After IK

Durante unos años, no muchos, Hillel Uruguay organizó una fiesta llamada “After Iom Kipur Party”. Si bien entiendo que casi cualquier momento es bueno para festejar, la expresión me resulta un poco contradictoria; el “after”, “después de”, es lo que habilita la conjunción de Iom Kipur y fiesta. ¿Es Iom Kipur una “festividad” del mismo modo que lo son Rosh Hashana, Shavuot, Sukot, o Pesaj? ¿Qué festejamos? Repito: casi todo momento es bueno para festejar, de modo que haber finalizado un Iom Kipur más no es un momento menor, en especial para jóvenes en edad universitaria; una institución abocada a convocar jóvenes debe aprovechar todas las oportunidades que el contexto social propicie. Pero la frase con la cual se denomina el evento resulta muy provocativa y desafiante para pensar en el día después a Iom Kipur.

En los marcos observantes no hay mucho problema. Apenas finaliza Iom Kipur se comienza a construir la Suká, y cuatro días después estamos nuevamente en días festivos, no laborables, dedicados al rezo y la celebración. Pero la realidad es que esto aplica a muy poca gente, al menos en Montevideo, y asumimos que en muchos otros lugares de la diáspora judía; el Estado de Israel asume los días festivos como feriados nacionales, para observantes o no. De modo que para quienes cuidan los preceptos no hay mucho problema con el “después”, porque se trata de una continuidad festiva de tres semanas entre Rosh Hashana y Simjat Torá, con algunos días laborables entre medio.
El tema se pone interesante si pensamos en quienes no somos observantes. Para quienes Sukot, por ejemplo, pasa casi desapercibido; para quienes creen, hasta que alguien les cuenta cómo es, que Izkor es un servicio religioso exclusivo a Iom Kipur, cuando en verdad sucede cuatro veces al año: Iom Kipur, Sukot, Pesaj, y Shavuot. Para todos nosotros la pregunta que irrumpe es: después de Iom Kipur, ¿qué?

Las multitudes que convoca Iom Kipur son únicas en el calendario judío. Parecería que nuestra naturaleza judía no se define tanto por el concepto de libertad en Pesaj, el pacto en Shavuot, o la fragilidad de Sukot, como por la culpa, el miedo, el perdón, y la absolución que implica Iom KIpur. ¡Con razón entonces tenemos que festejar! Si no es un “After IK Party”, entonces es con una comida festiva y pantagruélica que compense con el ayuno anterior. Por lo que modestamente entiendo, Iom Kipur no implica en su origen comida festiva como las demás festividades, porque se trata de un día de ayuno; el ayuno como expresión, acción, del despojamiento, el arrepentimiento, la expiación, o como quiera llamárselo. La comida entonces queda ubicada en función al ayuno, no como expresión de festejo. Sin embargo, todos sentimos la necesidad de reunirnos y festejar.

Iom Kipur también se ha convertido en un día donde tenemos la oportunidad de vernos todos. Una vez al año, sabemos que allí nos encontraremos, en nuestra sinagoga, y ahora también en el marco de instancias no-religiosas que han surgido. Si no nos vemos, nos preguntamos acerca del ausente. Vemos cómo han crecido los niños. Vemos cómo han envejecido nuestros padres. Cómo nos han pasado los años a nosotros mismos a través de nuestros coetáneos. También es la oportunidad de escucharnos: todo el que tiene algo para decir quiere hacerlo en Iom Kipur; la audiencia está asegurada; en especial, antes de Izkor. Los rabinos se esmeran especialmente con sus prédicas; los directivos trasmiten sus mensajes y proyectos; las instituciones convocan a ser apoyadas y sostenidas; y la gente conversa mucho, en los pasillos, en los patios, y adentro de la sinagoga. Es parte del ritual. Está todo diseñado para que nos congreguemos.

Iom Kipur es un día dedicado a la introspección: balance, perdones, y la esperanza de la absolución. Es acerca de nuestras conductas, nuestra relación con Dios, como sea que lo concibamos, y con nuestros semejantes. Eso es originalmente el día de Iom Kipur. Es el día de la reparación, de la vuelta al camino recto, o como propusimos en Rosh Hashaná, es un día para reconciliarnos. Con nuestro ser judío. Tal vez ahí esté la respuesta al festejo. Puede haber una suerte de alivio al haber cumplido nuestra obligación como judíos al ser parte de Iom Kipur, de la forma que hayamos elegido hacerlo; todo alivio desemboca en el festejo. Puede haber una motivación más profunda al atravesar un Iom Kipur más, con todas sus denotaciones y connotaciones: pecados, culpa, perdón, expiación; no son temas menores.
Pero creo que hemos sumado un significado más a Iom Kipur como día de renovación de un pacto. El pacto con nosotros mismos acerca de nuestro ser judíos, y con nuestros semejantes como comunidad. El pacto con Dios excede el sentido  y la capacidad de estas reflexiones. Alcanza con renovar el pacto entre los hombres. Sin duda, eso merece festejarse.

Volviendo a la pregunta del principio: después de Iom Kipur, ¿qué? ¿cómo somos judíos el resto del año?. No somos capaces de prescribir recetas, pero creemos que es bueno hacerse la pregunta. Una buena pregunta antecede cualquier respuesta.


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