Perspectivas

He pasado mis vacaciones de verano frente al mar, en uno de los tantos lugares privilegiados y hermosos de la costa uruguaya. Cuando uno observa el mar al levantarse y al acostarse como una suerte de plegaria diaria también va encontrando en él sus rutinas y sus ritmos, aun sin ser un entendido en mareas, corrientes, oleajes o vientos. Unos días el mar se retira, otros avanza, y siempre nos deja secuelas, huellas, o algún objeto perdido. Por el horizonte navegan barcos: cruceros, cargueros, yates, lanchas. Hace días un carguero está detenido en el mismo lugar. Ha girado en torno a sí mismo varias veces, a merced de las aguas, pero está allí detenido, anclado. Otros barcos van y vienen; ése se detuvo y espera. Si yo lo observo desde la costa, alguien habrá que observe la costa desde su cubierta. No es un barco abandonado. 

En los años setenta un barco se ancló en aguas del Mar Mediterráneo frente a la costa de Tel-Aviv. El “barco de la paz” de Abie Nathan (http://en.wikipedia.org/wiki/Abie_Nathan) era una estación de radio que transmitía música en inglés y un mensaje de paz en todos los idiomas: hebreo, árabe, inglés, y francés. Después de haber intentando un vuelo solitario y fallido a Egipto para iniciar el diálogo por la paz, Abie Nathan tuvo esta iniciativa y con ella acompañó la vida de miles de israelíes desde el mar, ofreciendo alternativas inexistentes en el éter en aquellos años. Buena música en inglés. Oldies. Se convirtieron en su marca y dejaron una huella indeleble en una generación, que me incluye. Como el tripulante anónimo del carguero anónimo frente a la costa de Maldonado hoy, también entonces Abie Nathan tuvo otra perspectiva, otra visión. Quiso mirar el tema desde otro ángulo. No mucho más tarde otros adoptaron otra perspectiva y firmaron un acuerdo de paz en 1979: Egipto e Israel. Con todo y a pesar de todo, sigue vigente.

Estar de vacaciones es tomar una perspectiva diferente de la realidad. No implica sólo el descanso per se, sino la posibilidad de mirar nuestras vidas desde otro ángulo. Las vacaciones modifican el tiempo y el espacio, los parámetros por los cuales regimos nuestras vidas. Por eso uno vuelve de las vacaciones lleno de energía y frecuentemente con nuevos propósitos e ímpetus renovados. Como el tripulante anónimo, tal vez forzado a mirar su vida desde el lado opuesto; o como Abie Nathan, que tomó distancia para difundir un mensaje; así, todos nosotros necesitamos a veces corrernos del lugar que ocupamos habitualmente para ver nuestro rumbo o derrotero. A veces hay que quedarse quieto: como el carguero en altamar mirando la costa; como uno en la costa mirando el carguero, de vacaciones; como Abie Nathan, tomando distancia y dándose tiempo y espacio.

Tal vez Shabat pueda entenderse como este barco detenido y pendiente. Después del impulso creativo que recorre la semana, el día de Shabat detiene las máquinas y echa ancla en nuestra vida. Podemos mirar hacia adelante y hacia atrás, hacia dentro y hacia fuera. Podemos, como el tripulante anónimo, apoyarnos en la baranda a observar la costa de la cual somos parte, pero que hemos dejado atrás por unas horas. Mañana volveremos; nada queda anclado para siempre mientras viva. Pero habremos tenido tiempo y espacio diferentes. Lo mejor es que cada semana tenemos la oportunidad una vez más. Si Shabat es comúnmente asociado a descanso, a la vacación semanal, no es difícil entender cómo puede cambiar nuestra perspectiva sobre muchas cosas que nos suceden habitualmente. Es una oportunidad instituida. Pero como toda vacación, depende de cada uno qué hacemos durante la misma. Lo primero, es detenerse.

· Más leídos ·

Consola de depuración de Joomla!

Sesión

Información del perfil

Uso de la memoria

Consultas de la base de datos