"El otro setiembre"

De setiembre a setiembre, no hay otro mes como este setiembre. En setiembre de 2001, apenas despuntado el siglo XXI, éste quedo bautizado con una imagen apocalíptica de sangre y fuego; en setiembre de 2011 estamos en vísperas de una declaración unilateral, sesgada, y subjetiva de un nuevo Estado en el seno de las naciones, amparada por la formalidad de las palabras huecas e interesadas; entre tanto, setiembres han pasado y setiembres han de pasar, como cada nuevo Rosh Hashaná. El inexorable paso del tiempo y el tenaz quehacer de los hombres. Su conjunción desemboca en nuestra tradición. En pocos días repasaremos el tiempo transcurrido para reparar y reconciliarnos. “Teshuva.

Para entonces ya sabremos qué pasó en la votación de la ONU. Seguramente nada será tan sencillo y no tendremos un Estado Palestino de un día para otro. Pero seguramente se habrá recorrido un trecho hasta ahora sólo anunciado. Nadie sabe muy bien a dónde conduce el camino, aunque la mayoría tiende a ser muy pesimista. Ningún camino recorrido en silencio y soledad produce cambios significativos. Sólo el diálogo resulta fértil en un panorama árido, seco, y poco imaginativo. Si el Hombre puede transformar los desiertos en vergeles, bien puede transformar una declaración unilateral en un proyecto viable, diálogo mediante. El único requisito es la voluntad.

La voluntad parece ser el elemento escaso en este panorama. Nadie parece querer hacer mucho. Todos están a la expectativa, como si fueran meros espectadores, cuando son protagonistas centrales. Los árabes en general y los palestinos en particular parecen seguir en la obstinada postura de no reconocer el Estado judío de Israel; el gobierno democráticamente electo en Israel está embarcado en una escalada casi suicida en el campo diplomático internacional, mientras que es inoperante y carente de iniciativas en lo local y regional; y los grandes “jugadores” de la zona esperan y callan; suficientes y grandes problemas tienen en sus comarcas.

Paul Johnson en su libro “La Historia de los Judíos” explica en forma clara por demás cómo la votación en la ONU de 1947 y la consiguiente creación del Estado de Israel fue una “ventana de oportunidad”, una coyuntura histórica única e irrepetible por donde se coló la creación del Estado. El resto de la historia ha dependido del nuevo país y sus habitantes, de los judíos del mundo (en especial de los EE.UU.) y de los pocos pero fuertes aliados que el nuevo Estado supo ganar y conservar. También explica, Johnson, como los líderes judíos de entonces tuvieron una actitud pragmática y no ideológica, aceptando los tratados por más desventajosos que fueran; la propia dinámica histórica fue acomodando algunas desventajas absurdas, y es razonable que los líderes actuales no quieran volver a aquellas situaciones insostenibles, cuando tanto costó transformarlas en por lo menos aceptables.

La Historia, tal como lo explica la fuente citada, nos enseña un par de lecciones: por un lado, que el pragmatismo paga; y por otro, que la iniciativa también. Hasta ahora los líderes palestinos han fallado una vez y otra también en aceptar lo que Israel les ha ofrecido, reclamando demandas que saben que son imposibles de conceder. Por su parte, la política de Netanyahu se ha caracterizado siempre por mantener el statu-quo y no ofrecer iniciativas. Reclamar una declaración por parte de los palestinos de que el Estado de Israel es El Estado Judío es lógico y exigible; no aceptar una Ley de Retorno de los “refugiados” en un eventual tratado de paz tampoco es incorrecto. El problema es no ofrecer alternativas. El problema es que el muro que separa Israel de la eventual Palestina sea mucho más ciego que el muro físico que hoy recorre la probable frontera. Por otra parte, seguir reclamando lo imposible es sólo una forma ingenua de imposibilitar un acuerdo. Cisjordania goza ya de una prosperidad y un desarrollo impensable pocos años atrás; está pronto para convertirse en Estado. Pero nunca será Estado si no se asumen posturas pragmáticas y realistas.

Sólo el tiempo dirá si hay o habrá próximamente una “ventana de oportunidad” para el estado palestino. El mundo está muy confuso para nosotros simples espectadores, y muy confundidos están muchos de sus protagonistas. El año 5772 desde la creación del mundo puede traer consigo, como cada año, preguntas e incertidumbre; esta año más que nunca. Sería bueno que trajera alguna respuesta.

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