Un momento para respirar – y Actuar

Ha pasado la tormenta de la cumbre Obama-Netanyahu, discursos, contra-discursos, y predecibles análisis instantáneos.  Dejando de lado nuestras políticas, la norteamericana y la israelí, ahora tenemos una oportunidad de ir más allá de análisis de desempeño y de asignación de culpas o de alabanzas y reflexionar sobre aquí estamos parados y adónde podríamos ir de aquí.  Desde la perspectiva de la mayoría de los votantes israelíes, el resultado final fue visto como un logro de gran importancia del Primer Ministro Netanyahu.  Uno de los resultados finales fue devolverle algo de complejidad a la discusión israelí-palestina.  Gran parte de la discusión en ambos lados tiende a consistir de eslóganes – las fronteras del ’67, intercambio de tierra, bloques de asentamientos, amenazas demográficas, derecho de retorno...  Los israelíes a menudo creen que el mundo ya ha resuelto esta cuestión de acuerdo a un número de estos eslóganes.  Puesto que la cuestión está resuelta el único problema es: ¿Quién tiene la culpa de la demora?  Bajo Olmert y Livni la sabiduría convencional les echaba la culpa a los palestinos.  Y bajo Netanyahu la culpa se nos echa a nosotros los israelíes.  Otra vez, dejando la política de lado la mayoría de los israelíes está muy preocupada por esta percepción.  Aunque la mayoría apoya la solución de dos estados, la verdad es que simplemente no sabemos como implementarla.  Algunos interpretan esto como una falta de voluntad de nuestra parte.  Mientras que en algunos casos esto puede ser verdad no refleja la voluntad de la mayoría de los israelíes.  Lo que la mayoría de los israelíes han comprendido es que la combinación de un estado palestino viable, fronteras seguras para Israel como un estado judío y democrático, los asentamientos en Jerusalem, y las complejas alianzas políticas de los palestinos – todo esto requerirá soluciones más complejas que “un retorno a las fronteras de l967 con intercambios de tierra y con otras cuestiones para ser discutidas más adelante.”
 
Esto es lo que los israelíes también encuentran perturbador respecto al intento de la Autoridad Palestina de buscar una aprobación unilateral para una estado palestino en la Asamblea General.  La mayor parte de los israelíes aparentemente apoya una entidad de ese tipo y reconocen los legítimos derechos del pueble palestino a su propia patria.  El problema es que lo que sería votado en la ONU sería un estado palestino basado en eslóganes simplistas.  La decisión de la Autoridad Palestina de elegir ese espacio es interpretado por los israelíes como falta de ganas de hacer un trabajo serio, así como también de aceptar los serios compromisos necesarios de ambas partes si  hemos de ver una solución de dos estados en durante nuestra vida.   

El resultado de la visita de Netanyahu ha creado por lo menos dentro de los Estados Unidos, como es evidente en la Cumbre G-8, dentro de Canadá también, algo de espacio y de tiempo para pensar seriamente y tomar iniciativas que vayan más allá de los eslóganes en boga.  El desafío  con el que  el gobierno israelí se enfrenta hoy es como usar apropiadamente este espacio y tiempo.  Podemos caer en la trampa de reemplazar los viejos eslóganes con algunos nuevos, eslóganes cuyo único propósito es usar tiempo y demorar el proceso hasta que se acabe nuestro tiempo, y cuando llegue ese momento podemos abrigar la esperanza de otra invitación del Congreso de los EE. UU. o confiar que los palestinos no pierdan una oportunidad.
Aunque ahora tenemos algo de tiempo, el tiempo no está de nuestro lado.  Continuamos ocupando a otro pueblo en oposición a nuestros valores judíos y democráticos.  Tenemos un grupo de asentamientos que se están expandiendo naturalmente todos los días.  Tenemos una población israelí que se está habituando cada vez más a los derechos palestinos y a los principios democráticos y la necesidad de intercambiar un cómodo estatus quo a corto plazo por estabilidad y justicia de largo plazo.  Y la contraparte esta viéndonos cada vez más como cayendo en un proceso de usar eslóganes y negociar con los EE.UU. en vez de con ellos..

Para que “fronteras defendibles” no se convierta en un eslogan en respuesta a “fronteras del 67,” nosotros en Israel debemos empezar una conversación mucho más seria, no de las líneas que no serán cruzadas, sino acerca de que líneas deben ser cruzadas. Debemos articular proposiciones que sirvan para llegar a un acuerdo y no proposiciones que sirvan para romper arreglos, y reconocer que es ser corto de vista creer que llegar a acuerdos es una mala negociación táctica.

En consecuencia, debemos reconocer que toda expansión de los asentamientos en cualquier área no estimada necesaria para nuestras fronteras defendibles debe ser detenida inmediatamente.  Debemos comenzar a ofrecer compensaciones a aquellos colonos que estén dispuestos a mudarse ahora.  Debemos empezar a construir ciudades dentro de nuestras fronteras defendibles para alojar a las decenas de miles que, cuando llegue el día deberán mudarse.  Nunca debemos dejar de negociar e implementar acuerdos interinos, sin importar si creemos que hay un socio viable en la otra parte.  Debemos redoblar nuestros esfuerzos para fortalecer el compromiso de nuestros ciudadanos con la Declaración de Independencia de Israel, que enseña los principios de democracia, igualdad y libertad.

La experiencia ha enseñado que no faltan explicaciones del porque  lo escrito más arriba no debería ser hecho hoy, por que deberíamos esperar que la otra parte dé el próximo paso. El pasado nos ha enseñado que tanto nosotros como los palestinos somos extremadamente adeptos en culparnos los unos a los otros.

En el tiempo y el espacio que la visita del Primer Ministro Netanyahu ha creado para nosotros, es el momento de avanzar audazmente.  Debemos hacerlo en nombre de una nueva visión para nuestro sionismo, un sionismo que abraza la necesidad de un estado palestino viviendo lado a lado con un estado judío democrático.  El sionismo significa comprometernos con la viabilidad y protección de nuestro país.  El Primer Ministro Netanyahu ha servido bien a este sionismo.  Ha llegado la hora que nuestro gobierno, y obviamente también los que apoyan a Israel alrededor del mundo abracen este nuevo espíritu sionista


.Fuente:
www.hartman.org.il/Blogs_List.asp?Cat_Id=273&Cat_Type=Blogs&Title_Cat_Name=

Traducido por Ría Okret


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