“Historia de Amor y Oscuridad”

"La historia era increíble, en efecto, pero se impuso a todos, porque sustancialmente era cierta. Verdadero era el tono de Emma Zunz, verdadero el pudor, verdadero el odio. Verdadero también era el ultraje que había padecido; sólo eran falsas las circunstancias, la hora y uno o dos nombres propios". "Emma Zunz", El aleph (1949) , Jorge Luis Borges.

Mis buenos y meticulosos amigos me llamaron la atención al hecho que, en la traducción al inglés de la novela "Historia de Amor y Oscuridad" de Amos Oz falta un capítulo entero, el número cinco. Dicho capítulo sí existe en el original en hebreo, por supuesto, y en la traducción al castellano.

Por algún motivo, al cual es de suponer que Oz accedió, falta en la versión en inglés. El capítulo en cuestión es una disquisición del autor (¿o el narrador?) acerca del lector: sus pretensiones, sus fantasías, sus búsquedas. Varias veces a lo largo de la novela Oz desvía su narrativa hacia reflexiones del tipo manifiesto literario, acerca del arte de escribir, los procesos creativos; este capítulo funciona desprendido de todo el resto de la novela como una suerte de sarcasmo feroz hacia su lector. Tono que no condice con el de la novela; tal vez allí radique la decisión de no incluirlo en inglés.

La novela de Oz merece mucha más atención que la que podemos dedicarle en este espacio. Pero viene al caso porque de vez en cuando uno debería detenerse y preguntarse: ¿cómo escribo, y por qué y para qué? ¿quién me lee, y qué espera? Los que tenemos pretensiones acerca de escribir lo hacemos porque tenemos la fantasía que alguien nos lee, en algún momento. El acto de escribir, solitario y silencioso, supone un diálogo imaginario entre uno y otro. Tal vez el diario de Ana Frank nunca hubiera sido leído si no hubiera sido hallado, pero ella lo escribió porque suponía una comunicación. Hay un lector como función semiótica, como potencial, si no ya como símbolo de lo que existe del otro lado del texto. Lo escrito es una voz, y aunque la otra voz no suene, existe.

Las editoriales en este sitio web no son artículos de análisis o investigación. Procuran serlo, pero no siempre son exactos. Son textos cortos y acotados, que arrancan sabiendo que terminan pronto. Están documentados en wikipedia e internet. Tratan de temas que nos preocupan y sensibilizan, y mayormente están disparados por la realidad, por frases, textos, o imágenes que se nos atraviesan en nuestra rutina. A veces se trata, simplemente, de mirar un mismo hecho o fenómeno con una sensibilidad diferente: la propia. Compartirla. A veces, las menos, tomamos un tema abordado por otros para ofrecer un punto de vista alternativo, o para confrontar una opinión que nos resulta errada, liviana, o incluso peligrosa. Pero estas editoriales no tienen interés en generar polémica. Tumeser.com no es un sitio de ni para polémizar, ni tribuna de nadie. Nuestros colaboradores son escritores honestos y reflexivos que compartimos con el lector.

La realidad es muy compleja. Reflejarla por medio de la palabra, encontrar la expresión "total", es una ilusión. Construimos fragmentos de la realidad todo el tiempo. Si simplemente conseguimos mover(nos) de nuestras generalmente rígidas y preconcebidas posturas, nuestro objetivo se habrá cumplido. Corrernos uno, dos pasos; en cualquier sentido. Tal vez después sigamos moviéndonos.

En su novela, Amos Oz refleja un mundo que no puede salirse del encierro y la claustrofobia: Europa de la pre-guerra, Jerusalem previo a la fundación del Estado, el Kibutz, incluso la alienante Tel-Aviv. Cambian las geografías y las circunstancias, pero los personajes, las personas, viven atrapadas por sus propias historias de amor y oscuridad. Salvando las gigantes distancias, escribir es un intento de torcer un poco esas historias. Leer es la imagen proyectada en el espejo.

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