Entrevista a Mario Wainstein

Mario Wainstein es un periodista argentino,  residente en Israel desde hace más de 30 años. Fue jefe de redacción del diario AURORA, ahora se desempeña como periodista para diferentes medios de prensa mundiales. Es co-fundador del Movimiento Shalom Ajshav (Paz Ahora) y activo militante por el dialogo palestino-israelí.

¿Cómo se podrían leer los hechos ocurridos recientemente en Israel?

La realidad es compleja y por efecto de los medios de prensa intentan hacer un reduccionismo de la situación.  La comparan  con la actual situación en Grecia o España, cosa que no es comparable.  Es una protesta netamente israelí que me atrevo a decir que va a tener una solución que va a ser netamente israelí.   
Israel no va a volver al estado de bienestar por más que haya algunos dentro de la protesta que así lo piden.  Se va a retocar en forma sumamente sensible al estado, Israel va a seguir siendo un estado capitalista porque tiene un aprecio muy grande por la libertad individual.  Incluso la enorme mayoría de los que están protestando en este momento no están dispuestos a pagar el precio de cambiar la política de estado, lo que buscan es una inferencia del estado diferente de la actual. Lo que está estallando ahora es una caldera puramente israelí.
Israel es un país rico, que tiene U$S 30.000 per cápita de Producto  Bruto Interno, tiene reservas acumuladas de miles de millones de dólares, tiene una deuda externa que es irrisoria y que está cubriendo con el superávit que tuvo por la recaudación de impuestos de estos últimos años. Por otro lado, fue valorizando el shekel frente al dólar.
Tiene una desocupación que es casi de cero: 7,5%.  Lo que queda es la desocupación crónica, gente que pide trabajo y va a seguir pidiéndolo hasta el día de su muerte. Entonces, si todo parece estar tan bien, ¿por qué está todo tan mal? Todos estos números quedan reducidos frente a otro número más: la masa laboral que en Israel sale a trabajar o pedir trabajo es apenas un 50% de la gente en condiciones de ir a trabajar. Entre ellos está la señora del ejecutivo que ellos decidieron que se quede en casa para cuidar a los chicos, pero la gran masa de los que están en edad de trabajar y no trabajan,  no quiere ir a trabajar, por eso no están en la línea de desocupación.
La ultra ortodoxia ocupa un lugar de privilegio en este sentido. El sector árabe también está dentro de esta franja  porque tienen muchos hijos y pesa un tema de discriminación. En este sector la desocupación es alta. Por su parte, la ultra ortodoxia es cada vez más numerosa porque el crecimiento vegetativo es grande,  no van al ejército como sector entero, tampoco trabajan porque estudian la Tora. Se estima que corre mucho dinero negro en ese sector por lo que tampoco pagan impuestos.  Dentro de la ultra ortodoxia también tienen una subvención por hijo y también tienen acceso a una vivienda a un precio que ningún otro sector puede llegar.  Están organizados, tienen autoridades que respetan, poseen políticos que los representan y presionan en cuanto a los precios de los productos que consumen.  
Existe otro sector que pasó a ser parte del establishment , ocupando  el lugar que una vez ocuparon los kibutznikim, que eran los consentidos de Mapam.  Los colonos tienen muchas facilidades en vivir en los territorios que viven: las subvenciones son muy buenas porque todos esos territorios son catalogados como zona en desarrollo.  La subvención que se llama del lugar  incluye una zona en desarrollo y otra un premio a vivir en el lugar, si pasan dos años y siguen viviendo en la misma zona no tienen que devolver ningún préstamo. A su vez se construyen caminos para llegar a los territorios, se crean intendencias  de la cuales los sueldos de sus trabajadores se pagan con los fondos del estado, también esas personas deben trasladarse por lo que el gobierno pone a sus disposición un sistema de transporte blindado y protección  para la zona,  que cuidan los chicos que deben hacer miluim (reservistas) y que en este momento están siendo partícipes de las protestas en Tel Aviv.  
Hay personas que consideran que es un dinero bien invertido en Eretz Israel,  sin embargo las fronteras todavía no se han terminado de definir y puede pasar que esa inversión sea obsoleta. La gran mayoría de ese territorio puede pasar a ser parte del Estado Palestino. Hasta el momento se había invertido en territorios solo por ser territorios unos U$S 50.000 millones, ahora se superó esa cifra.  De manera que la protesta actual va a llegar tarde o temprano a esos dos sectores. Las protestas dicen no ser políticas, pero sí lo son, lo que no tienen es una tendencia política determinada.
El estado de Israel va a tener que llegar a evaluar esto, reevaluando la distribución de ingresos que toca a estos dos sectores. Otro camino sería ampliar su presupuesto, cosa poco probable por la crisis económica mundial. 

¿Esto no es parte -más allá de una implicancia política evidente- una muestra de las grietas de la sociedad israelí?

La amenaza de los vecinos israelíes hace que muchas veces no se perciban esta clase de conflictos internos.  Hay un mito sionista que a veces juega en contra: el sentimiento de hermandad.  La verdad es que un activista de Shalom Ajshav y un colono de los asentamientos poco tienen  que ver. Entre un judío cultural laico y un ultra ortodoxo que sólo tiene en cuenta las mitzvot, tampoco hay mucho en común.  
Todos son judíos, pero es como decir son todos seres humanos.  Sin llegar a decirlo de esta forma, mi admirado profesor Ieshaiahu leibowitz afirmaba que una guerra civil no es mala y a veces es necesaria. Yo no quiero decirlo de esa manera porque me parece terrible, pero sí quiero decir que tenemos que ratificar la cohesión y para esto a veces es muy bueno resaltar las diferencias y luchar pacífica pero firmemente por convicciones que tienen que ver con la vida y la muerte de cada uno de nosotros, con el futuro de nuestros hijos, con la pregunta clave de qué clase de sociedad queremos para nosotros.
Hay un intento que nació antes del estado, pero que en la creación es muy evidente. En ese entonces había que declarar el Estado y no se ponían de acuerdo entre los religiosos y los laicos, los religiosos afirmaban que hay que mencionar a Dios y los laicos decían que Dios no estaba en juego en cuanto a la creación del Estado. Ben Gurión, observando este dilema creó una clausula abierta, de libre interpretación, aludiendo a “La roca del sol”.  En los escritos rabínicos esta roca es una divinización de lo sagrado. Pero a su vez, los laicos podían interpretar que esta roca era otro jalutz como fuerza constructora que comenzó a edificar el Estado. Cada uno interpretó esto como quiso y Shalom al Israel. Eso se perdía en determinado momento ya que no se puede engañar a todo el mundo en todo momento. Llegó el momento en que salieron a la luz estas diferencias que son serias, y vamos a luchar por todo esto.
En este momento tan especial ¿cómo es tomado el pedido para la formación de un Estado Palestino?
Lo que interesa es cuál es la situación de Israel en la posición en la que está.  La postura palestina ante el mundo aparece como indiscutible. Es una postura en la que hay que ser un canalla para oponerse. Demostraron tener control del territorio disminuyendo el terrorismo. Quieren ahora negociar ese Estado Palestino partiendo de las fronteras del ‘67.  El mundo lo entiende como una demanda elemental.  Hay una postura israelí que tiene que ver con el hecho que somos un pueblo que nació en este territorio y tenemos derecho a tener nuestra patria como tienen todos los pueblos de la tierra.
En Israel hay árabes palestinos a los que Israel reconoce sus derechos nacionales.  Israel es proclive a que los judíos formen parte de Israel y que los palestinos vivan en el Estado Palestino.  Esta postura el mundo la reconoce y la aplaude. Pero esta propuesta incluye la renuncia al derecho de retorno de los palestinos.  Aceptar la postura de Abu Massen de dialogar, es algo nuevo y difícil para Israel.  Netaniahu no puede avanzar en esa postura, Israel no tiene política exterior, sólo lleva adelante una política interior.  La coalición de gobierno no le permite la mayoría de votos para un diálogo con Palestina, cambiar la coalición no lo va a hacer porque sería pan para hoy y hambre para mañana.  
Lo único que en este momento le está jugando a favor a Israel es la crisis mundial, porque están ocupados con otra cosa.  Las sanciones internacionales vienen más de la mano con barreras económicas entre países que otro factor. En Estados Unidos cada vez es más difícil por ejemplo vender productos israelíes.  Hay una guerra desatada entre un sector del Islam y occidente.

¿Qué pasa con los sectores terroristas en el mundo árabe?

La única forma de combatir esto es simplemente desde dentro del Islam y no desde occidente.  
Occidente no puede combatir al extremismo islámico porque no va a ayudar en nada. Por eso la vía es otra, no por el lado protector combativo.  Lo que sí se puede hacer es tratar de facilitar el diálogo. Israel tiene muchos elementos para esto. Israel hasta ahora ha hecho todo lo necesario para fortalecer a Hamas y debilitar a la parte pragmática. A veces pienso que es lo más cómodo, afirmar simplemente “no hay con quién hablar”.
El problema se presenta cuando viene alguien como Abu Massen y fomenta el diálogo y el acuerdo. Israel no sabe cómo actuar, tiene que tomar una posición donde, o queda mal frente a la opinión internacional o frente a la línea política interna del país.  Abu Massen sabe que tiene a Gaza y a Hamas del otro lado, pero quiere demostrar que Hamas no es válido; él propone un estado económica  y sociablemente estable, propone elegir el tipo de gobierno democráticamente, a través de elecciones. Esa es su propuesta para combatir a Hamas. La única alianza de la región en este momento son los colonos y Hamas, porque se retroalimentan lamentablemente. La alianza entre los cuerdos y esperanzados, la mayoría silenciosa en todos, para ellos es que todavía no se creó un acuerdo.

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