Marcha por la vida, segunda entrega

altBialistok: 50 kilómetros

El viaje en micro a la salida de Varsovia es una oportunidad para mirar esta tierra y buscar rastros del pasado. El camino es verde, bordeado de bosques -de esos en que la abuela decía pasear y juntar hongos.. ¿Cuándo se habrá convertido en carretera asfaltada? ¿Será el mismo camino que otros hacían tirando de una carreta?
Los carteles del camino anuncian ciudades extrañas; cada tanto, nos golpea un nombre que escuchamos de chicos, que leímos en un libro, o que recuerda al apellido de alguien más o menos cercano. Esos nombres propios dejan de ser códigos arbitrarios: son los nombres de gente concreta que probablemente  habría nacido allí y adoptado el nombre del lugar. Los imagino andando los mismos caminos, hablando de los mismos lugares. Lugares que les serían propios, porque en cada uno habría un pariente o un amigo, un rabino influyente o una tumba renombrada; nombres que se repetirían en las casas entre tazas de té, pronunciados en Idish, en una versión que no sería del todo la polaca, ni la alemana, ni la rusa, ni la de ninguno de quienes las renombraron para marcar que eran los poderosos de turno. Y, por eso mismo, a la vez que nombres propios –eran ajenos. Esos mismos nombres que llevaban adheridos a los suyos los verían como extraños y los vomitarían tarde o temprano, entre sentimientos de culpa, indiferencia y satisfacción.
   

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La masonería en el mundo sefardí

alt“La búsqueda de la verdad y de la belleza es una esfera de actividad en la cual se permite que sigamos siendo niños toda la vida.” Albert Einstein

La vasta mayoría de los judíos británicos, eran de origen español y portugués. Tras instituirse la londinense Orden Francmasónica en 1717, cuyo propósito primordial era la organización en un “centro de unión de todos los hombres libres y de buenas costumbres”, por encima de diferenciaciones raciales, religiosas o ideológicas que siempre los habían alejado o enfrentado, algunos judíos iniciaron un acentuado interés por aquella oportunidad brindada de integración social no discriminatoria y sin precedentes, postulada por idealistas de formación cristiana.

El rabino Yejuda Yacob León (1603-1675) aportó antes a la formación de dicha Logia, unos nuevos diseños del Templo de Salomón que merecieron gran atención, hasta el punto de pasar a ser conocido como “Lion Temple”. La Gran Logia de los “Antiguos” creada en 1751, abrazó uno de aquellos diseños importándolo en su escudo heráldico, permaneciendo tal símbolo también en el escudo de la posterior Gran Logia Unida de Inglaterra. Poco después de su fundación, se le encargó al pastor protestante James Anderson que recopilara los antiguos manuscritos de las cofradías masónicas medievales para redactar los principios según los cuales se regirían los masones en el futuro. Así se gestó el  conocido Libro de Constituciones de la masonería inglesa, publicado en 1723, piedra fundamental de la masonería mundial.

Existe la hipótesis, que el primer masón judío inglés conocido fue el sefardí Francisco Francia (el Jacobita). La universalidad de la Masonería atraía a muchos judíos, que la consideraban una vía para ser aceptados en la sociedad inglesa, que en aquel tiempo todavía imponía restricciones al ingreso de no-cristianos en diversos círculos. También se sentían atraídos por la Masonería hombres que profesaban otras religiones como por ejemplo los musulmanes  que ingresaron entusiastamente a  las logias en Egipto, donde la Orden prosperó y atrajo los más altos círculos de la sociedad egipcia.

El primer ceremonial masónico reconocido en Tierra Santa fue la reunión organizada por Robert Morris. Este norteamericano  había venido al Medio Oriente  para buscar reliquias masónicas de la antigüedad. El 13 de mayo de 1868 condujo a su grupo a la caverna de Sedecías  constituyendo una Logia Provisoria, llamada Reclamation Lodge, simbolizando así que la Masonería recuperaba su presencia en su lugar de origen. Del mismo modo estableció la primera Logia en Palestina.

En España, entre el comienzo de la Guerra Civil y el final de la Segunda Guerra Mundial los judíos y los masones fueron exhibidos por la propaganda franquista como dos fuerzas incondicionalmente enlazadas que se confabulaban sin tregua contra España, responsabilizándoles de todos los males que sufría el país. También se ha demostrado que el enemigo judeo-masónico se revelaba esencialmente rentable como “enemigo  de reemplazo” en los casos en que la propaganda anticomunista podía ser contraproducente. Los argumentos antisemitas iban asociados la mayoría de las veces de argumentos antimasónicos, aunque sea más fácil hallar invectivas antimasónicas que no aludan a los judíos.

A nivel legislativo y ejecutivo con respecto a la masonería, Domínguez Arribas recoge en su obra#: “En general, el hecho de ser masón no constituyó el principal motivo de persecución, sino una condición agravante” (pág. 158). Por lo que afecta al acoso al judío la circunstancia fue distinta. Al ser considerados en su conjunto partidarios de los “rojos”—como lo atestigua, por ejemplo, la notable presencia de judíos en la Brigadas Internacionales—, el castigo venía motivado más por causas políticas que religiosas o raciales.

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Reflexiones acerca del Mal en nuestro zaguán (¿umbral?)

Cuando somos testigos del mal extremo nuestra naturaleza frecuentemente nos lleva a clasificar esos actos como locura. A traves de esa clasificación tratamos de separarnos de los mismos y clasificamos la maldad como una excepción y lo correcto como la norma. De esta forma mantenemos nuestro propio mito de estabilidad, que requiere de la creencia que la gente que nos rodea pueda vivir de acuerdo a un mínimo código moral. La estabilidad requiere predictibilidad y eliminar el mal extremo de todo cálculo. He estado pensando acerca del mal puro y extremo en las últimas semanas, en la medida en que las historias de la creciente barbarie del régimen de Assad han ido permeando nuestra consciencia a través de la noticia e internet.

Mientras que la revolución ocurría en Egipto, muchos de nosotros, israelíes, veíamos los eventos desde la perspectiva de si era bueno para Israel. Si bien hay muy poca empatía con Siria y los sirios en la sociedad israelí, es interesante notar que, en general, la pregunta no surge en el caso de Siria. Nos encontramos frente al mal en su expresión radical y extrema, un gobierno y una tribu para quienes las consideraciones morales son simplemente irrelevantes. Para ellos, el asesinato no es un crimen, ni la decencia moral una aspiración. En ese contexto, preguntarse qué es bueno para Israel no tiene lugar. Todo lo que uno puede y debe hacer es esperar y actuar con toda el poder para asegurar la remoción de un régimen así.

No creo que las democracias del mundo tengan la responsabilidad de patrullar aquellos regímenes que no comparten sus estándares morales y democráticos. Tengo miedo de todas las visiones mesiánicas con una misión para y por el mundo. Cada país y sociedad tiene tanto el derecho como la responsabilidad de elegir o cambiar su gobierno y sistema político. Sé que esto se dice más fácil de lo que se hace, y que el derecho y la responsabilidad de ser libres son difíciles de ejercer. Pero la solución no puede ser alguna fuerza internacional que deambula por el mundo imponiendo su estándar moral. Al fin y al cabo, la más de las veces, terminaremos sustituyendo un mal por otro, y dejando en manos del nuevo poder un mandato demasiado grande que inevitablemente terminará corrupto en aras del interés político.

En Siria, hoy, sin embargo, somos testigos de un fenómeno que excede por mucho el conflicto entre dictadura y democracia, y el derecho de un país de conducir sus propios asuntos internos. Estamos frente a un nivel de barbarie que requiere que actuemos. Si bien vivimos en un complejo universo moral, y muchos de nuestros compromisos morales y certezas se tornan condicionadas y relativas, hay algunos que no. El asesinato en masa en esta escala no es moralmente ambiguo.

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Si no hubiera existido Borges

Los libros inaugurales habrían sido Veinte poemas para ser leídos en el tranvía, Calcomanías y Espantapájaros. Nadie habría releído a Carriego y Martínez Estrada sería considerado el gran ensayista del siglo XX.


Los lugares comunes algunas veces aciertan. Por ejemplo: es imposible pensar la literatura argentina sin Borges. Pieza maestra del siglo XX, a partir de él se cruzan o se dispersan todas las líneas. Esto vale hasta comienzos de 1980. Desde entonces pasan cosas diferentes que darían lugar a otra nota, cuyo título podría ser "La literatura argentina después de Borges", cuando comenzó a funcionar de modo más "normal", menos volcánico; sigue siendo el Gran Escritor con quien, sin embargo, ya no todos ajustan cuentas y se trazan diagonales que Borges no pisó. La culminación absoluta y el apaciguamiento.

¿Cómo habría sido la literatura hasta los años ochenta sin Borges? Es difícil imaginar a Bioy Casares sin ese prólogo a La invención de Morel que escribió Borges. Pero podemos imaginar otros que, probablemente, habrían dibujado una cartografía distinta, despojada del "centro Borges". La pregunta permite pensar "en hueco", no como si algo faltara sino intentando imaginar su radical inexistencia. Si se lo pensara como un simple faltante, el ejercicio no valdría la pena.

En cambio, se trata de olvidar que existió y reordenar lo que queda. Los libros inaugurales de lo nuevo habrían sido Veinte poemas para ser leídos en el tranvía (1922), Calcomanías (1925) y Espantapájaros (1932), de Oliverio Girondo, y no la serie Fervor de Buenos Aires (1923), Luna de enfrente (1925) y Cuaderno San Martín (1929). Probablemente nadie habría releído a Evaristo Carriego, como lo hizo Borges, y la poesía argentina tendría en su centro operaciones más "vanguardistas", como las de Girondo. Y en lugar de las orillas porteñas, el barrio y las calles rectas hasta el horizonte, estaría el paisaje fluvial y fluyente de Juan L. Ortiz. En ausencia de Borges, probablemente ésas serían las dos grandes líneas poéticas de la primera mitad del siglo XX.

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Klezmeron Orkestra

altKlezmeron Orkestra nació en Montevideo. Es una banda conformada por Andrés Rubinstein en clarinete, Gastón Gerónimo en  violín, Fernando Nathan en acordeón, Pablo Guillama en  saxo barítono y Bernard Abal en percusión. Músicos interesados por un estilo quizás lejano a ellos, que acercan a Latinoamérica un poquito del corazón musical europeo.


 ¿Cómo nace la idea de formar la banda?
Hace algunos años, junto a Andrés Rubinstein (clarinete), tocábamos en un cuarteto de tango, y nos preguntamos, siendo ambos nietos de inmigrantes europeos, por qué no tocábamos música klezmer. Luego cada uno continuó integrando diferentes y variados proyectos musicales, y la pregunta quedó como algo pendiente. En el verano del 2011, a pedido de Pablo Gerecht, un amigo que es fanático de esta música, decidimos formar Klezmeron Orkestra para difundir la música klezmer, enriquecernos artísticamente y poder trabajar con ella. Los integrantes somos: Bernard Abal en percusión, Pablo Guillama en saxo barítono, Gastón Gerónimo en violín, Andrés Rubinstein en clarinete, Fernando Nathan en acordeón.

¿Qué significa la música Klezmer para 5 jóvenes uruguayos?
Es una pregunta difícil. Por un lado, tocar un estilo que tiene más de seis siglos de existencia, es muy interesante. En una primera instancia no deja de ser un estilo más de los que cada uno toca. Lo que quizá tiene la música klezmer que nos atrapa, es su característica alegre y esa libertad que genera, tanto al escucharla como al tocarla. La instrumentación también es algo positivo, ya que al ser instrumentos acústicos, nos remitimos a lo más esencial de la música.

¿Los músicos no judíos de la banda la conocían?, ¿qué pensaban de esta música?
Sí claro, de hecho todos conocíamos y ya habíamos tocado en mayor o menor medida música klezmer. En la actualidad no creo que podamos definir tan estrictamente un estilo musical y tampoco generar un vínculo tan arraigado con su origen. Las personas han sabido entender y admirar la fusión, en todos los ámbitos artísticos.

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Un momento para respirar – y Actuar

Ha pasado la tormenta de la cumbre Obama-Netanyahu, discursos, contra-discursos, y predecibles análisis instantáneos.  Dejando de lado nuestras políticas, la norteamericana y la israelí, ahora tenemos una oportunidad de ir más allá de análisis de desempeño y de asignación de culpas o de alabanzas y reflexionar sobre aquí estamos parados y adónde podríamos ir de aquí.  Desde la perspectiva de la mayoría de los votantes israelíes, el resultado final fue visto como un logro de gran importancia del Primer Ministro Netanyahu.  Uno de los resultados finales fue devolverle algo de complejidad a la discusión israelí-palestina.  Gran parte de la discusión en ambos lados tiende a consistir de eslóganes – las fronteras del ’67, intercambio de tierra, bloques de asentamientos, amenazas demográficas, derecho de retorno...  Los israelíes a menudo creen que el mundo ya ha resuelto esta cuestión de acuerdo a un número de estos eslóganes.  Puesto que la cuestión está resuelta el único problema es: ¿Quién tiene la culpa de la demora?  Bajo Olmert y Livni la sabiduría convencional les echaba la culpa a los palestinos.  Y bajo Netanyahu la culpa se nos echa a nosotros los israelíes.  Otra vez, dejando la política de lado la mayoría de los israelíes está muy preocupada por esta percepción.  Aunque la mayoría apoya la solución de dos estados, la verdad es que simplemente no sabemos como implementarla.  Algunos interpretan esto como una falta de voluntad de nuestra parte.  Mientras que en algunos casos esto puede ser verdad no refleja la voluntad de la mayoría de los israelíes.  Lo que la mayoría de los israelíes han comprendido es que la combinación de un estado palestino viable, fronteras seguras para Israel como un estado judío y democrático, los asentamientos en Jerusalem, y las complejas alianzas políticas de los palestinos – todo esto requerirá soluciones más complejas que “un retorno a las fronteras de l967 con intercambios de tierra y con otras cuestiones para ser discutidas más adelante.”
 
Esto es lo que los israelíes también encuentran perturbador respecto al intento de la Autoridad Palestina de buscar una aprobación unilateral para una estado palestino en la Asamblea General.  La mayor parte de los israelíes aparentemente apoya una entidad de ese tipo y reconocen los legítimos derechos del pueble palestino a su propia patria.  El problema es que lo que sería votado en la ONU sería un estado palestino basado en eslóganes simplistas.  La decisión de la Autoridad Palestina de elegir ese espacio es interpretado por los israelíes como falta de ganas de hacer un trabajo serio, así como también de aceptar los serios compromisos necesarios de ambas partes si  hemos de ver una solución de dos estados en durante nuestra vida.   

El resultado de la visita de Netanyahu ha creado por lo menos dentro de los Estados Unidos, como es evidente en la Cumbre G-8, dentro de Canadá también, algo de espacio y de tiempo para pensar seriamente y tomar iniciativas que vayan más allá de los eslóganes en boga.  El desafío  con el que  el gobierno israelí se enfrenta hoy es como usar apropiadamente este espacio y tiempo.  Podemos caer en la trampa de reemplazar los viejos eslóganes con algunos nuevos, eslóganes cuyo único propósito es usar tiempo y demorar el proceso hasta que se acabe nuestro tiempo, y cuando llegue ese momento podemos abrigar la esperanza de otra invitación del Congreso de los EE. UU. o confiar que los palestinos no pierdan una oportunidad.
Aunque ahora tenemos algo de tiempo, el tiempo no está de nuestro lado.  Continuamos ocupando a otro pueblo en oposición a nuestros valores judíos y democráticos.  Tenemos un grupo de asentamientos que se están expandiendo naturalmente todos los días.  Tenemos una población israelí que se está habituando cada vez más a los derechos palestinos y a los principios democráticos y la necesidad de intercambiar un cómodo estatus quo a corto plazo por estabilidad y justicia de largo plazo.  Y la contraparte esta viéndonos cada vez más como cayendo en un proceso de usar eslóganes y negociar con los EE.UU. en vez de con ellos..

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Un nombramiento histórico: la primera generala

altAntes que nada, un llamado de atención a la Real Academia Española: la definición del término «generala» –f. coloq. p. us. Mujer del general– que hace tiempo perdió vigencia, resulta anacrónica a la luz de las novedades en lo que al ámbito miliar israelí se refiere.

El hecho ocurrió a fines de mayo, cuando una flamante generala se apoderó de los titulares locales: Beni Gantz, el Jefe del Estado Mayor del ejército de Israel (Tzáhal) decidió, con el aval del Ministro de Defensa, Ehud Barak, (hay quienes afirman que en realidad fue bajo su presión) nombrar, por primera vez en la historia de las Fuerzas de Defensa de Israel, una generala.

En principio, se trata de un acontecimiento militar interno –que sin duda refleja un paso adelante de la sociedad israelí, en lo que al estatus de la mujer se refiere–. Pero, dado que Israel es el único país del mundo en el que el servicio militar de las mujeres es obligatorio por ley, la desafiante decisión tuvo repercusión también en el exterior.

Como todas las cosas, también esta asignación se puede mirar desde varias perspectivas, como por ejemplo, festejar el precedente o lamentar su tardanza, ya que transcurrieron más de seis décadas hasta la ruptura del techo de cristal en esta parcela de la lucha de las mujeres por la igualdad.

Si bien se comenta que en las altas esferas militares hay quienes fruncieron el ceño en reacción al nombramiento, quienes lo hicieron, lo hicieron  puertas adentro, conscientes de que lo políticamente correcto es su aprobación.

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Marcha por la vida, primera entrega.

Este año tuve la oportunidad de viajar a Polonia e Israel en el marco de Marcha por la Vida en un grupo de adultos organizado por Tarbut. El viaje es la primera parte de la experiencia; a la vuelta, se sigue procesando lo que se vio, olió, imaginó y pensó. Me gustaría compartir con Uds. algunas de las impresiones que voy escribiendo y, por supuesto, motivar a que quienes quieran sumar las suyas lo hagan.  (Para los que no conocen el programa: se trata un plan de dos semanas, una en Polonia y otra en Israel, para las fechas de Iom Hashoá y Iom Haatzmaut. El nombre del programa deriva del evento central en Aushwitz-Birkenau en que, para Iom Hashoá se marcha por el mismo camino que unía ambos campos, que en su momento era el camino hacia la muerte y hoy se lo resignifica como una afirmación de vida y continuidad).

José Chelquer.

Varsovia – primer contacto

El primer contacto con Varsovia es sorprendente. Esperaba un escenario frío, gris, triste, pobre, una ciudad que lucha por integrarse a Europa occidental desde su situación de retraso. Nos recibieron radiantes días de primavera, una ciudad verde y moderna, espacios públicos amplios y gratos, transportes públicos de calidad, paredes y veredas limpios, gente de buen talante. La arquitectura socialista, con sus edificios de líneas sobrias y monocordes, no dejan de recordar a los monoblocks israelíes de la misma época: sencillos pero correctos, con jardines en el frente, aire y luz alrededor. Los inevitables resquemores para con uno de los escenarios –físicos y humanos- del horror tienen que luchar con la sensación de bienestar, con la evidencia de calles, estaciones, trenes, rutas y caminos en los que no se advierten las señales de miseria y deterioro a que nos hemos acostumbrado.

Más adelante, recorriendo la ciudad en busca de las casi inexistentes marcas de lo que fuera el gueto judío, volvería esta misma sensación –ahora con una nueva dimensión. La imaginación y el recuerdo documental ocupan el lugar de lo que no se ve, y entonces las viejas fotos y los relatos familiares adquieren otra dimensión: una ciudad que ya entonces era relativamente moderna, seccionada y transformada sólo gradualmente en dos: una, crecientemente hacinada, donde la gente moría en las calles, y otra que seguía perteneciendo al sXX.

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Todo pasa, pero por suerte mucho queda

alt¿Podía José Sacristán haber llenado un Teatro Solís un martes invernal por el mero hecho de recitar poemas de Antonio Machado si Serrat no los hubiera musicalizado cuarenta años atrás? Personalmente, lo dudo. Tal vez una sala más pequeña e íntima, lo cual sin duda hubiera sido un poco más apropiado para el tipo de espectáculo propuesto. Pasado por el tamiz de lo popular, el Solís fue un lujo bien merecido a tamaños artistas: el poeta, el cantautor, y el actor. O usando las palabras del propio Sacristán en entrevistas previas y posteriores, recitar en el Solís resultó “acojonante”. ¡Vale!

Serrat no estuvo presente: ni melodías suyas integraron el repertorio musical ni se lo mencionó. Pero para quienes crecimos con él, y con él aprendimos de poesía y poetas, su presencia arrojaba una luz muy especial al recital. Sin duda muchos entre los espectadores conocían la poesía de Antonio Machado aun sin Serrat de por medio, pero me atrevo a aventurar que la mayoría se introdujo en ella a través de aquel primer y maravilloso LP que también posicionó a Serrat en el plano internacional. Que “Cantares” fuera cantado en “Los Sábados Circulares de Pipo Mancera” al final de los años sesenta tiene mucho que ver con la forma en que escuchamos a Sacristán este pasado martes. Mucha agua ha corrido desde entonces, “todo pasa y todo queda”: queda el formato de programa popular argentino hoy “tinelizado”, pero nadie espera escuchar a un trovador moderno cantando poesía de un clásico español en la pantalla. Los caminos que se hacen también se desandan. Todo pasa, pero por suerte mucho queda.

Serrat no sólo introdujo y popularizó a Machado, que ya era un poeta reconocido y clásico. Me atrevo a decir que con su “Homenaje a Miguel Hernández” elevó su poesía al canon más exigente de las letras castellanas. No conozco, y creo que no existe, una aproximación de Serrat a Lorca; es una pena; tal vez este en el debe. Pero más allá de los poetas que Serrat eligió para musicalizar e interpretar, lo que consiguió fue sensibilizar al gran público con la poesía. La hizo amigable a través de la música, inmortalizó con acordes algunas frases y metáforas memorables, e impregnó la memoria colectiva de su generación y las que le siguieron con el lenguaje poético. Simultáneamente, Alberto Cortez musicalizó “Las Moscas” de Machado, y por esos tiempos Paco Ibañez popularizó sus versiones de Góngora, Quevedo, y Lorca. Cuando Serrat demostró que también él podía escribir poesía, o por lo menos canciones con sentido, tanto Cortez como José Luis Perales y Aute, por ejemplo, encontraron una huella ya recorrida; Joaquín Sabina también engancha en esta corriente de letristas inspirados y significativos. Mucho más cerca en el tiempo, nuestro propio y uruguayo Jorge Drexler se inscribe en esta tradición. Más allá del rigor histórico y la exactitud de este atrevido análisis, lo que vale la pena destacar es el factor culturizante de Serrat y todos estos artistas.

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Los secretos del oro negro

alt“Dios no ha situado el petróleo en la democracia”. (Dick Cheney)


La cita de Dick Cheney, no es novedad alguna sobre la visión autoritaria, jerárquica y antidemocrática que manifiestan tener la mayoría de las compañías petroleras. El entramado de estas empresas se extendía y seguramente aun alcanzan, unos niveles que quedan fuera del alcance de la mayoría de nosotros. Las compañías Shell y BP son solo un ejemplo de la punta del iceberg de un sinfín de empresas entrelazadas y vinculadas entre sí con bancos comerciales y de inversión, empresas armamentísticas, químicas, farmacéuticas, aseguradoras, medios de comunicación, etc. Quién diría que en 1936, el fundador de la compañía Royal Dutch Shell, Sir Deterding, se convertiría en un nazi, admirador declarado del III Reich.

Royal Duch Shell comparte su consejo de administración con el banco ING, la empresa química Akzo Nobel, Unilever, Rio Tinto, Boeing, Lloyds Bank, banco de inversión UBS y AXA. En el caso de BP, comparte su consejo con Royal Bank of Scotland, Banco de Hong Kong y Shanghai (HSBC), Akzo Nobel, Roche, Unilever, Goldman Sachs, Rolls Royce, General Electric, Bank of America, Citigroup, Chase Manhattan Bank, KPMG, Glaxo Smith Kline. Además, muchas de estas empresas están entrelazadas entre sí. Por ejemplo, HSBC esta entrelazado con BP, pero también con Royal Dutch Shell, Anglo-American, Financial Times, the Economist, Imperial Chemical Industries, Glaxo Smith Kline, Rolls Royce y Kleinwort Trust. Kleinwort Trust, a través de la empresa matriz, Dresden Kleinwort Benson está entrelazado con Goldman Sachs que además, comparte los directores con HSBC y Royal Bank of Scotland. Royal Bank of Scotland está entrelazado con BP, Goldman Sachs, Lloyds, UBS Warburg, JP Morgan, Swiss Re (Reaseguros), Astra Zeneca y Citigroup.

Resulta vertiginoso el alcance que llegan a tener estos gigantes del oro negro. Deterding, que también fue llamado el “Napoleón del Petróleo”, pudo jugar un papel importante a favor del régimen nazi. Esta supuesta colaboración, fue más allá de la jubilación de Sir Henry como Jefe del Ejecutivo de la empresa. Entre el conglomerado de compañías existentes en el mundo petrolero, concurren igualmente el consorcio americano donde principalmente resaltamos Exxon, que firma un acuerdo con el grupo químico alemán IG Farben. En 1932, IG Farben se convirtió en la potencia química más importante alemana, cuya actividad en principio se basaba en producir gas asfixiante para la “desratización” de las trincheras enemigas.

En 1941, el grupo IG Farben se asocia a un programa de trabajo forzados, donde millones de deportados (judíos) son puestos al servicio de la producción de la guerra alemana. En el campo de exterminio de Auschwitz construyen los dirigentes de IG Farben un complejo, que además produce a gran escala Zyklon B, el gas que es destinado al exterminio masivo en las cámaras de gas. Shell tenía una relación muy estrecha con la empresa, siendo un socio importante de IG Farben, más las empresas de propiedad conjunta, incluyendo la denominada Deutsche Gasolin AG, que operaba una refinería y la red de estaciones de servicio de gasolina en Alemania hasta pasado la mitad de los ´70. Los directivos de IG Farben fueron condenados en el juicio de Nuremberg por crímenes de guerra, esclavitud, asesinato de civiles y prisioneros de guerra en el campo de concentración. La compañía fabricaba explosivos y otros materiales de guerra vitales, incluyendo aceite y gasolina, que alimentaba a los tanques nazis y a los aviones utilizados en la guerra relámpago (Blitzkrieg), donde escaseaba precisamente el preciado líquido.

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