Una Gran Época de delirio total

La Gran Época, versión española de The Epoch Times, publicó un artículo en el que da pábulo a mentiras y teorías delirantes que atribuyen al Mossad la responsabilidad del accidente aereo del Tupolev 134 que se estrelló en Rusia el 20 de junio 2011.

El artículo de Derya Yürük, Denuncian sabotaje en accidente de avión ruso donde mueren seis físicos iraníes toma como referencia las declaraciones de Wayne Matson, a quien describe como un “experimentado reportero e investigador”.

Leyendo el título, uno podría llegar a pensar que varios expertos han acusado a una “mano negra” de estar detrás del terrible accidente.

Pero la verdad es que ni ha habido denuncia, ni existen varios expertos... “Denuncian” se refiere a declaraciones de un tal Wayne Matson.

Wayne Matson es en realidad Wayne Madsen, conocido por sus teorías conspirativas sobre los atentados del 11 de Septiembre, sobre Barak Obama, sobre la fiebre porcina o sobre Israel.

Este detalle no es mencionado por Derya Yürük quien, sin poner en contexto a sus lectores sobre el supuesto “experimentado reportero e investigador” escribe:

Wayne Matson declaró esta semana que: "el avión que llevaba a 5 físicos nucleares, había primero explotado en el airey después se estrelló en el suelo. También en el 2007 un avión que llevaba a físicos nucleares Turcos había primero explotado en el aire y después se había estrellado en el suelo. "La Mossad estaría detras de todos estos accidentes", expresó.

Madsen junta dos accidentes aéreos que han sido totalmente esclarecidos y que en ambos casos se debieron a descuidos del piloto (Atlasjet Flight 4203 y Tupolev 134) para extender una sombra de duda sobre Israel y sus servicios de inteligencia, blanco fácil para teorías conspirativas.

No explica Madsen qué interés habría tenido Israel en derribar dichos aviones, pero asegura que en ambos viajaban científicos nucleares:

Los científicos nucleares que perdieron sus vidas en el accidente habían trabajado en algunos proyectos nucleares en India, China y en Bulgaria.

¿Y se supone que por eso Israel derribó los aviones? ¿Cómo lo hizo? ¿Para qué? ¿Cómo es que ningún país lo denunció? ¿Cuál es la identidad de esos científicos? ¿En qué se basan estas afirmaciones? ¿Cuáles son las fuentes privilegiadas que permiten a Madsen conocer estos secretos a los que el resto de los mortales no tenemos acceso?

Ninguna de estas respuestas es respondida en un artículo que no presenta ni un ápice de crítica a los delirios del supuesto experto, sino que más bien les da su respaldo al prestarle sus páginas para seguir demonizando a los israelíes, que aquí aparecerían como meros terroristas dispuestos a derribar un avión de pasajeros con tal de llevarse por delante a unos científicos que no les han hecho nada.

Como único dato concreto, Madsen aporta la identidad de Engin Arik, científica que efectivamente murió en el accidente aéreo del año 2007. Pero no hay lógica alguna en ver por ello un ataque del Mossad, a menos que uno tenga muchas ganas de ver conspiraciones israelíes por todas partes.

Y parece que esa es la clave de este artículo, que ha sido reproducido en algunos medios turcos. Como también parece ser la clave de Madsen, asiduamente utilizado como referente intelectual en medios abiertamente anti-israelíes y antisemitas, como el venezolano Aporrea.

Que Madsen haga declaraciones absolutamente delirantes y “conspiranoides” no debería afectarle más que a él, si no fuera porque medios como Gran Época se ocupan de difundir sus ideas, confundiendo a sus lectores y cubriéndolo todo con un manto de sospecha, en el que “los malos” son siempre los mismos.

¿Habrían hecho lo mismo, si en vez de acusar al Mosad, Madsen hubiera responsabilizado del accidente a agentes del servicio de inteligencia danés, por ejemplo? Sospechamos que no. Aunque la lógica habría sido la misma


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