Por el camino de la jalá

altSobre la mesa  está la jalá: el pan simbólico de la cultura judía. Es metáfora del maná que, en el desierto, Hhvh da a su Pueblo. Para que el año que entra sea dulce, se le ponen pasas y nueces y se la moja en miel. Para que sea fértil, se le agregan semillas. Para que sea vínculo con lo siempre continuo, con lo eterno, con el D´s innombrable, en Año Nuevo, a la jalá se le da forma de espiral. Así, el ciclo de la vida y la plenitud del universo se representan con el cuerpo espiralado de ese pan.

La espiral en las matemáticas

En su obra "Lógica y misticismo", Betrand Russell compara a las matemáticas con la más alta poesía. Según Russell, ambas dan al ser humano la sensación o el sentido de trascender su humanidad. Desde las matemáticas, la espiral se define como una curva que emana de un punto central, ampliándose progresivamente a medida que gira sobre su eje. Ese curvo viaje proporciona lo que, desde la perspectiva psicoanalítica, Carl Jung llama la función trascendental de la psique. Así, representa el encaminarse que lleva hacia la completa realización  de nuestro ser individual.

En la naturaleza

Como un eterno poder generador, las espirales existen en nuestro cuerpo físico: cerebro, oídos, huellas digitales. En su obra "Del crecimiento y de la forma", el biólogo y matemático D’Arcy Wentworth Thomson describe cómo la concha del caracol se forma rotando alrededor de un eje. Aunque éste permanece fijo, la curva crece en progresión geométrica. La metáfora de la concha sugiere la forma espiralada del sexo femenino, nuestra puerta hacia la vida. Hasta la molécula de ADN es una espiral de doble hélice. Y, cuando se mira hacia arriba y en derredor, la vemos girar en las galaxias y en la forma de las rosas, las margaritas y los girasoles. Inspirándose en caracoles, en la nervadura de las hojas, en las flores que, a través de sus pétalos, viajan a un punto, el arquitecto Antoni Gaudí diseña sus casas, su parque y catedral. Como una metáfora de la vida orgánica, como una difusa analogía entre el arte, las bestias y las plantas, en Nueva York, Frank Lloyd Wright presenta el Museo Guggenheim. Se trata de una sinuosa galería creciente, alusiva a las relaciones entre la naturaleza y la cultura. De modo análogo a estas formas arquitectónicas, muchos animales tienen cuernos espiralados. A través de uno de esos cuernos, el sonido gira en la sinagoga para Rosh Hashana y Yom Kipur.

En la cultura


Como símbolo eterno, desde tiempos neolíticos, la  espiral aparece a la entrada de las cavernas y sobre los megalitos. Para los  celtas prehistóricos la espiral es símbolo  del  devenir hacia el alma y, de ese modo, hacia Dios. Sobre la espiral construida en un santuario celta se despliega un laberinto. Con sus líneas curvas que giran en torno a un centro, prepara al creyente en su camino al Altar. Chartres, Poitiers, Amiens, Arras, Reims, Santiago de Compostela: bajo forma de mosaico, la espiral  abre su senda hacia lo divino exterior e interior. En la Edad Media, tales laberintos se conocen con el nombre, resonante para judíos y cristianos,  de Camino de Jerusalén. En el Zohar está escrito: "no hay círculo en el mundo que no se forme alrededor de un punto único ubicado en el centro… (Ese punto) recibe toda luz, ilumina el cuerpo y todo permanece iluminado". Estrella de David, halo en la cabeza de la Familia Sagrada y de los Santos, aureola, rosas en las ventanas de las catedrales. Estructura simbólica de la mezquita.  Mandala que, en sánscrito, se traduce como círculo, circunferencia, lo que lo contiene todo. La senda espiralada gira en el origen de las religiones budista e hinduista.

Entre los Hopi y otras culturas originales de América, la espiral se graba en la piedra, se teje en trabajos de cestería, se dibuja sobre la cerámica. Es el viaje hacia y desde Otros Mundos que conlleva la creciente amplificación del alma... la espiral en cada cosa.
Borges la ve en la primera letra del alfabeto hebreo y en la cara de una moneda, en laberintos y jardines, en las manchas de un tigre, bajo la especie de una biblioteca. Así, la espiral es un símbolo transcultural que significa el camino  hacia uno mismo y hacia Dios. Algunos ven en ella una prueba de Su existencia.

…la espiral en cada cosa

Bajo la forma de jalá, durante el pasaje de Rosh Hashana su presencia  se relaciona con Vav, la tercera letra del Ha Shem, el Santo Nombre. Vav simboliza la Completud, la Redención y la Transformación. Es la letra de la Continuidad, que une el Cielo con la Tierra. 
Que este Rosh Hashana, con su camino en espiral, traiga encuentro y comprensión entre culturas. Que haga prosperar el diálogo y la profundización hacia los demás (hacia todos los seres vivos) y una creciente correspondencia con el propio interior. En su poema "La Espiral" , Octavio Paz nos habla de ese signo, que se hace presente en todo, que transporta todas las formas, todas las corrientes, todas las vidas, uniéndolas en una sola:

"Como el clavel y como el viento
el caracol es un cohete:
petrificado movimiento.
Y la espiral en cada cosa
su vibración difunde en giros:
el movimiento no reposa.
El caracol ayer fue ola,
mañana luz y viento, son,
eco del eco, caracola."


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