La Agenda Moral

Del podcast de Donniel Hartman y Yossi Klein-Halevi del Shalom Hartman Institute (SHI) del 12 de diciembre, «Israel en guerra – Civiles gazatíes», cito a Donniel respecto a su experiencia al recorrer los Estados Unidos durante este tiempo de guerra en la patria, su hogar (Israel):

«Aquí en América del Norte, en cada conferencia que doy, al menos una de las preguntas se refiere a los civiles gazatíes. Y aunque este es un momento de profunda unidad en el mundo judío, con personas unidas, nuestras experiencias emocionales y nuestra discusión moral no son paralelas. Hay diferencias y están surgiendo.» Permíteme agregar otra diferencia.

Escribo esto desde mi escritorio en Montevideo, Uruguay. No podría estar más lejos de Israel ni de los Estados Unidos. No es sólo una distancia física; es una distancia de percepción. No tenemos la fortuna de recibir a personas como Donniel Hartman, pero hacemos nuestro esfuerzo. El viernes pasado, nuestra comunidad en Montevideo recibió a familiares de rehenes y víctimas. También realizamos sesiones por zoom con israelíes de habla hispana para arrojar luz (después de todo, es Janucá) en este oscuro abismo.

Estamos impactados, desconcertados, perdidos, confundidos, esperanzados e inciertos, como probablemente la mayoría de los judíos en todo el mundo. Buscamos toda la información y apoyo que podamos obtener de cada fuente confiable, y tenemos varias buenas fuentes en español. Sin embargo, aquí nadie se atrevería, ni siquiera lo pensaría, a preguntar acerca de los civiles gazatíes.

Lamentablemente, discrepo con la afirmación de Donniel de que «este es un momento de profunda unidad en el mundo judío«. Es, sin duda, un momento de solidaridad profunda y urgente, pero la unidad se aplica solo como un ideal para el pueblo judío. No existe. Incluso en momentos como estos, de persecución, antisemitismo y una clara voluntad de exterminio.

La menguante comunidad de Uruguay (15,000) es tradicionalmente sionista. De hecho, esta es una de las principales razones de su disminución. La mitad de mi generación, por ejemplo, ha vivido en Israel durante ya más de cuarenta años. Algunos de sus hijos están en el frente. Primero, nuestra preocupación se dirige a nuestras familias y amigos: todos tienen a alguien muy cercano en Israel. Esa pregunta recurrente en América del Norte a la que hace referencia Donniel Hartman es impensable en este rincón de América del Sur.

Como estudiante regular de los seminarios de verano del SHI, sé muy bien cómo los estadounidenses ven Israel. El SHI se ha empeñado en explicar Israel y a los israelíes a sus estudiantes. Ideas y valores que, aquí en Uruguay, hemos aprendido desde el jardín de infantes. Israel no se trata del pueblo palestino ni de la ocupación; Israel se trata de nosotros, los judíos. Punto. En tiempos de peligro, y este es el momento más peligroso en mi vida (desde 1957), no hay espacio para nada más que «nosotros».

Por supuesto, tenemos judíos de izquierda y progresistas que en tiempos normales escriben y luchan por la causa palestina. Sin embargo, en estos tiempos han quedado en shock por cómo La Izquierda global los ha dejado solos al condenarnos a todos los judíos por igual al condenar a Israel. Su shock por esta traición de La Izquierda incluso ha dado lugar a material periodístico. No importa que durante toda su vida hayan apoyado ideas progresistas y el derecho palestino a la autodeterminación; cuando Israel reacciona ante una masacre civil, todos nosotros los judíos somos iguales. Al igual que con el régimen nazi, el antisemitismo nos iguala a todos; logra lo que nosotros no podemos.

Por supuesto, Israel, las FDI, «que son capaces, especialmente capaces, de establecer hospitales de campaña en cualquier rincón del mundo en 24-48 horas, capaces de realizar cirugías de trauma, cirugías de trauma complejas, en áreas de devastación sin agua y electricidad» podrían «establecer tres o cuatro hospitales y empezar a tratar a las víctimas, ya sea … justificadas o no«. En efecto, podrían. Pero aún no, no bajo este gobierno, y no en este estado de ánimo.

Los judíos estadounidenses pueden quejarse del silencio israelí con respecto a la agenda moral de la guerra. Nosotros, los judíos uruguayos, al igual que muchos otros judíos en América del Sur, apoyamos una sola agenda: derrotar a Hamas y rescatar a los rehenes. Las consideraciones morales no tienen cabida cuando te sientes amenazado a este grado. Quizás sea porque para los judíos estadounidenses sus vidas han sido prósperas y seguras. Si la mayoría de los judíos en los Estados Unidos son en efecto reformistas, no es de extrañar que se preocupen por la agenda moral; después de todo, el judaísmo para muchos de ellos es principalmente acerca del «tikun olam«. Para los judíos en este hemisferio sur, el judaísmo sigue siendo, ante todo, sobre supervivencia.

Personalmente, creo que derrotar a Hamas y rescatar a los rehenes son incompatibles; ahora podemos verlo más claramente después del cuento de hadas, que duró una semana, generado por la «pausa». De hecho, creo que tendremos que tener mucho cuidado cuando hablemos de ganar o perder. ¿Qué es ganar, qué es perder? ¿Ganó o superó Israel en Iom Kipur de 1973, el Líbano de 1982, la Segunda Intifada? En podcasts anteriores, si mal no recuerdo, Donniel y Yossi también hablaron de humildad. Estoy de acuerdo.

Como judíos, siempre hemos tenido una agenda moral y una brújula ética. Es precisamente por eso que mi esposa y yo somos estudiantes y seguidores de Hartman durante años. Sí, hubo Auschwitz, pero luego tuvimos el Levantamiento del Gueto de Varsovia. Nos aferramos a este último. El primero es inaceptable. Si, como Donniel lo expresa tan bien, «el sionismo trata sobre nuestro ser los dueños de nuestro destino«, esta guerra trata precisamente de eso. Hay mucho trabajo por hacer antes de abordar la agenda moral. Está ahí, al igual que un Estado palestino, pero no para hoy.

En su «Historia los Estados Unidos», Paul Johnson pregunta: «¿puede una nación elevarse por encima de las injusticias de sus orígenes y, mediante su propósito moral y desempeño, expiarlos?» Se puede hacer esa pregunta sobre casi cualquier nación. Ciertamente sobre el pueblo judío y el Estado de Israel. Gaza está siendo la guerra más cruel de todas (no sé si me corresponde decirlo, pero es mi opinión). Probablemente haya muchas naciones así, pero si una nación está constantemente esforzándose por la moralidad y la expiación, somos nosotros, los judíos.

Esta intrusión de mí parte en la conversación de Donniel y Yossi lo demuestra. Es un privilegio para mí «conversar» con ellos.

Janucá llegó a su fin, seguiremos esperando milagros. La agenda moral no caduca.

 

traducción editada por el autor, original en inglés en https://blogs.timesofisrael.com/the-moral-agenda/