Nostalgia

Nada me ha conmovido más respecto a la existencia de Israel como Estado que la coincidencia de las festividades judías con las festividades nacionales. Lo que Donniel Hartman llama el "espacio público" devenido judío en su integridad. La gran diferencia entre vivir las festividades en la diáspora y hacerlo en Israel no son los tecnicismos halájicos sino la coincidencia del tiempo público con el tiempo judío. La naturaleza judía del Estado de Israel no es sólo una cuestión política: es su razón de ser. Si bien hay diferencias importantes entre vivir una víspera de festividad o Shabat en Haifa o en Jerusalém, son sólo matices. El hecho es que la festividad o el Shabat, en Israel, son cosa pública. En la diáspora, es cosa nuestra.

 Acabo de leer un post en mi muro de Facebook de mi cantante israelí predilecta, Java Alberstein; dice: "para quienes ayunan y quienes no". Todos sabemos que Israel es un país profundamente fragmentado de las más diversas maneras, siendo la división entre laicos y religiosos una de las más profundas. Una cosa es Iom Kipur en Bnei Brak o Mea Shearim, una muy otra en el centro de Tel-Aviv o, más aun, en las ciudades árabes de Israel. Sin embargo, las autopistas estarán casi vacías, las calles de las ciudades vacías del todo, y los niños saldrán a andar en bicicleta en espacios inaccesibles durante el resto del año. La radio trasmite programas que van entrando en clima: "jeshbon nefesh", evaluación, introspección, recogimiento. La gente cena temprano, ayune o no. La gente se recoge en sus casas, rece o no. Iom Kipur es. Colectivamente, ES.


Cuando Lorca habla de "toda la luz salada por la nostalgia del mar" en su obra "Doña Rosita la Soltera", ubicada en uno de esos pueblos más o menos blancos e insulares de Andalucía, alude a la nostalgia de lo que se conoce pero no se tiene. Quién alguna vez ha pasado Shabat o una festividad en Israel sabe de qué hablo; sabe lo que no tiene. La nostalgia del aire sagrado que invade un pedazo de tierra en Medio Oriente es parte de Iom Kipur. Cuando mañana en Neilá digamos "el año próximo en Jerusalém" estaremos afirmando una año más, como judíos, nuestra noción de nostalgia esencial: la cualidad de tiempo sagrado que sólo Israel nos ofrece.


Gmar Jatimá Tová !

· Más leídos ·

Consola de depuración de Joomla!

Sesión

Información del perfil

Uso de la memoria

Consultas de la base de datos