Lógica privada

Tal vez toda esta nota puede reducirse a discutir la siguiente idea de Platón: para gobernar a los otros, primero hay que poder gobernarse a uno mismo. Platón supone una homología entre el alma y la polis: un ser humano y una ciudad-estado en el fondo se manejan con una misma lógica donde una racionalidad central debe regir por sobre el resto de nuestras funciones. Claro que la propuesta aristocrática platónica nos puede hacer mucho ruido, pero no deja de ser un buen dispositivo crítico para repensar el rol de un gobernante.

¿Qué es gobernarse a sí mismo? En Platón es anteponer el ejercicio de nuestro pensamiento a las otras partes del alma, por ejemplo a la irascible o a la hedonista. Un hombre justo es entendido como aquel donde la razón garantiza que cada parte del alma cumpla con su rol. Por ello, un hombre dominado por la búsqueda de placer o de riquezas o de la fama resulta un ser injusto. ¿Pero sucede lo mismo en las sociedades? Para Platón, debería. Al gobernante se le exige ser la razón de Estado y por ello amalgamar los diferentes intereses bajo una racionalidad pública común.

Un gobernante no debería tener ningún otro propósito que alcanzar una sociedad justa. Pero en general la función de gobierno se corrompe cuando el modelo del que gobierna no es el fin público sino el interés privado. Y a veces, aun concediendo que haya una vocación de gobierno, está claro que alguien que entiende la función ejecutiva a partir del modelo empresarial va a entender el bien común como entiende el bien privado. Es como si pensáramos que una persona justa es aquella que en vez de estar dominada por su razón, lo está por su deseo de lucro. Todo lo que haga va a estar condicionada por este objetivo. Con la función pública pasaría lo mismo: se piensa al Estado como una empresa y se actúa en consecuencia.

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De Tahrir a la escuela

Hace unas semanas, estaba en Ammán, Jordania, hablando con educadores, cuando conocí a una joven estadounidense con un empleo con las funciones más asombrosas. Su nombre es Shaylyn Romney Garrett.

Se presentó diciendo que su esposo James y ella fueron voluntarios en los Cuerpos de Paz en Jordania y se quedaron para establecer una ONG, «Think Unlimited». Ayuda a maestros jordanos a aprender a cómo «enseñar a tener un pensamiento creativo y solucionar problemas» en el salón de clases. «Bien, eso», dije, «sería la verdadera primavera árabe».

La memorización sigue siendo el método educativo dominante en la mayoría de las escuelas públicas árabes. Los Garrett, con cierto apoyo de la iniciativa de reforma educativa de la reina Rania de Jordania, diseñaron un programa para permitir e inspirar a los maestros jordanos a adoptar un enfoque educativo muchísimo más creativo.

Asimismo, realizaron un «Campamento de Cerebros» en el verano para estudiantes jóvenes a fin de afinar sus habilidades para resolver problemas mediante la creación de soluciones ante la escasez de agua. Garrett me contó una historia, no obstante, que realmente se me quedó en la mente.

«Había una chica de 16 años en la aldea que atendía los Cuerpos de Paz en Jordania», contó. «Venía de una familia muy conservadora y siempre usaba el vestido islámico. Cuando le preguntabas qué quería ser cuando fuera grande, respondía: 'doctora' que es lo que dicen todos porque es el empleo más prestigioso. No obstante, tras completar nuestro campamento de seis días, se dio cuenta de que podía ser otra cosa con su talento, que podía ser una agente de cambio. Así es que formó un club de niñas en la aldea. En el campamento les enseñamos a los chicos el concepto de 'lluvia de ideas' y un día que caminábamos juntas, me lanzaba ideas y me dijo: 'Señora Shaylyn, anoche le lancé un aguacerazo a mi cerebro para pensar en distintas ideas sobre cuál debería ser el tema de mi club'. Finalmente hizo que fuera uno de liderazgo». Fue un ejemplo, dijo Garrett, de haber tomado una habilidad específica del pensamiento creativo - la lluvia de ideas - y aplicarla a su comunidad.

Los despertares árabes pueden tener éxito o no en derrocar a los dictadores, pero no tendrán ninguna posibilidad de realmente dar poder a la nueva generación sin este tipo de revolución en la educación. El despertar árabe - en su esencia - fue un acontecimiento no religioso, liderado por jóvenes frustrados por carecer de espacio, de oportunidades de empleo y herramientas educativas para desarrollar todo su potencial. Esa fue la fuente de la energía volcánica que explosionó en las plazas de Egipto, Túnez, Siria, Yemen y Libia.

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Valores judíos son más importantes que demografía

Hace unos años, Sigal Rozen vivía en otro mundo. Estudiaba Literatura Francesa e Inglesa, trabajaba en una empresa de alta tecnología…y seguramente ni se imaginaba que tiempo después, dedicaría casi todas sus horas, quitando seguramente mucho tiempo al sueño en las noches, a ayudar a los trabajadores extranjeros en Israel.

Hace pocos días, en Tel Aviv, compartió con nosotros sus pensamientos y sentimientos.

- Sigal ¿hace cuánto estás en esto, al frente del Centro de Ayuda de Trabajadores Extranjeros?
- Comencé a intentar ayudar a emigrantes de trabajo y solicitantes de asilo hace ya 14 años, a raíz de una serie de artículos que se publicaron en un diario local de Tel Aviv. En aquel entonces había muy pocos africanos de Ghana y Nigeria. Había problemas y nos organizamos varios amigos, decididos a hacer algo para solucionar lo de las detenciones. Nos contactamos con la organización «Kav LaOved» que ya funcionaba, pero al final se decidió que formemos un organismo separado.
Comenzamos a visitar a detenidos en la cárcel. El gran choque fue ver que muchos de ellos habían entrado a Israel en forma totalmente legal, con permisos emitidos por el Estado para trabajar aquí, pero que cuando dejaban el lugar específico en el que trabajaban, se convertían en ilegales.

- ¿Cuando sus visas todavía estaban vigentes?
- El problema es que en Israel un trabajador extranjero que llegó legalmente, sigue siendo legal sólo mientras trabaja con el empleador que lo trajo al país y consideramos que eso crea problemas. Comprendimos rápidamente que tratar de ayudar en cada caso particular no conducirá a nada. Hicimos contactos con abogados, entablamos relaciones con organizaciones del exterior, comenzamos a preparar informes y, gradualmente, nuestro trabajo se tornó en algo sólido y permanente.

- Y estamos hablando de ayuda a refugiados y a quienes vienen a trabajar...
- Parte claro que vinieron a buscar trabajo, pero considero que muchos de los que dicen «vinimos a trabajar», de hecho son refugiados. Es que no leyeron las convenciones internacionales al respecto y no conocen las definiciones formales. Y para muchos de ellos, trabajar es vivir.

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África en Israel

Los saltos de la vida

Tal vez por esa costumbre que tenemos los de cincuenta para arriba de desenterrar recuerdos polvorientos, o simplemente porque la realidad se impone, últimamente me volvió a la memoria una imagen que data de a fines de los ochenta o principios de los noventa: mi primer encuentro con los «olim jadashim» (nuevos inmigrantes) etíopes. Como a la pequeña localidad en la que yo vivía en aquella época los recién llegados no llegaron, mi primer «encuentro» con ellos fue por televisión.

Aquella mañana había viajado a la ciudad cercana a hacer compras y trámites de rutina. Apenas bajé del ómnibus la vi. Ella caminaba por la calle principal, contoneando su esbelta y sensual figura color chocolate con los ojos bien abiertos. Parecía subyugada por cada uno de los componentes del infinito y desconocido mundo que tenia frente a sus narices. El bebé, que habría tenido algo más de un año, se contoneaba al compás sobre sus espaldas, literalmente «embolsado» en una especie de chal gigante que hacía las veces de «cargador», y que sin duda poco tiempo después inspiraría los primeros portabebés estilo tradicional tan en boga en estos días.
A partir de aquel primer encuentro sucedió algo paradójico: el número de nuevos inmigrantes de Etiopía aumentó considerablemente pero nosotros, los israelíes de tez clara, cada vez los veíamos menos…

Quiero creer que tuvo que ver con el hecho de que sus nuevas fisonomías pasaron a formar parte del paisaje cotidiano pero, lamentablemente, y a pesar de los tantos años transcurridos, sé que también se debe a que los entonces nuevos inmigrantes y ahora ya ciudadanos veteranos, e incluso sus hijos sabras, continúan soportando una actitud marginadora de nuestra parte, los «blancos», discriminación que por lo general elegimos no ver.
(Asociación libre: Con esto del color de la piel suceden cosas curiosas. Por ejemplo, los latinos en Israel formamos parte de la población «blanca» mientras que si hubiésemos llegado a Estados Unidos seríamos de «raza latina»… )

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Serrat y Sabina emocionaron con su show en Tel Aviv

Miles de fans emocionados se hicieron presentes este jueves por la noche en el estadio “Nokia” de Tel Aviv para escuchar a los famosos cantautores españoles Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina, cuyo show “Dos pájaros Contraatacan” quedó confirmado como un gran éxito también en Israel.

“¡Shalom Tel Aviv!”, gritaron ante el entusiasta aplauso del público, que los ovacionó por su obra, por hacer llorar y reir…y por estar.

Desoyendo exhortaciones de algunos grupos españoles que les pedían no cantar en Israel, estos dos gigantes del escenario y de la canción en español compartieron con los israelíes, en su enorme mayoría de origen latinoamericano, sus piezas más conocidas así como también proyectos nuevos que dejaron en evidencia una magnífica química y buena onda.

“No lo puedo creer”, era un comentario común esta noche…más que nada de boca de las mujeres que estábamos presentes y que llevábamos a Serrat en nuestros corazones..pero no menos emocionados estaban los hombres , señalando que venían a ver y escuchar a parte de su identidad, la que siguen llevando consigo como parte de su ser, también decenas de años después de haberse radicado en Israel.

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La Demografía del temor

El pueblo ha perfeccionado una nueva arma en nuestro arsenal para crisis, un arma garantizada para reunir la requerida cuota de miedo y preocupación necesaría para estimular la vida judía comunal – la demografía.  Como pueblo hemos reemplazado la visión con la crisis como la fuerza y motivación centrales para la identidad, la filantropía y la unidad.  Hemos encontrado entre la plétora de estudios demográficos una inagotable mina de oro.  Ahora tenemos una fuente sin fin para alimentar nuestro temor.

Como el pueblo al que llaman “siempre a punto de morir” podemos deleitarnos en estadísticas que o apuntan a la acelerada asimilación, o a la falta de afiliación,  o a los casamientos mixtos, o a la alienación, o al menor compromiso y al distanciamiento de Israel o a la siempre creciente comunidad ortodoxa, sea en Israel o en Nueva  York con la crisis del futuro judío que un crecimiento tal puede presagiar.  Si los números no son los suficientemente alarmantes, entonces podemos combinar dos grupos, como por ejemplo, árabes y haredim para poder lograr la lúgubre predicción de una mayoría no sionista en Israel en un futuro muy cercano.

Aunque algunos demógrafos obtienen un pingüe beneficio de la demografía del miedo.  Mi intención no es atacar al mensajero.  La demografía puede jugar un rol invalorable en empoderar, dar forma y guiar la visión de nuestro pueblo.  El problema no radica ni en el demógrafo ni en la demografía, per se, sino en su celebración de la crisis que está manipulando la vida social judía.  

El propósito central de la demografía es alertarnos a los cambios en el estatus quo y a nuevas corrientes dentro de nuestras identidades individuales o colectivas, para que podamos adaptarnos y responder con efectividad e inteligencia.  La demografía del miedo, sin embargo, funciona en el sentido opuesto.  Paraliza y crea un sentimiento de desamparo, a medida que la comunidad judía o Israel son retratados como siempre girando fuera de control hacia un futuro auto-destructivo.  Como el siempre abusado niño de la historia, parecería que sin una constante dosis de miedo no podemos despertar de nuestro adormecimiento, vernos o conectarnos con nuestra realidad.'

No somos una comunidad siempre al borde de la muerte.  Somos sin embargo una comunidad siempre cambiante.  El único rasgo permanente de la vida judía es que el judaísmo es una fuente de desacuerdos, y no de cohesión.  Que cualquier límite que elijamos para definir nuestra identidad central será invariablemente cruzado mucho antes de que tenga tiempo de arraigarse.  La característica principal que define a la vida judía del Siglo XXI es que las diferencias son más extremas y el cruce de las líneas divisorias más acelerado.

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Una Gran Época de delirio total

La Gran Época, versión española de The Epoch Times, publicó un artículo en el que da pábulo a mentiras y teorías delirantes que atribuyen al Mossad la responsabilidad del accidente aereo del Tupolev 134 que se estrelló en Rusia el 20 de junio 2011.

El artículo de Derya Yürük, Denuncian sabotaje en accidente de avión ruso donde mueren seis físicos iraníes toma como referencia las declaraciones de Wayne Matson, a quien describe como un “experimentado reportero e investigador”.

Leyendo el título, uno podría llegar a pensar que varios expertos han acusado a una “mano negra” de estar detrás del terrible accidente.

Pero la verdad es que ni ha habido denuncia, ni existen varios expertos... “Denuncian” se refiere a declaraciones de un tal Wayne Matson.

Wayne Matson es en realidad Wayne Madsen, conocido por sus teorías conspirativas sobre los atentados del 11 de Septiembre, sobre Barak Obama, sobre la fiebre porcina o sobre Israel.

Este detalle no es mencionado por Derya Yürük quien, sin poner en contexto a sus lectores sobre el supuesto “experimentado reportero e investigador” escribe:

Wayne Matson declaró esta semana que: "el avión que llevaba a 5 físicos nucleares, había primero explotado en el airey después se estrelló en el suelo. También en el 2007 un avión que llevaba a físicos nucleares Turcos había primero explotado en el aire y después se había estrellado en el suelo. "La Mossad estaría detras de todos estos accidentes", expresó.

Madsen junta dos accidentes aéreos que han sido totalmente esclarecidos y que en ambos casos se debieron a descuidos del piloto (Atlasjet Flight 4203 y Tupolev 134) para extender una sombra de duda sobre Israel y sus servicios de inteligencia, blanco fácil para teorías conspirativas.

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Todos somos Rut

El bíblico Libro de Rut, que leeremos durante la fiesta de Shavuot, recibe su título del nombre de la persona cuya historia relata.

Los nombres propios hebreos tienen significado. Estos pasan inadvertidos para el lector de una traducción de la Biblia, pues los traductores sólo transliteraron los nombres sin intentar explicar el motivo de ellos. Rut era moabita y naturalmente su nombre no es hebreo. No se sabe con certeza la etimología y significado de éste, aunque algunos creen que puede estar relacionado con el sustantivo «reah», lo que vendría a ser, en consecuencia, «amiga» o «amistad».

El Libro de Rut no nos relata la historia de un amor romántico, sino del amor reverente de una viuda joven por la madre de su esposo difunto. El amor que se revela en su carácter es del tipo más puro y abnegado. Aunque era moabita, Rut aceptó como propia la fe de Noemí, y fue recompensada mediante su matrimonio con un noble judío, Boaz, por quien llegó a integrar la tribu de Yehudá y ser antecesora del mismísimo rey David.

Uno de los propósitos del Libro de Rut es justamente ese, informarnos respecto de los antecesores inmediatos de David, el más grande de los reyes de Israel, de cuyo linaje deberá llegar el Mesías.

Pero al mismo tiempo, Rut presenta un cuadro sumamente llamativo acerca de las relaciones entre personas distintas y hacia la solidaridad con el prójimo diferente.

La relación entre suegras y nueras es tema de diversión para muchos. Pero no ocurre así entre Rut y Noemí. Con una última mirada a los campos de su tierra, Moab, y con una sublime exclamación - «Tu pueblo es mi pueblo, y tu Dios es mi Dios» -, Rut entra en un terreno extraño y se une al pueblo hebreo.

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Pesadilla de una freudiana noche de verano

Nota: Si usted me toma en serio tengo un problema, si no lo hace lo tiene usted. Nada de lo que aquí se dice es original, ni siquiera el primer pecado.  



Suena la música de un klezmer lejano que se mezcla con un canto ladino sefardí.  Estoy en una zona extraña de mi onírica subconsciencia.  (Subconsciencia: Metro o Subte por el que viaja la conciencia del ser sin que exista una vía coherente por la que transitar).  El violinista desde su altura saluda a Teive y twitea: “Este sábado concierto en el tejado. Entrada con consumición de humus y pita”. 

Entre cantos litúrgicos de una sinagoga medieval visualizo  varios divanes que  me hablan con la cara de Freud. Freud tiene cara de diván. Iván tiene cara de D. El famoso psicoanalista luce una remera con el logo de superman que dice SUPERJEW. En eso llega volando dentro de un rulero rosado el  superyó, quien se pone su capa elaborada de harina de matza. Freud y el superyó vuelan sobre el océano infinito del inconsciente colectivo que viaja en bondi y cobra boleto. (Por lo de colectivo). Tengo un boleto  capicúa y creo que tendré suerte y eso me da culpa. Evidentemente estoy soñando y en ese profundo sopor se dan cita los primitivos arquetipos del pueblo judío. En lo alto de una montaña  Moisés o Moshe para los amigos, lee los 10  mandamientos: 

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Nosotros y el hebreo

- Decíme 5 palabras cualesquiera
-  Mesa, silla, lapicera, cuaderno, pantalla
He hecho esta prueba varias veces. Invariablemente, las cinco palabras que obtengo son sustantivos; casi sin excepciones se trata de objetos concretos y con altísima frecuencia están a la vista del interlocutor.

¿Por qué no contestan verde, o caminar, o belleza?
La cultura occidental privilegia el sentido de la vista y las representaciones estáticas y visuales (gráficos, esquemas…); en la lengua –el rey es el sustantivo.

El hebreo –y las lenguas semitas, en general- es distinto: el centro de atención es el verbo, la acción. En la escena del Sinaí, cuando el pueblo recibe las tablas de la Ley, responde “"נעשה ונשמע, “haremos y escucharemos”: acción y sentido del oído.
El hebreo propiamente dicho no tiene vocales; las palabras se arman usando como materia prima a las consonantes y las vocales (que normalmente no se escriben pero sí se pronuncian) son el medio que permite articularlas, pronunciarlas y –en ocasiones- marcar matices de significado. El vocabulario de una forma algo distinta de las occidentales, por medio de familias de palabras que responden a una misma raíz –generalmente de tres consonantes-, y cuyo significado preciso depende de cómo está articulada esta raíz con vocales y letras complementarias. La raíz lmd, p.ej., corresponde a estudiar o aprender, y toma formas tales como: lamad (aprendió), limed (enseñó),  limud (estudio), melamed (enseñante, porque hace que otro aprenda), melumad (erudito, formado en el aprendizaje), lamdán (estudioso), Talmud, lomdá (software educativo), y otras. Las vocales cambian, se agregan letras auxiliares, pero la raíz es la misma. Cada palabra tiene, entonces, una resonancia muy amplia, porque está vinculada con muchas otras, y refiere a ellas en alguna medida.

Los psicólogos sostienen que la lengua tiene un papel crucial en la conformación de la cognición: pensamos con el lenguaje y –como ocurre con todas las herramientas-, el propio lenguaje moldea la tarea cognitiva a la que se aplica. Las lenguas que hablamos, entendemos, leemos y escribimos son indisociables de las culturas respectivas y no son –meramente- códigos alternativos, traducibles directamente unos a otros.

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