En la encrucijada

Los callejones son cómodos e infecundos. Pero antes que nada, cómodos. Transitarlos suele ser reconfortante, aunque estúpido. Todo el mundo te mira pasar, casi asombrado. No para saludarte y celebrarlo, sino para verte la cara cuando das marcha atrás. Porque vas a tener que dar marcha atrás.

Los paraguas son elegantes. Pero solo sirven para recorridos muy cortos. Te protegen la cabeza, el saco, la camisa, la corbata y el pantalón hasta algo más de las rodillas. No los zapatos ni los bajos (como decía mi bobe)…Para la elegancia acaba si el trayecto es un “no corto”, y aún más rápido si hay vientos moderados…y ni qué hablar si son fuertes!!! Entonces llegarás peinado pero con los pies mojados y los pantalones estropeados.

En la vida no hay atajos. Mi sheide se empecinaba en enseñarnos en que en la vida todo se empieza de abajo, salvo los pozos de la calle. Esos, y los de la tierra, se empiezan de arriba.

En esta encrucijada a la que hemos llegado, en buena parte arrojados por una dinámica propia y solitaria, abandonemos transitar por los callejones, dejemos de usar los paraguas, cuidemos nuestra cabeza y nuestros pantalones, y aprendamos que la paz se construye, como cantaba Zitarrosa, desde el pie. Es decir, desde abajo.

Que la memoria de Yitzhak Rabin ilumine a quien corresponda. Y que ilumine al pueblo de Israel y al universo judío.

Y que no sepamos más de dolor.


Una respuesta al unilateralismo palestino: un tiempo para liderar.

Volvemos a sentir lo mismo. En lugar de habilitar una nueva normalidad como Herzl había soñado, la realidad de Israel parece corresponder a las viejas estructuras a las que nos habíamos acostumbrados durante nuestro largo exilio - nosotros y ellos, alineación, soledad, y peligro. Cierto, los jugadores han cambiado y algunos de los que fueron nuestros grandes enemigos son ahora nuestros amigos. Pero una nueva generación ha surgido más que dispuesta a ocupar el lugar - Irán, Hezbollah, Hamas, el terrorismo islámico, y ahora incluso el gobierno turco y algunas de las voces populares surgidas de Turquía y Egipto se ajustan a la estructura que tan bien conocemos.
En algunoos de nuestros círculos la tristeza va de la mano del alivio de por lo menos volver a lo viejo conocido, acompañado a veces por el “yo te dije”. Conocemos este mundo y esta realidad y por lo menos podemos pretender que es diferente, que podemos hacer algo para cambiarla, que en realidad ella es una parte importante del destino de nuestro pueblo.

Es a través de esos mismos cristales que muchos de nosotros estamos viendo el planteo unilateral palestino por un estado en la ONU. Desde el lugar donde nació el reconocimiento a la soberanía judía y la autoridad internacional que reconoció los derechos y la legitimidad de un hogar nacional para el pueblo judío, la ONU ahora ofrece un consenso permanente unido contra los intereses de Israel e incluso su legitimidad.

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Entrevista Damián Szvalb

altDamián es  licenciado en Ciencia Política, UBA; Master en Relaciones Internacionales, Di Tella; periodista en importantes medios nacionales. Fue responsable de Prensa de la Embajada de Israel en Buenos Aires.

¿Cuál es el panorama frente a la próxima votación de la ONU en cuanto al Estado Palestino?

Por primera vez en la historia creo que los palestinos  que están en Cisjordania y Gaza se encuentran en condiciones de establecer un Estado y poder gobernarse en determinada cuestiones. Esto no había pasado en los últimos 20 años. En ese sentido esto es algo positivo, desde los acuerdos de Oslo para acá se exigieron condiciones para demostrar que los palestinos podían formar un estado. A Arafat se le dieron un montón de condiciones políticas y sociales, su mal manejo generó frustraciones e inseguridades. Fue una desilusión sobre todo para los sectores de la izquierda israelí más progresista. Arafat murió con cierta popularidad pero no le pudo dar a su población ciertas condiciones mínimas. En el 2007 se dio un giro con el encuentro entre Olmert y Abbas. Con el golpe de estado de Hamas, Abbas  vio la necesidad de pedir  ayuda económica a Cisjordania para poder ayudar a evadir esta peligrosa situación, ya que el terrorismo no era el camino. La virtud que tuvo el sector de Abbas fue poner una persona como Fayad, que empezó a trabajar en la creación de las condiciones mínimas para que cuando llegue el momento histórico de tener un estado, la respuesta internacional sea  positiva. Empezaron a trabajar en el tema de crear algunas instituciones y seguridad. Este es un trabajo que se dio con la ayuda de los israelíes que aliviaron controles y cuestiones de seguridad. Palestina no está del todo preparado como un estado occidental, sin embargo por primera vez en la historia hubo ciertas políticas pensadas a futuro.

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Israel y Egipto: maniobrando entre el orgullo y el interés nacional

alt“Karam”. El orgullo, el respeto, la dignidad,  es un tema importante en el mundo árabe. Es una cuestión cultural por la que en ciertos sectores, se considera justificado hasta matar. Una ofensa en público  resulta especialmente inaceptable, pero también lo es a puertas cerradas.

Cuando hace algunas semanas, autoridades israelíes declararon a los medios de comunicación que el gobierno central en Egipto no controlaba debidamente la situación en la península del Sinaí y que por ende había allí un serio deterioro de la seguridad, Egipto se ofendió. Ministros y comentaristas recordaron a los israelíes que “declaraciones irresponsables no pueden ser aceptadas por El Cairo”.

El pequeño detalle que olvidaron es que quienes se manifestaron en esos términos lo hicieron porque de territorio egipcio, precisamente en el Sinaí, había cruzado a Israel una célula terrorista que abrió fuego hacia autobuses y coches particulares, matando a seis civiles y dos efectivos de seguridad israelíes. Fue un atentado, una agresión sin provocación alguna del lado israelí.

El ataque tuvo otra consecuencia trágica: la muerte de cinco soldados egipcios de la unidad apostada en ese punto de la frontera, por lo cual las autoridades egipcias condenaron de inmediato a Israel, aunque la investigación no determinó en forma terminante que habían muerto a causa de balas israelíes. También podrían haber sido alcanzados por balas de los propios terroristas.

Israel expresó pesar de inmediato, aclaró que bajo ningún concepto quería que murieran egipcios y que el lamentable desenlace fue producto de la situación creada por los terroristas en el lugar. Es que, cabe recordar, los terroristas llegaron del territorio egipcio, algunos de ellos –según testigos presenciales- vestían inclusive uniformes egipcios y se abrió fuego desde muy cerca de la posición fronteriza egipcia.

Pero esos detalles parecían irrelevantes para quienes juzgaron categóricamente a Israel.

Los sucesos de este viernes por la noche en la embajada de Israel en El Cairo, atacada por una multitud enardecida, podrán haber sido presentados como “expresión de ira popular” por la muerte de esos soldados, pero son en realidad expresión de un fenómeno nada nuevo en Egipto, que ahora, con el cambio de gobierno, estalla abiertamente.

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Entrevista a Mario Wainstein

Mario Wainstein es un periodista argentino,  residente en Israel desde hace más de 30 años. Fue jefe de redacción del diario AURORA, ahora se desempeña como periodista para diferentes medios de prensa mundiales. Es co-fundador del Movimiento Shalom Ajshav (Paz Ahora) y activo militante por el dialogo palestino-israelí.

¿Cómo se podrían leer los hechos ocurridos recientemente en Israel?

La realidad es compleja y por efecto de los medios de prensa intentan hacer un reduccionismo de la situación.  La comparan  con la actual situación en Grecia o España, cosa que no es comparable.  Es una protesta netamente israelí que me atrevo a decir que va a tener una solución que va a ser netamente israelí.   
Israel no va a volver al estado de bienestar por más que haya algunos dentro de la protesta que así lo piden.  Se va a retocar en forma sumamente sensible al estado, Israel va a seguir siendo un estado capitalista porque tiene un aprecio muy grande por la libertad individual.  Incluso la enorme mayoría de los que están protestando en este momento no están dispuestos a pagar el precio de cambiar la política de estado, lo que buscan es una inferencia del estado diferente de la actual. Lo que está estallando ahora es una caldera puramente israelí.
Israel es un país rico, que tiene U$S 30.000 per cápita de Producto  Bruto Interno, tiene reservas acumuladas de miles de millones de dólares, tiene una deuda externa que es irrisoria y que está cubriendo con el superávit que tuvo por la recaudación de impuestos de estos últimos años. Por otro lado, fue valorizando el shekel frente al dólar.
Tiene una desocupación que es casi de cero: 7,5%.  Lo que queda es la desocupación crónica, gente que pide trabajo y va a seguir pidiéndolo hasta el día de su muerte. Entonces, si todo parece estar tan bien, ¿por qué está todo tan mal? Todos estos números quedan reducidos frente a otro número más: la masa laboral que en Israel sale a trabajar o pedir trabajo es apenas un 50% de la gente en condiciones de ir a trabajar. Entre ellos está la señora del ejecutivo que ellos decidieron que se quede en casa para cuidar a los chicos, pero la gran masa de los que están en edad de trabajar y no trabajan,  no quiere ir a trabajar, por eso no están en la línea de desocupación.
La ultra ortodoxia ocupa un lugar de privilegio en este sentido. El sector árabe también está dentro de esta franja  porque tienen muchos hijos y pesa un tema de discriminación. En este sector la desocupación es alta. Por su parte, la ultra ortodoxia es cada vez más numerosa porque el crecimiento vegetativo es grande,  no van al ejército como sector entero, tampoco trabajan porque estudian la Tora. Se estima que corre mucho dinero negro en ese sector por lo que tampoco pagan impuestos.  Dentro de la ultra ortodoxia también tienen una subvención por hijo y también tienen acceso a una vivienda a un precio que ningún otro sector puede llegar.  Están organizados, tienen autoridades que respetan, poseen políticos que los representan y presionan en cuanto a los precios de los productos que consumen.  
Existe otro sector que pasó a ser parte del establishment , ocupando  el lugar que una vez ocuparon los kibutznikim, que eran los consentidos de Mapam.  Los colonos tienen muchas facilidades en vivir en los territorios que viven: las subvenciones son muy buenas porque todos esos territorios son catalogados como zona en desarrollo.  La subvención que se llama del lugar  incluye una zona en desarrollo y otra un premio a vivir en el lugar, si pasan dos años y siguen viviendo en la misma zona no tienen que devolver ningún préstamo. A su vez se construyen caminos para llegar a los territorios, se crean intendencias  de la cuales los sueldos de sus trabajadores se pagan con los fondos del estado, también esas personas deben trasladarse por lo que el gobierno pone a sus disposición un sistema de transporte blindado y protección  para la zona,  que cuidan los chicos que deben hacer miluim (reservistas) y que en este momento están siendo partícipes de las protestas en Tel Aviv.  
Hay personas que consideran que es un dinero bien invertido en Eretz Israel,  sin embargo las fronteras todavía no se han terminado de definir y puede pasar que esa inversión sea obsoleta. La gran mayoría de ese territorio puede pasar a ser parte del Estado Palestino. Hasta el momento se había invertido en territorios solo por ser territorios unos U$S 50.000 millones, ahora se superó esa cifra.  De manera que la protesta actual va a llegar tarde o temprano a esos dos sectores. Las protestas dicen no ser políticas, pero sí lo son, lo que no tienen es una tendencia política determinada.
El estado de Israel va a tener que llegar a evaluar esto, reevaluando la distribución de ingresos que toca a estos dos sectores. Otro camino sería ampliar su presupuesto, cosa poco probable por la crisis económica mundial. 

¿Esto no es parte -más allá de una implicancia política evidente- una muestra de las grietas de la sociedad israelí?

La amenaza de los vecinos israelíes hace que muchas veces no se perciban esta clase de conflictos internos.  Hay un mito sionista que a veces juega en contra: el sentimiento de hermandad.  La verdad es que un activista de Shalom Ajshav y un colono de los asentamientos poco tienen  que ver. Entre un judío cultural laico y un ultra ortodoxo que sólo tiene en cuenta las mitzvot, tampoco hay mucho en común.  
Todos son judíos, pero es como decir son todos seres humanos.  Sin llegar a decirlo de esta forma, mi admirado profesor Ieshaiahu leibowitz afirmaba que una guerra civil no es mala y a veces es necesaria. Yo no quiero decirlo de esa manera porque me parece terrible, pero sí quiero decir que tenemos que ratificar la cohesión y para esto a veces es muy bueno resaltar las diferencias y luchar pacífica pero firmemente por convicciones que tienen que ver con la vida y la muerte de cada uno de nosotros, con el futuro de nuestros hijos, con la pregunta clave de qué clase de sociedad queremos para nosotros.
Hay un intento que nació antes del estado, pero que en la creación es muy evidente. En ese entonces había que declarar el Estado y no se ponían de acuerdo entre los religiosos y los laicos, los religiosos afirmaban que hay que mencionar a Dios y los laicos decían que Dios no estaba en juego en cuanto a la creación del Estado. Ben Gurión, observando este dilema creó una clausula abierta, de libre interpretación, aludiendo a “La roca del sol”.  En los escritos rabínicos esta roca es una divinización de lo sagrado. Pero a su vez, los laicos podían interpretar que esta roca era otro jalutz como fuerza constructora que comenzó a edificar el Estado. Cada uno interpretó esto como quiso y Shalom al Israel. Eso se perdía en determinado momento ya que no se puede engañar a todo el mundo en todo momento. Llegó el momento en que salieron a la luz estas diferencias que son serias, y vamos a luchar por todo esto.
En este momento tan especial ¿cómo es tomado el pedido para la formación de un Estado Palestino?
Lo que interesa es cuál es la situación de Israel en la posición en la que está.  La postura palestina ante el mundo aparece como indiscutible. Es una postura en la que hay que ser un canalla para oponerse. Demostraron tener control del territorio disminuyendo el terrorismo. Quieren ahora negociar ese Estado Palestino partiendo de las fronteras del ‘67.  El mundo lo entiende como una demanda elemental.  Hay una postura israelí que tiene que ver con el hecho que somos un pueblo que nació en este territorio y tenemos derecho a tener nuestra patria como tienen todos los pueblos de la tierra.
En Israel hay árabes palestinos a los que Israel reconoce sus derechos nacionales.  Israel es proclive a que los judíos formen parte de Israel y que los palestinos vivan en el Estado Palestino.  Esta postura el mundo la reconoce y la aplaude. Pero esta propuesta incluye la renuncia al derecho de retorno de los palestinos.  Aceptar la postura de Abu Massen de dialogar, es algo nuevo y difícil para Israel.  Netaniahu no puede avanzar en esa postura, Israel no tiene política exterior, sólo lleva adelante una política interior.  La coalición de gobierno no le permite la mayoría de votos para un diálogo con Palestina, cambiar la coalición no lo va a hacer porque sería pan para hoy y hambre para mañana.  
Lo único que en este momento le está jugando a favor a Israel es la crisis mundial, porque están ocupados con otra cosa.  Las sanciones internacionales vienen más de la mano con barreras económicas entre países que otro factor. En Estados Unidos cada vez es más difícil por ejemplo vender productos israelíes.  Hay una guerra desatada entre un sector del Islam y occidente.

¿Qué pasa con los sectores terroristas en el mundo árabe?

La única forma de combatir esto es simplemente desde dentro del Islam y no desde occidente.  
Occidente no puede combatir al extremismo islámico porque no va a ayudar en nada. Por eso la vía es otra, no por el lado protector combativo.  Lo que sí se puede hacer es tratar de facilitar el diálogo. Israel tiene muchos elementos para esto. Israel hasta ahora ha hecho todo lo necesario para fortalecer a Hamas y debilitar a la parte pragmática. A veces pienso que es lo más cómodo, afirmar simplemente “no hay con quién hablar”.
El problema se presenta cuando viene alguien como Abu Massen y fomenta el diálogo y el acuerdo. Israel no sabe cómo actuar, tiene que tomar una posición donde, o queda mal frente a la opinión internacional o frente a la línea política interna del país.  Abu Massen sabe que tiene a Gaza y a Hamas del otro lado, pero quiere demostrar que Hamas no es válido; él propone un estado económica  y sociablemente estable, propone elegir el tipo de gobierno democráticamente, a través de elecciones. Esa es su propuesta para combatir a Hamas. La única alianza de la región en este momento son los colonos y Hamas, porque se retroalimentan lamentablemente. La alianza entre los cuerdos y esperanzados, la mayoría silenciosa en todos, para ellos es que todavía no se creó un acuerdo.

El peligro de los extremistas

altMás allá de las serias discrepancias que hay entre el gobierno de Israel y el la Autoridad Nacional Palestina sobre una diversidad de temas -no sólo sobre la iniciativa unilateral palestina de pedir reconocimiento a un Estado independiente en la ONU, aunque no es producto de negociaciones- hay en el terreno fenómenos preocupantes que  deberían ser atendidos al máximo nivel.

Esta semana, el ejército israelí demolió  en el puesto no autorizado de Migron en Cisjordania, tres  estructuras construidas ilegalmente  por habitantes judíos de la zona decididos a permanecer en el lugar a pesar de la orden de la Suprema Corte de Justicia de desalojarlos. De fondo, hay quejas palestinas alegando que la ley no se impone en forma igualitaria en los territorios en disputa, y que mientras hay mano dura respecto a infracciones palestinas, hay permisividad ante los colonos. Un documento originado en la oficina del Comandante de la Administración Civil, recalca que es  clave imponer la ley ante todos y que en ese marco se dio la orden de destruir las casas erigidas sin permiso en Migron.

Un grupo de extremistas aún no ubicados, presumiblemente miembros de lo que se considera es el “núcleo duro” en el seno de la población judía de los asentamientos, resolvió responder a la demolición con una práctica que se ha estado adoptando en los últimos años: vengarse de las autoridades políticas y de su propio ejército, atacando propiedades palestinas. De ese modo, no sólo complican al “establishment” sino que amedrentan a quienes ven como enemigos.

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La ausencia de la diplomacia española

altEl 9 de febrero de este año, afirmó la ministra española de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, en Ramala, que “España está firmemente comprometida con el establecimiento del estado palestino”, asegurando que “vamos a poner todo nuestro esfuerzo y capacidad para conseguirlo". Cuando le realizaron la pregunta sobre si el próximo mes de septiembre podría existir un reconocimiento español de un estado palestino, Jiménez rehusó a responder. “España no suele tomar decisiones unilaterales”, reiterando que su país “trabaja de manera coordinada en el seno de la UE”. Seis meses más tarde y a propósito de los bombardeos producidos entre los palestinos e Israel, nos encontramos con una respuesta por parte del ministerio de Asuntos Exteriores, que no ha sido bien recibida por Israel, como era de esperar. Según aseguraba Jiménez en una entrevista al periódico “El País”, España ha trabajado con la idea de que "haya una mayoría en la UE que pueda representar un avance" en el reconocimiento del Estado palestino.

El director del departamento de Europa del Ministerio israelí de Asuntos Exteriores, Naor Gilon, convocó al embajador español en Tel Aviv, Álvaro Iranzo, para transmitirle su sorpresa y malestar por las palabras de la ministra, según fuentes diplomáticas. Leyendo las declaraciones no es de extrañar que la diplomacia israelí se sintiera incomodada por la postura tomada por la ministra, pero antes de todo debemos de analizar qué peso político tiene España en la UE y qué currículo político tienen los más allegados al gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, en este caso la ministra de Asuntos Exteriores. Cierto es, que uno de sus deseos fue ser diplomática, aunque no lo demuestre a través de sus declaraciones vertidas en pleno auge del conflicto. Jiménez abordó en dos ocasiones las oposiciones para acceder a la escuela diplomática. Hay quien apunta, incluso, que se presentó a las convocatorias de 1986 y 1988 sin aprobarlas.

La ausencia de rumbo en la política exterior, al igual que manifiesta en multitud de ocasiones el Partido Socialista Obrero Español en su política interior, obliga a Jiménez a continuar fichando asesores (aun con unas elecciones ya programadas para el 20 de noviembre) que no pertenecen a la Carrera Diplomática, sino al antiguo equipo de Sanidad, del que fue ministra antes de asumir su actual cargo. La Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE) expresó en su disconformidad con esa política de nombramientos, por entender que supone un gasto innecesario en estos momentos de crisis, habida cuenta de que dichos puestos pueden ser desempeñados por funcionarios de la Carrera, como ha ocurrido tradicionalmente. Pero este malestar no le parece afectar de forma alguna, lo mismo que ocurre en diversos otros ministerios cuya nefasta gestión han llevado al país al borde del cataclismo.

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“El Barrio de los Judíos”

altEn el marco de la primera sesión del Taller de Lectura sobre la novela de Amos Oz “Historia de Amor y Oscuridad” en la NCI  de Montevideo, la semana pasada nos ocupó el tema del género literario de la misma. Una de las aproximaciones al asunto fue si el libro es una autobiografía o una novela autobiográfica, o más aun: una novela. Para quien esto escribe sin duda es lo último, donde lo autobiográfico es el material de la obra, pero no constituye su naturaleza. Al encuadrarla como novela, adquieren relevancia los aspectos y recursos artísticos y estéticos por sobre el contenido, lo narrado; esto último sin duda es autobiografía. Toda esta conversación condujo al tema del texto artístico a diferencia de un texto que no lo es, o no pretende serlo. Lo artístico entonces no está en el material en sí mismo, sino en su tratamiento.

El documental “El Barrio de los Judíos” ofrece un buen ejemplo opuesto a lo que representa la novela de Oz. Por definición, un documental no es una obra de ficción, sino un retrato de una realidad, un análisis, una historia de un hecho o un fenómeno. Sin embargo, hay documentales que adquieren dimensión artística por la forma en que organizan el material, los recursos estéticos que usan, los aportes que hacen los protagonistas. Cualquier texto sobre cualquier material, realizado con cierto criterio y creatividad, puede adquirir un sesgo artístico o puede convertirse en una obra de arte. El cine de Leni Riefenstahl al servicio del régimen nazi es un claro ejemplo de esta situación, a veces un tanto paradójica. De un material muy terrible o muy banal se puede construir una obra de arte.

El documental de Rodriguez Fabregas es correcto, prolijo, lineal. Cuenta una historia, la entendemos, nos vamos con un panorama completo de un barrio, su historia, y sus gentes. Hay testimonios emotivos, otros pintorescos, algunos inconclusos. Hay intentos de dotar de mayor profundidad a la narración, pero son escasos y naufragan de inmediato; así como darle mayor emotividad, pero tienen igual suerte: escasos y mínimos. Coincidentemente, están puestos en el mismo testimonio, el del violinista Lasca, que trata de dar mayor profundidad al asunto. Pero indefectiblemente el asunto naufraga en lo costumbrista, lo meramente anecdótico.

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