que perteneció a cierta época, desarrolló cierta expresividad muy original. El análisis no ponía el énfasis en que todo eso estaba tan intensamente cargado de judaísmo, las experiencias israelíes y las experiencias kibutzianas. Solo lo citaban. No me parece que ponían el énfasis. Un poco porque quizás cuesta poner la judeidad tan sobre el tapete, hay una cierta cosa que de pronto resulta un poco incomprensible. A modo de anécdota a mi me llegaban los comentarios: "mirá que el no hablaba nunca de judaísmo, mirá que el no era religioso." o " mirá que era muy criollo, mirá que tomaba mate ahí en el Cerro con nosotros, el era un uruguayo como todo." Uno mira esa cantidad de cuadros, esculturas y dibujos, toda la producción, y es un artista judío hasta por los poros, cuando la palabra judaísmo aparece poco en la historia de la gente que hablaba sobre Gurvich y a mi me salta inherentemente que es judío. Es muy difícil comprender el judaísmo porque no hay que hablar que uno es judío, no hay que ni siquiera ser religioso, no hay que llevar kosher, ser judío es una cosa muy compleja y hay muchas maneras heterogéneas de serlo. Si la gente no se lo plantea o no lo sabe, queda como que Gurvich fue un hombre original dentro del Escuela del Sur.
Por eso después de todas las otras obras que yo escribí, esta fue dedicada a ese tema como un viaje a Israel al Kibutz Ramot Menashé a hablar con los javerim de el, a investigar más sobre la historia de dónde nació, cómo vivió, cómo era esa Lituania, cómo eran esos años, cómo era el vínculo con su madre. Pienso, justamente haciendo alusión a esto último, la mamá le hablaba en idish, de chiquito le cantaba las canciones en idish de cuna como sucedía en esa época, la mamá habló mal español toda la vida, o sea que en ese hogar se habló idish toda la vida. El era el nene de la mamá hasta que murió en el kibutz. Eso es huella que no hay que ser Sigmund Freud para darse cuenta. Fue el niño de su madre, la perla de sus ojos, ella le decía en idish, "goldene hand", manitos de oro. El ayudó en su hogar económicamente desde los 14 años. Esto hace suponer que el mundo de el fue judaico, después fue criollo también, pero el primer empleador de él fue un judío, fue a la escuela donde iban casi todos los niños judíos con los niños criollos del barrio Sur, mucho de ese ambiente sus padres también hablaban en idish. El idish es una patria como dicen. Yo no soy de esa generación, pero se como historiadora cómo fue esa generación. Eso se te pega en la piel, se pone debajo de la epidermis y te corre por la sangre. Proust, por ejemplo, cuando come la magdalena, todo lo que evoca de su infancia. A veces el recuerdo de una cancioncita, de una comida judía que te daba una abuela, evoca cosas. La mamá le llevaba la comida al ken del Hashomer Hatzair cuando el ya tenía como 18 años. Gurvich utilizaba el ken para pintar porque no tenía lugar ya que vivían en piezas de inquilinato. El sino estaba con la mamá en el inquilinato con otros judíos, donde se vivía una vida casi comunal, estaba en el  ken del HAshomer Hatzair lleno de otros muchachos judíos, en un barrio sur de judíos pobres y a pocas cuadras estaba el ken. En el barrio además estaban las sinagogas y las asociaciones de los obreros de izquierda. La hermana, a la que él adoraba, era fanática del Hashomer y fundó un kibutz. Estos son afectos que te hacen ser judío. Todo lo que el recordaba del shtetl de su abuelo en Lituania, y el hecho que después supo que a esa gente la borraron del mapa. Cuando el pintó el pogrom, no pintó específicamente Shoa, pero no pintó tampoco un pogrom literalmente, pintó una alusión a la Shoa que no necesitaba titular "Homenaje a la Shoa".

¿Qué significa el viaje para Gurvich?

Los artistas en la época de Gurvich comenzaron a viajar fuera del Uruguay. Muchos se fueron a EEUU, viajaban a Europa que es muy común, porque Uruguay es un país muy chiquito con poco acervo cultural de museos por ejemplo. Sin embargo Gurvich  se fue a Israel, más precisamente a un kibutz. No era algo muy común. Yo me detengo en esas experiencias en el libro, quizás porque cuando yo estuve me cambió la vida. Sin embargo no hice aliá, seguí siendo uruguaya, al igual que Gurvich. En ese sentido creo que uno puede volver a la diáspora, pero hay algo que no se te va nunca, es una experiencia transcendental para un judío, sobre todo en aquellos años, en el 54 55, que era prácticamente cuando se formó el Estado. Cuando él llegó la hermana estaba sacando piedras para  crear Ramot Menashe en el 1958 y luego lo vio en el año 70 que ya era un kibutz formado. Sólo es tremendamente conmovedor, era esa Israel pujante de los años pioneros y muy socialista. Quedó maravillado con ese mundo, el pinta, primero en forma realista todo ese mundo de trabajo. El era un hombre humilde instalado en el Cerro, amaba la gente humilde, amaba el trabajo, el era como un obrero del arte que era como le gustaba llamarse. Menashé.  Votó una sola vez en su vida y su voto fue para el partido socialista. El socialismo humanista era parte de su vida, el creía en el ser, en el trabajo, en que hay que ser productivo, no militaba pero creía en esos conceptos.

Tuve la oportunidad de hablar con israelíes que conocieron a Gurvich en las épocas de sus visitas a Israel. Ellos me contaron que siempre hablaban en idish ya que Gurvich no hablaba hebreo. Contaban que tenían un gran sentido del humor, que conocía todo el Shalom Aleichem. Le había quedado evidentemente mucho del judaísmo del shtetl en el mejor sentido. El llegó a practicar los shabatot con la madre que conservaba la religión y comer todas las comidas ashkenazim. La costumbre era comenzarlo en la casa y después ir al hadar a hojel (comerdor) del Hashomer. O sea que el hacía lo religioso con la mamá y después participaba de la parte laica y secular del shabat. Son experiencias sublimes. No fue un hijo rebelde, fue el hijo amado y que amó.

El tiempo judío, al nivel iconográfico se representa a través el espiral. Cuanto de esto hay en la obra de Gurvich?

Hay mucho, en realidad es un concepto torresgarciano del eterno retorno y es un concepto muy positivo que la vida siempre triunfa. El era un hombre muy vital de creer en este concepto firmemente. Los cuadros creados en el kibutz lo reflejan, cuadros que fueron pintados a su vuelta a Uruguay en el Cerro. El quedó con el mundo de vitalidad y efervescencia. Eso era el kibutz en ese momento, crecimiento, siembra, sacrificio, contacto con la naturaleza, concepto de que la vida triunfa. El sol siempre iluminando, conceptos que ya usaba Torres García pero que en Gurvich adquieren un significado diferente. El va buceando desde Israel a otros lugares y otros tiempos. En Israel se puede hacer esos viajes, ya que existe la historia bíblica en esa tierra de historia y futuro. El aparte estaba justamente en una época donde el folklore bíblico estaba muy en auge. Es así que aparecen historias de Salomón, David, Moshe, en el propio lugar donde sucedieron y de forma colectiva, rural y comunal.

Gurvich como artista multidimensional

Los testimonios extraídos son variados. Hay cuestiones que coinciden, era un hombre sencillo y trabajador, no le gustaban los lujos, no era un hombre burgués. Muchos testimonios dicen que fue muy feliz en el kibutz, el era como un obrero. Mismo viviendo en el cerro pintaba con horario, rara vez pintaba fuera de horario. Tocaba el violín y el jalil. Era metódico, era bohemio en apariencia pero no en su trabajo. En el kibutz fue pastor y hacía muy bien su trabajo, el se presentó a ese trabajo porque le permitía estar al aire libre, especular, sacar apuntes, cosas que al el le gustaba hacer. Hizo también un acuerdo con el kibutz para que el resto del tiempo pueda usarlo para crear. También le interesó mucho el proyecto colectivo del kibutz, que está muy vinculado a Torres García. El taller en Uruguay pintó murales y concebía el arte como parte de una sociedad. En Israel hizo murales, pinto los pisos del beit haieladim (jardín de infantes), hizo tablitas para que los niños jueguen, hizo mucho arte participativo. Le gustaba mucho investigar, trabajar con elementos pobres, la generosidad, bondad, ser totalmente desprendido. Con los amigos judíos de Israel, todo ese mundo idishista le salía cuando se encontraba con la gente que hablaba idish. La mayoría de esa gente era sobreviviente de los campos por lo que tuvo un contacto con la Shoa muy directo.
Era un hombre que realmente quería libertad y autonomía. Quería audacia, riesgo aventura, cambio, innovación. El no quería quedarse haciendo un manierismo de la Escuela de Torres García. Evidentemente los viajes, el hecho de irse a un lugar que no sea el centro de Montevideo (Cerro), el hecho de estar enriquecido por otras culturas, el hecho de haber mirado muchos maestros como El Bosco, Bruegel, Chagall, Miró, etc. y la apertura natural que el tenía, hizo que hiciera un arte poco atado a la ortodoxia torresgarciana. Hay teorías que dicen que los judíos se atan poco a las ortodoxias porque han sido diaspórico.

¿Qué significó para Alicia Haber este libro?

Yo he escrito de muchos artistas uruguayos, Solari, Cabrera, y me he emocionado mucho. Pero es obvio que esto toca una fibra en mí muy particular. Esto toca la vivencia y conocimiento que yo he querido profundidad. Es como ponerse el sello que ya tengo puesto. Mi amor al judaísmo a mi identidad y al arte, y una cuarta cosa que es el amor al estudio. Esto me permitió estudiar sobre identidad, judaísmo, historia de Israel, para mi se abre un cambio nuevo del estudio, sobre el folklore israelí, Ben Gurion bajo otras luces. Me siento muy afín al mundo de poder festejar las fiestas en forma comunal y en forma más amplia que la familia. También los años me han hecho valorar la diáspora. Las cosas han cambiado y este acercamiento a la historia de Gurvich me abrieron las perspectivas porque yo vengo del los años 60 donde las cosas eran negras o blancas. Todos podemos tener múltiples identidades ser muy judíos y muy uruguayos por ejemplo. Además que somos muchas personas a lo largo de una vida, no somos una sola persona, porque cambiamos a lo largo de nuestras vidas. El arte de el fue una serie de apuestas al cambios y sumatorias del vivencia. Yo apuesto al cambio y el libro también tiene ese propósito para impulsar a esta sociedad que cambie.





¿Estamos realmente informados acerca de la situación en medio oriente? Entrevista a Jonathan Fine.

altJonathan David Fine (52) obtuvo el doctorado en la Universidad Hebrea de Jerusalén, donde además realizó un máster en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales. Actualmente forma parte del cuerpo docente del Instituto Internacional para el Contraterrorismo y es asesor del gobierno israelí. Fine también se desempeñó como piloto de la Fuerzas de Defensa de Israel, donde además se especializó en comandos tácticos. Ha sido profesor visitante en las universidades de Calgary (Canadá), Leipzig (Alemania), Viena (Austria), y Central Connecticut, Trinity College y Connecticut (Estados Unidos). En 2004 Fine dictó un curso en el Centro de Altos Estudios Nacionales en Montevideo: "Cómo pueden las democracias combatir el terrorismo". Además de diversas publicaciones académicas, Fine también ha escrito obras literarias, algunos relatos cortos y dos novelas publicadas en Israel. En su visita a Uruguay accedió muy generosamente a ofrecernos una entrevista.

¿Cómo puede describir la situación en medio oriente hoy con los hechos sucedidos recientemente en los países árabes?

¿Qué está pasando? No se puede culpar a los judíos por lo que está sucediendo, por eso las organizaciones de derechos humanos están de paro y no saben lo que hacer (afirma irónicamente Jonathan Fine entre risas). Estoy bromeando.

En este momento medio oriente está estallando. Casi 10.000 personas fueron asesinadas en las pasadas tres semanas. ¿Dónde está Amnistía Internacional? ¿Dónde están? La respuesta es sólo silencio. Pienso que lo que está pasando tiene un gran potencial que es positivo pero a la vez peligroso. El lado positivo es que las generaciones jóvenes, que tienen formación académica, se cansaron de las mentiras y la corrupción. Se dieron cuenta que se necesitaba un cambio. El problema es que no están solos. Las organizaciones musulmanas, Irán y el Golfo Pérsico también estuvieron esperando esta oportunidad. Es una oportunidad de entrar al escenario político. Entonces, ¿quién va a ganar? No lo sabemos. El mundo árabe no tiene ningún antecedente de sociedad democrática y esto que está pasando nada tiene que ver con la Revolución Francesa o la Revolución Norteamericana. Lo que pasa en Egipto es muy importante ya que este país es un centro cultural, todo lo que allí pasa va a repercutir en otras áreas. Si Egipto se aborda un gobierno musulmán entonces muy probablemente otros países de medio oriente lo harán.

¿Cuál es realmente la amenaza de Irán?

Yo pregunto además, ¿qué pasa con Turquía? ¿qué pasa entre el presidente de Turquía y el presidente de Irán? ¿qué pasa con la lucha de poder por medio oriente de Turquía, Irán y Egipto?
Ahmed no va a dejar nunca que el presidente de Turquía tenga el poder.
De todas maneras hay otro punto fuerte en este conflicto y este es la influencia de Afganistán en este territorio. También la bomba nuclear de Irán y Hezbollah en el Líbano. Irán de hecho es el país que soporta movimientos como Hezbollah en el Líbano o Hamas en Gaza. Todos ellos protegidos por un paraguas nuclear. Es una situación muy peligrosa.
Hezbollah es el movimiento nacional de liberación del Líbano fundado por la revolución iraní a cargo de Husbaran para completar su visión  de la Yihad que es expansionista y conquistadora. Sólo basta con mirar Irak hoy para ver sus consecuencias.

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El Estilo de tomar decisiones del Faraón y el nuestro

altEn las porciones semanales de esta época del año, leemos acerca de la respuesta de Paró cuando su mundo se viene abajo.  Plaga tras plaga, Paró se enfrenta a la realidad de que el estatus quo ya no puede ser mantenido, pero no logra actuar de acuerdo esto.

Cada vez que ocurre una calamidad, cuando la plaga está en su punto álgido y la devastación de Egipto es palpable, Paró cede y se ablanda y decide liberar al pueblo judío, sólo para revertir su decisión cuando la plaga decrece.  Como nos dice la Torá después de la plaga de las ranas: “Mas cuando Paró vio que había respiro, endureció su corazón y no los escuchó…” (Éxodo 8:11).

Una y otra vez se nos dice que el corazón de Paró se endurece, pero bien podemos preguntar cuál es la naturaleza de un corazón así.  ¿Por qué es este el rasgo que la Torá usa para describir por qué Paró está paralizado y sólo es impulsado a tomar una decisión en el momento en que ocurre una crisis y mientras esta dura?

En esencia el corazón de Paró hace juego con su estilo de tomar decisiones: es reactivo.  Un corazón que es pesado y está duro es un corazón que es lento y está cansado.  Es inerte, un prisionero del destino, no un agente de cambio.  El corazón de Paró puede ser despertado sólo para responder a una crisis, fácilmente se engaña a sí mismo pensando que la crisis es temporaria porque anhela el estatus quo.

Hay mucho que podemos aprender de Paró.  La tradición judía siempre ha tenido una relación inquieta con el estatus quo.  La necesidad de progresar, de mejorar, de estar insatisfecho con cómo están las cosas, nunca está lejos de los textos o de las conversaciones judías.  Es un producto de nuestra experiencia como pueblo, es inherente al imperativo de "seamos un reino de sacerdotes y una nación santa” (Éxodo 19:6).

Como judíos el estatus quo no es nunca algo que exaltemos, siempre conlleva los peligros de la autocomplacencia, de la superficialidad, de corazones duros y pesados.  Si nuestro objetivo es, como el de Paró, mantener el estatus quo, estamos destinados al fracaso – un fracaso no sólo práctico sino también espiritual.

Como pueblo, nos hemos destacado muchas veces por la iniciativa, el autoempoderamiento y la innovación.  El espíritu tan elocuentemente capturado en el libro "Start up a Nation", por Saul Singer y Dan Senor, no es sólo un rasgo del éxito económico de Israel; es también un valor judío. 

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Israel tras condena histórica e indigesta: primer ex presidente a prisión

altEntre la vergüenza y el orgullo

Un cóctel de sentimientos produjo la condena de siete años de prisión dictaminada  –el martes 22 de marzo por un tribunal telavivense– contra el ex presidente Moshé Katzav, de 65 años, tras haber sido encontrado culpable de dos violaciones (y también de obcenidad, acoso sexual y obstrucción a la justicia). Fundamentalmente, vergüenza y orgullo.

Vergüenza, porque se trata de quien fuera el octavo presidente del Estado de Israel, el cargo jerárquico más alto para el cual el Parlamento, se supone, elige a personalidades que cumplen como mínimo, con dos requisitos: una prestigiosa carrera política y una conducta intachable. La intención es obvia, que el «elegido» represente con el respeto y la dignidad que se merece, al pueblo «ídem».

Es verdad que la sociedad israelí –con el decoroso historial que sustenta de personalidades politicas, militares, artísticas y demás que tuvieron algún traspié y en algunos casos hasta profundas caídas que condujeron a sus protagonistas tras las rejas (sin ir más lejos en estos momentos hay dos ex ministros privados de su libertad)– podría estar ya acostumbrada a este tipo de escenas. Pero sucede que un ex presidente acusado de violación –que dicho sea de paso, en ningún momento manifestó arrepentimiento– traspasa  hasta el más frondoso imaginario nacional.

Una prueba más de que la realidad supera la ficción.

También la leyenda de las siete vacas gordas y flacas estaría a punto de cristalizarse de una manera por demás grotesca: Katzav ejerció la presidencia entre los años 2000 y 2007, exactamente el mismo período que le espera de prisión: siete años. ¿Casualidad o causalidad?

El orgullo, que convive junto a la vergüenza, la decepción e indignación, surge desde otra mirada sobre el caso Katzav. Lo genera el reconocimiento de que se trata de un hecho inusual a nivel mundial, de que los fueros judiciales le puedan a quien se escuda para delinquir «a piaccere» detrás de tan alto rango. (Cabe señalar que las víctimas de Katzav eran en el momento de los hechos, empleadas del Ministerio de Turismo y de la Presidencia de la Nación, en los respectivos períodos que ambos despachos estaban a su cargo.) Esto, evidentemente, habla muy bien del sistema judicial, afianza la confianza pública, y lo más importante, alienta a otras mujeres en situaciones semejantes, a valerse del coraje necesario para denunciar a violadores, maltratadores, golpeadores y gente de la misma calaña.

Pero aún así, no todo es color de rosa.

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¿Quién fue Fritz Kalmar? Entrevista a Roberto Kalmar

altLuego de la presentación del libro de Fritz Kalmar "Vivir entre dos mundos. Cuentos de añoranzas de judíos y otros exiliados en Bolivia y Uruguay", Roberto, sobrino de Fritz, accedió generosamente a participar de una entrevista en exclusiva para www.tumeser.com

¿Qué significaba para Fritz Kalmar el Movimiento de Austria Libre?
La FAL (Federación de Austríacos Libres), fundada en 1941, era una reunión de austríacos que habían logrado dejar su país y que desde Bolivia querían sostener la idea de un país libre.
No debe olvidarse que la ocupación (“Anschluss”) de Austria en marzo de 1938 para muchos había sido una acción violenta y contra la voluntad del pueblo. Hoy en día este punto de vista ya no es aceptado de esta forma.
Pero para los exilados en Bolivia la federación significaba dar una señal de creer en que aún existía un país por el cual valía la pena luchar (sin armas). Además, de esta forma podían seguir cultivando la cultura austríaca.
No bien terminó la guerra comenzaron a ayudar a los austríacos mandando paquetes con comida y ropa. Además contactaron a autoridades oficiales austríacas y aliadas.
Todo esto significaba para Fritz Kalmar mantener viva la relación con el país y la cultura en los que se había educado.

¿En qué sentido colaboraba con los ideales del movimiento?
Fritz Kalmar comenzó como vicepresidente y más tarde fue presidente de la federación durante cinco años. Fue el representante oficial de la institución y de esta manera podría decirse que este fue su primer trabajo diplomático.

¿Qué participación tuvo Fritz Kalmar con la cultura uruguaya?
Lo único que sé con seguridad es que puso en escena “La novia vendida” de Bedrich Smetana, obra hasta entonces desconocida en Montevideo. El director de orquesta en la ocasión fue Juan Protasi. (Lamentablemente no puedo decir con seguridad en qué año fue.)
Además fue contactado para poner en escena “L’elixir d’amore” y “Ernani”, proyectos que no se concretaron.
También tengo un programa de una puesta en escena de “El cónsul” (cuya imagen espero no olvidar de mandar con este mensaje).

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Entrevista con Ivri Lider en Uruguay

altLider nació en un  kibutz en el año 1974 y es hijo de padres argentinos que llegaron a Israel en la década del 50 y de quienes incorporó su cultura, su música y con quienes compartió historias y cuentos sobre la Argentina.

Algunos de sus álbumes son "Melatef Umeshaker" (Acariciando y mintiendo), "Yoter Tov Klum Mikim'at" (Mejor nada que casi), "Ha'anashim Hajadashim" (La nueva generación), todos compuestos y producidos íntegramente por él, que fueron y son éxito de ventas, con los que ha logrado discos de platino y de oro, ganando importantes premios, como el premio en Israel al "Artista del año" en el 2000 y  otros premios internacionales.

Se presentó en Uruguay y Argentina en una gira acústica. En Montevideo se tomó un tiempo para concedernos una entrevista. Luego partió hacia la Sala Zitarrosa donde se presentó junto a Dani Umpi en un show organizado por los mismos coordinadores del Jazz Tour.

¿Cuándo empezaste en el mundo de la música?
Cuando tenía cinco años tocaba el piano. Era un niño chiquito tocando música clásica. Empecé a leer música antes que a leer mi propio idioma, hebreo.

¿Cómo podrías definir tu estilo musical?
Hago muchas clases de música: rock y pop. Produzco discos, escribo canciones para películas, escribo música para danza. Hago toda clase de cosas. También mis discos son muy diferentes uno con el otro: uno puede ser muy acústico, suave y meloso, y otro puede ser muy rock electrónico con una mezlca de sample. Me gusta hacer cosas diferentes porque si hago una sola me aburro, así que pruebo diferentes estilos y formas de trabajo.

¿Cuáles son tus influencias para ser el músico que sos hoy?
Me gusta mucho la música romántica así como la música pop. Descubrí la música pop con los Beatles, Bruce Springsteen o Bjork que me gusta mucho. No me puedo olvidar tampoco de Peter Gabriel.

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La revolución democrática en el mundo árabe

altMomentos dramáticos se siguen viviendo en el Medio Oriente, desde que el último 17 de diciembre el vendedor ambulante tunecino Mohamed Bouazizi se prendiera fuego a lo bonzo como protesta por la clausura arbitraria de su puesto ambulante, y sin imaginarlo pusiera en marcha una serie de eventos que se cuentan entre los más trascendentes de la época contemporánea. Al igual que un terremoto, nadie supo predecir ni los propios acontecimientos, ni su envergadura, ni su ocasión, ni su distribución geográfica ni su alcance, y en estos momentos en que el polvo aún no se ha asentado, y en que las noticias siguen persiguiéndose unas a otras, la prudencia y la mesura apenas si permiten arriesgar una primera composición de lugar. Todo lo que pueda aventurarse hoy, corre el riesgo de quedar desfasado, si no ridículo, en un futuro cercano. Ojalá no deba tragarme algún día estas líneas que siguen, y espero no pecar de iluso: no tanto por mi propio prestigio, sino por la enorme posibilidad de cambio que los eventos entrañan.

Lo cierto es que los sucesos actuales en el mundo árabe traerán consigo unos cambios tan profundamente dramáticos, que por largo tiempo rememoraremos estos días revolucionarios intentando comprenderlos cabalmente. La caída de las dictaduras árabes frente a nuestros propios ojos es aún más espectacular que la desintegración de las dictaduras comunistas, por cuanto en aquel entonces no cabía duda que la Muralla de Hierro caería algún día, solo que sin saber cuándo. El desplome en efecto dominó de las autocracias islámicas una tras otra fue un fenómeno impredecible en tiempo, forma y sustancia; nadie supo verlo venir, del mismo modo que aún hoy mismo y con no pocas cartas echadas sobre la mesa, nadie está en condiciones de decir cuán lejos este tsunami llegará.

Los eventos ya mayormente consolidados en Túnez y Egipto dejan traslucir un movimiento de origen social, surgido desde lo profundo de las bases y que no fuera instigado por unas élites militares o religiosas minoritarias, como solía suceder en el mundo árabe. Las multitudes alzaron su voz en contra de la corrupción, la cleptocracia y el nepotismo descarado, y en contra de la extrema pobreza incompatible con los pingües recursos de muchos de esos países. El grito canalizó el descontento popular por la escandalosa desigualdad de oportunidades y la completa falta de horizontes; en contra de la perpetuación en el poder de nefastos coroneles, reyezuelos y líderes nombrados por su propio dedo; de la falta de democracia y el cercenamiento de las libertades de libre pensamiento, de expresión, de culto, de reunión, de movimiento, de asociación. Y por sobre todo contra el miedo constante, el terror organizado, ese pánico perpetuo que paraliza y asfixia. Nada se asemeja a ese momento en que se rompe para siempre la barrera del miedo: no hay vuelta atrás luego de ese quiebre psicológico. El genio de la lámpara, una vez liberado, ya nunca aceptará volver al escondite.

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Ediciones Trilce tiene el placer de invitarlo a la presentación del libro

Vivir entre dos mundos
Cuentos de añoranzas de judíos y otros exiliados en Bolivia y Uruguay
de Fritz Kalmar. Traducción del alemán austríaco por Raquel García Borsani con la participación de
Raquel García, Roberto Kalmar y Dieter Schonebohm.

Martes, 22 de marzo de 2011, 19.00 horas
Instituto Goethe, Canelones 1524

Biografía del autor

Fritz Kalmar nació en Viena en 1911 en el seno de una familia judía asimilada. Culminó estudios de Derecho y trabajó en un bufete hasta que la anexión de Austria por Alemania lo empujó al exilio. Escapó como marinero de un buque noruego. En 1939 se instaló en Bolivia, donde se reuniría con sus hermanos y su madre y donde se refugiaron esos años entre 5.000 y 7.000 personas germano-parlantes. Desempeñó diversos oficios —pintor de paredes, artesano y vendedor de pantallas entre otros— pero se destacó como traductor, locutor radial en inglés y alemán y también actor y director teatral. En 1941 cofundó la Federación de Austríacos Libres en Bolivia (FAL), organización antifascista suprapartidaria que presidiría varios años. La FAL ayudaba a los emigrados austríacos y entre otras actividades les proporcionaba, a través del elenco teatral una de cuyas figuras estelares era Kalmar, entretenimiento en su lengua materna alemana.
En 1953 emigró a Uruguay con su esposa, la actriz austríaca Erna Terrel. Fundó en Montevideo el grupo teatral los «Kammerspiele», y desde 1957 fue corresponsal para América Latina —generalmente bajo seudónimo— de más de una veintena de medios de prensa de Austria, Alemania, Holanda y Noruega. Representó a Austria desde 1953 como vicecónsul y luego como cónsul general honorario hasta 1990, cargo desde el que ayudó a perseguidos políticos de la dictadura uruguaya. Su esposa falleció en Montevideo en 1985.
Entre 1997 y 2005 Fritz Kalmar publicó en Austria cinco libros que le granjearon el reconocimiento como escritor. En 1999 ingresó al PEN Club de Austria; en 2002 recibió el Premio literario Theodor Kramer de escritura en la resistencia y el exilio. Varias obras de su autoría se representaron en teatros de Viena desde la década de 1970. Falleció en Montevideo en 2008. La presente es su primera obra traducida al castellano.

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Las máscaras de Esther (o la política del gesto)

Por Emmanuel Taub.

I.

El gesto de Dios es el gesto que da inicio a la historia del mundo, y de su pueblo: “seré El que seré”. El hombre testimonia y garantiza, como el lector, la eternidad de su gesto. El hombre es testigo de la creación, obra de Dios, sin haberle visto el rostro; “lej-lejá;” en el hombre se revela la creación; Dios, sin-rostro. El hombre da testimonio del hombre y de Dios: como imagen, como semejanza, como creación y actor, de la historia del mundo.

Dios es sin-rostro, porque en su rostro nos encuentra la muerte; “pues ningún ser humano puede ver Mi rostro y seguir viviendo”. Su creación acabaría con el gesto de mostrarse. El rostro de Dios no está ni estará –pero es el que será–, y así la existencia del hombre en el mundo. Su rostro niega la vida del hombre al mismo tiempo que la realiza, lo hace existente, como hombre y criatura. Dios es Dios y por ello no enseña su rostro al hombre. Porque Dios es Dios. En la tierra que el hombre habita el rostro es del hombre como las máscaras y la ley.


II.

En el rostro queda subsumida la idea de gesto; y allí, las máscaras. El hombre es en sus propias máscaras. Su rostro es lo oculto tras los gestos que hacen a su vida como ser social y político.
Esther tenía máscaras. Como Mordejai, como Moisés, como Iosef, como Daniel. Hasta Moisés supo de máscaras y de gestos adustos. El hombre vive en sus máscaras.
La Meguilá Esther es una historia de gestos y de máscaras.
Las máscaras de Esther, “la joven era de facciones finas y de gran belleza”, que encuentra lugar en el palacio y se convierte en reina de un rey no judío, por su belleza, por sobre el resto de las candidatas; reina del rey Ajashverosh, “quien reinó sobre 127 naciones”, desde la India hasta Etiopía.
Pero el terror amenazó al pueblo judío, y el nombre de Haman –el malvado– quiso destruir al pueblo judío donde quiera que esté en las tierras del rey. Y así, “Esther se vistió con sus ropas reales y se paró en el atrio interior del palacio del Rey. Se puso enfrente de la habitación real donde el Rey se encontraba sentado en su trono, frente a la entrada donde Esther se encontraba parada.”
Giorgio Agamben ha escrito que “la expresión es el lugar de la política”, porque exponernos es tener un gesto, es exhibir nuestras máscaras. Por eso “…el rostro es el único lugar de la comunidad, la única ciudad posible”, porque allí nos abrimos al gesto. Son también las palabras de Emmanuel Levinas las que resuenan como un eco encantador: “Ver el rostro es hablar al mundo.”
La multiplicación de las máscaras es una multiplicación de nuestras destrezas políticas. Esther en con sus ropas reales, disfraz de reina, máscaras políticas sobre su identidad judía. Máscara y disfraz.

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Una carta a nuestra familia de la Ribera Occidental

altFue con gran tristeza y horror que yo y el resto de Israel recibimos la noticia del asesinato de los padres y tres hijos de la familia Fogel.  No condenamos este acto, estamos de duelo.  Eso es lo que hace una familia.  Somos después de todo, una familia.  Durante los últimos años, parecería que demasiado a menudo, hemos olvidado ese simple hecho.  Hemos permitido que nuestras diferencias políticas introdujeran una cuña entre nosotros.  

Es natural que las familias se unan en tiempos de crisis.  Sin embargo, es una tragedia que una familia necesita una crisis para recordarle quién es.  Habrá muchos que explotarán las muertes de los Fogel para lucrar políticamente.  Están profanando sus nombres y la santidad  de las vidas que fueron tomadas.  Cuando la respuesta a estos asesinatos es expandir los asentamientos o condenar al ejército o al gobierno de Israel se está introduciendo otra cuña entre nosotros.

Los Fogel vivían en Itamar y eran colonos.  Esto sin embargo no lo convierte en una tragedia de colonos, sino de la familia judía entera.  Cualquier intento de un sector de “adueñarse” de sus muertes y por consiguiente heredar una compensación política no es sólo vulgar sino también un gran error.  Aquéllos que les ofrecen a “ustedes” unos cientos de casas más para la Ribera Occidental, o que ofrecen declaraciones de miles más, son portadores de regalos vacíos.  

Hay un desacuerdo profundo en nuestra familia. Para algunos, la tierra de Israel está imbuida con una santidad primordial, y es necesario aferrarse a cada centímetro para la redención de Israel.  Para otros  la Ribera Occidental es una ventaja estratégica que puede ser perdida solamente a costa de la capacidad de Israel de sobrevivir.  Para otros aun, la supervivencia de Israel requiere un compromiso territorial y la creación de un estado palestino, sin el cual Israel dejará de ser un estado democrático y se convertirá en un paria entre las naciones.  Para otros, la paz es una aspiración judía y moral, y un Israel que no coloca a esto en el centro de sus valores y políticas, está amenazando a su identidad esencial. 

El problema con que nos enfrentamos es que para algunos, construir y mantener los asentamientos es una necesidad judía y existencial, y cualquiera que no entienda esto está poniendo en peligro a nuestro Estado y a nuestro pueblo.  Para otros, construir y mantener los asentamientos en sí mismo crea una crisis judía y existencial que pone en peligro a nuestro Estado y a nuestro pueblo.

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