Pesaj 5783: hagamos una pausa

Pesaj está atravesada por el número cuatro: cuatro copas de vino, cuatro preguntas, cuatro hijos, y cuatro trozos de matzá cuando partimos uno de los tres originales para preparar el Afikomán; y como no puede finalizar el Seder sin recuperar ese cuarto pedazo, resulta imprescindible.

Ahora bien: pensemos en Pesaj previo a la Hagadá y sus instrucciones, desafíos, y reflexiones.

También allí hay cuatro elementos que se conjugan para formular lo más básico de la festividad: el concepto de liberación; el concepto del sacrificio; la austeridad del alimento; y por último, el sentido de la experiencia colectiva. Pesaj, Matzá, Maror, y…  Shulján Orej. Sin esos cuatro elementos no hay Pesaj.

En este Pesaj 5783, año gregoriano 2023, en lugar de entrar en disquisiciones e interpretaciones de todo o parte del contenido de la Hagadá, un texto inagotable en la mejor tradición judía, prefiero aventurar reflexiones sobre esos cuatro elementos básicos que definen la festividad. Cómo funcionan, o no, en el contexto actual, en la coyuntura que vive Israel y por consiguiente el pueblo judío.

El fenómeno de las protestas en Israel podría asociarse, en forma muy flexible pero también muy obvia, a la imagen de un éxodo; sin embargo, nadie va a ninguna parte, todos vuelven a sus casas. El país está en un estado de suspensión. Pesaj 5783 está siendo un acto de liberaciones enfrentadas: los propulsores de la mal llamada “reforma judicial” quieren liberarse de un yugo laico y liberal, y sus opositores quieren liberarse del yugo del dogma y el fundamentalismo. Es un Pesaj de liberaciones excluyentes. Podría convertirse en un Pesaj fatal, o podría suponer volver al principio de la historia: salimos de Egipto todos juntos, cualquiera sea nuestro Egipto específico.

La austeridad y la urgencia representadas en el precepto de la Matzá, la harina no leudada, este año también adquiere un significado especial: estamos hablando de ideas fundamentales y fundacionales como Judaísmo y Democracia, Libertad y Normas. El enfrentamiento no es en torno a la sofisticación de las ideologías sino en torno a crudas identidades. Jametz en los hospitales es un asunto insignificante en sí mismo, pero apunta al meollo de la cuestión. La Matzá que cada uno come, o no, el jametz que cada uno limpia, o no, es lo que venimos acarreando con nosotros desde que salimos de Egipto.

Nadie puede discutir que este Pesaj 5783 resulta muy amargo. La ironía es que la amargura, representada en las hierbas del Maror, viene del seno de nosotros mismos. El entorno siempre ha sido hostil, como lo han sido los sucesivos Egiptos y faraones a lo largo de la historia. Sin embargo, la amargura es muy grave cuando unos y otros nos auto-percibimos faraónicos y egipcios. Está en discusión quién soporta la carga y el peso del Estado al tiempo que otros defienden con celo fanático las señas y señales de origen divino. Unos y otros traen Egipto a la Tierra de Israel para esclavizarnos mutuamente.

El “shuljan orej” o “mesa festiva” es el centro, literalmente, del relato de Pesaj. Sentarnos alrededor de una mesa, reclinados en nuestros asientos, conversando sobre los desafíos que nos dejó el texto tradicional o expectantes por el Afikomán y las canciones de cierre, no tendría sentido sin esta instancia porque nadie es libre si no puede disponer de su tiempo y sus alimentos. “Orej” en hebreo alude a algo concebido de una cierta manera; es una mesa tan real como simbólica, que nutre cuerpo y alma. Como cada año, los judíos nos reuniremos en torno a cientos de miles de mesas en Israel y en todo el mundo, pero es difícil pensarnos, como nación en torno a una misma mesa.

Tal vez ese momento, la cena festiva, sirva para un “descanso verdadero”. Como en la novela de Amos Oz de ese nombre, se precisa un espacio donde se crucen los ideales y las realidades, los buscadores incansables y los agotados idealistas de siempre. En lugar de aquel Egipto original y fundacional de cuya salida y liberación hemos hecho un ritual, por qué no dejar un espacio este año para los egiptos interiores que nosotros mismos hemos creado; también de ellos deberíamos liberarnos.

Al final de cuentas, y de cuentos, ¿en qué es diferente esta noche de todas las noches? Que esta noche de Pesaj 5783 del calendario hebreo, 2023 del calendario gregoriano, nos hemos dado cuenta que faraones, egipcios, e hijos de Israel somos todos y cada uno; la libertad que Pesaj celebra empieza por casa: hacernos cargo.

Jag Hapesaj Casher y Sameaj!