"Je suis Ianai"

"Something there is that doesn't love a wall,"
de "Mending Wall", Robert Frost

Parafraseando al poeta, "something there is that doesn't love a theme": no tanto por tema puntual sino por temática recurrente y abrumadora. Como durante la guerra en Gaza el pasado año, este período entre Charlie y Nisman me ha saturado.

Quisiera volver a escribir sobre los temas que nos ocupan y preocupan, no sobre los que se nos imponen con violencia. No que no nos preocupen; pero no puede sostenerse la vida en la persecución y la paranoia, en victimizarnos y culpar a terceros, en acusar y ser acusados. La vida, también la vida judía, está más vinculada a los pequeños momentos individuales, personales, acaso íntimos, que la llenan de significado. Por eso esta semana quisiera decir, algo tímidamente, "je suis Ianai".

En ésta época del año celebramos Tu Bishvat en el calendario hebreo, el "año nuevo de los árboles". En el hemisferio norte el invierno hace un quiebre, los días comienzan a ser menos cortos, y aparecen los primeros brotes en la naturaleza: eso conmemora Tu Bishvat. Después de meses de oscuridad mitigados con luces varias vuelve a fluir la vida en la naturaleza y en nosotros mismos.

También en esta época del año sucede el "Día de San Valentín". Su origen remoto es la festividad pagana de Lupercalia, que tenía que ver con la fertilidad y la febril actividad sexual en éste tiempo de renacimientos. "San Valentín" es la respuesta que la Iglesia Católica encontró a los ritos paganos. Hoy es uno de los eventos marketineros más importantes del hemisferio norte. Tiene que ver, en definitiva, con la potencialidad del amor, con expresarlo, con realizarlo.

Todavía estamos en invierno allá en el norte pero ya sabemos que, como todas las estaciones, llegará a su fin. Lo indica la naturaleza y nos lo recordamos nosotros. Si bien el calendario gregoriano y el hebreo marcan esta época del año, cada cual a su manera y sin relación aparente, en definitiva se trata de momentos personales, de contactos íntimos: con la naturaleza, con un ser querido o amado. Tu Bishvat y "San Valentín" no están vinculados, pero subyace en ambos un claro sentido de renovación.
¿Y por estos lares? No en vano Uruguay tiene el Carnaval más largo del mundo. Desde el punto de vista comercial, Carnaval es a Uruguay lo que "San Valentín" es a los EEUU. Sin desconocer el valor cultural que ambos revisten.

Mientras que en el hemisferio norte "quiebra" el invierno, aquí comienza el final del verano, más concretamente de las vacaciones. Montevideo vuelve a parecerse a sí misma, coloreada por los tablados, mientras que los balnearios cambian su perfil: hay algo más local, más uruguayo, mucho menos glamoroso. Así como sabemos al finalizar diciembre que "esto recién empieza", que la explosión ocurrirá en unos días más, ahora sabemos con certeza que comenzamos a volver. Aunque esperemos a que pase el último ciclista...

Este año también trae su dosis de renovación y esperanza; para muchos al menos. En un mes asumirá un nuevo gobierno. Algunos dirán más de lo mismo, otros se llamarán a cuarteles de invierno, y otros verán en él una nueva oportunidad y esperanza. Como "San Valentín", como Tu Bishvat, cada uno elige como vivirlo. Al final de cuentas, los hechos y acontecimientos que nos rodean en el manso transcurrir del tiempo sólo dependen de nosotros mismos: podemos vivirlos con la alegría desenfrenada del Carnaval, la exaltación del amor de "San Valentín", o el sentido ecológico y cósmico de Tu Bishvat.

Por un rato al menos, nada ni nadie viene a quebrar ni destruir la vida tal como hemos aprendido a percibirla, con sus ciclos, sus etapas, sus altos y sus bajos, amores y desamores. Nada de ideas ni ideologías; sólo seres humanos en busca de momentos significativos.

Por un rato, seamos nosotros mismos.

 

 

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