El Día después de IK: un mirada dura desde Israel

Gideon Levy, Haaretz 30 de setiembre de 2023

Escuchando el clamor sobre el «pogromo» en la Plaza Dizengoff de Tel Aviv en Iom Kipur, la «santidad del día» y la ofensa a «los sentimientos de los devotos», es imposible no recordar las ofensas diarias que cometen contra nosotros, los izquierdistas seculares. Pero en Israel, las personas seculares no tienen sentimientos. Solo las personas religiosas tienen sentimientos que no deben ofenderse.

¿Han sido ofendidos sus sentimientos? En esa plaza, de repente quedó claro que nosotros también tenemos sentimientos. ¿Han sido profanados sus valores? Los nuestros fueron profanados hace mucho tiempo. Además, una gran parte del daño causado a nosotros, los demócratas seculares, ha sido causado por los que se quejan en la Plaza Dizengoff.

Cuando veo a israelíes con kipás tejidas y sus brillantes camisas blancas de Shabat, con sus filactelias rituales colgando a los lados y sus armas asomando por detrás, organizando servicios religiosos en el corazón de esta plaza secular, eso ofende profundamente mis sentimientos. Me recuerda que ellos y personas similares salen todos los viernes por la noche (y otras noches) a causar disturbios.

Incluso si la mayoría de los que rezan en la plaza no participa activamente en estos disturbios, es razonable suponer que los apoyan, al menos con su silencio. Los alborotadores son de su misma sangre. Vienen del mismo lugar: Ieshivá, Ieshivá de mujeres, o escuelas secundarias. Esta apropiación de espacios públicos en Tel Aviv por parte de colonos y sus cómplices ofende mis sentimientos, al igual que sus acciones me perjudican enormemente.

Durante años, Israel ha sido moldeado a su imagen. Durante años, Israel ha sido arrastrado por su estela, hasta que finalmente inclinaron la balanza a través de la violencia, el engaño, la extorsión, las amenazas y el fraude. Si no fuera por ellos, quizás seríamos una democracia. En cambio, debido a ellos, somos un estado racista.

Ningún acto empalagoso de «hermandad» como el que ellos promueven, ningún diálogo ni estudio conjunto de la Torá pueden disimular el hecho de que ellos, con el respaldo de todos los primeros ministros de Israel y las Fuerzas de Defensa de Israel, son culpables de convertir este país en un estado intolerante. Si no hubiera habido una derecha religiosa, nacionalista, mesiánica y racista, no habría colonos. Y si no hubiera habido colonos, hace mucho tiempo que no habría ocupación. Qué simple y qué verdadero.

Cuando vienen a la Plaza Dizengoff, traen consigo su arrogante ideología nacionalista. Y la cúspide de su audacia fue que vinieron a la plaza en nombre de la libertad, el liberalismo y la democracia. Los colonos y sus cómplices, miembros de Rosh Yehudi y sus seguidores, son la comunidad que priva por la fuerza a sus vecinos palestinos de estos valores. Y ahora intentan hacer lo mismo gradualmente en Tel Aviv. No tienen derecho a beneficiarse del liberalismo. Son sus enemigos.

Ver a miembros de ese movimiento, jóvenes judíos religiosos que se mudan en grupo a barrios de la ciudad en el corazón de Tel Aviv, también ofende mis sentimientos. Cualquiera que haya visitado en los últimos años las ciudades que se convirtieron en ciudades mixtas judías-árabes en 1948 sabe lo que los miembros de este movimiento planean hacer: judaizar, provocar, realizar una toma de control forzada y, al final, expulsar a los locales. Ve a Ramle, Lod o Acco y lo verás. Allí ofenden muchos sentimientos. Ahora, está bien y es necesario bloquearlos en Tel Aviv. Puedes encontrar de todo en ese movimiento, excepto buenas intenciones.

Sí, la kipá tejida se ha convertido en un símbolo que despierta resistencia. Muchos de los que la usan son responsables de esto. Es el símbolo que llevan en la cabeza cada vez más oficiales de las FDI y funcionarios de alto rango de la Administración Civil de Israel en Cisjordania, así como muchos jueces, periodistas y políticos; demasiados.

La kipá tejida convierte a su portador en un sospechoso hasta que se demuestre lo contrario. La kipá tejida ha traído desastre a Israel. Y esto necesita ser dicho.

 

Traducción editada y adaptada: Ianai Silberstein