Los sumos sacerdotes de la globalización

altTal vez sea el secretismo del contenido de las reuniones o el extenso cerco policial que aleja a los curiosos de este Club elitista llamado Bilderberg, lo que provoca el merodeo de manifestantes, que expresan su más profundo rechazo hacia unos supuestos gobernadores planetarios. La inexistencia de sesiones abiertas, solo ha fomentado la especulación sobre el deseo perseguido por sus miembros de instaurar un nuevo orden mundial donde solo los más poderosos tendrán acceso. ¿Pero cuánto hay de verdad y cuánto es solo pura imaginación digna de cualquier película hollywoodense?

El lugar de reunión cada año es distinto y preferentemente aislado, como ha ocurrido esta semana pasada en St. Moritz. Al leer la lista de los poderosos miembros  es difícil no percibir una cierta inquietud en nuestro interior. Vemos a banqueros, presidentes de entidades públicas internacionales, empresas farmacéuticas, miembros de casas reales o políticos por citar algunos ejemplos. La curiosidad se culmina, cuando nadie, al regreso de los miembros a su lugar de origen, sobre todo aquellos que perciben el sueldo del contribuyente, le efectúa una sola pregunta sobre los temas tratados. Estos políticos pertenecientes a países democráticos adoptan en este caso una postura oligárquica.

La última reunión no solo ha provocado como suele ser habitual un malestar en los activistas que se declaran abiertamente contrarios a este tipo de logias, sino que ha llegado hasta el propio país, que ha formulado la pregunta de quién pagará la factura del dispositivo de seguridad. Su comportamiento arrollador transmite una sensación de que todo es válido por el bien ¿de quién? Desconocemos el propósito de este grupo de personas con pinceladas masónicas acentuadas.

La presencia de miembros judíos podría fomentar el antisemitismo ya existente, al percibirse por los ajenos y contrarios al Club, los planes existentes del “poder judío” de querer el dominar el mundo. Poder económico, bien entendido, que entre otras, financia campañas electorales en Estados Unidos. La reunión se produce tras haberse provocado el escándalo de Dominique Strauss Kahn, el desmentido por parte de Hillary Rodham Clinton del deseo de presidir el Banco Mundial tras haber coqueteado con la intención mientras que su economía se desploma sucesivamente, y los rumores de una moneda única operativa en México, Canadá y los Estados Unidos.

Es de sobra conocido, que el grupo fue fundado por Joseph Retinger en 1954. Su fundador nació en una prestigiosa familia de origen judío – austriaco en Cracovia. La  financiación de este Club, corre a cargo del grupo Rockefeller, la Casa Rothschild, la Banca Dillon Real, la Banca Warburg, todas ellas dominadas por el mundo judío, así como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Por primera vez en la larga historia de "los elegidos", se ha divulgado una lista de los supuestos temas que estarán sobre la mesa. Entre ellos figura el accidente en la central nuclear Fukushima, la orden para suspender la explotación de centrales atómicas en Alemania, las revoluciones en el mundo árabe y los problemas relacionados con Internet.

No se debería de escribir sobre una tesis conspirativa, ya que la existencia de esta solo podría producirse si los poderosos se enfrentaran, y como podemos ver no es el caso. Pero aun cuando pueda existir razón para ello, no se debería de reducir el planteamiento a una sola dimensión, sino a una investigación en profundidad. Es importante distinguir entre los miembros activos que acuden todos los años y otras personas que son invitadas ocasionalmente. Son unas ochenta las personas que acuden regularmente y un número muy variable los que visitan el Club, principalmente para informar sobre materias relacionadas con su conocimiento y experiencia.

Los miembros judíos del grupo son de tradición Ashkenazi, cuyos ancestros vivieron principalmente en el centro y el este de Europa. Sin embargo, en última instancia se remontan hasta los judíos que emigraron de Israel a Italia. De los treinta y cinco miembros del Comité Directivo Bilderberg, dieciséis son judíos o tienen cónyuge judío. Esta es una representación numérica del 46%. La población judía en el mundo occidental está compuesta por aproximadamente un 1%. Por lo tanto, los judíos están sobre representados en el Comité Directivo de Bilderberg por un factor de 46 veces (4,600%).

La pertenencia a este grupo sigue siendo un importante trampolín para triunfar en la carrera política. Fue el caso de Bill Clinton durante su época de gobernador de Arkansas. Tras asistir a la reunión de 1991 en 1992 fue elegido presidente de los Estados Unidos. Del mismo modo le ocurrió a Tony Blair un año después de su participación en la reunión en 1993 en Grecia. En 1997 fue elegido primer ministro. Romano Prodi fue invitado en 1999 y fue elegido ese mismo año como cabeza principal de la Comisión de la UE. George Robertson, en 1998 participó en la reunión en Escocia y en 1999 se convirtió en secretario general de la OTAN.

La mayoría de los expertos coinciden en que las características en las que se basa dicha organización no son ideológicas sino puramente económicas. En la práctica esto significa que utilizan su influencia dentro del mundo corporativo para poner a países enteros al servicio de sus propios intereses. En las primeras reuniones que se organizaron durante los 1954 y 1960, participaron dos conocidos nazis, el príncipe Bernardo de Holanda y Hermann Josef Abs. Los sucesos posteriores a la primera reunión, indicaron un entendimiento entre la elite de la banca anglo-americana y los nazis, aunque cada uno tuviera su propia agenda de globalización, con la consecuente idea, de dominar el mundo.

En la década del '20 Fritz Thyssen, autor del libro “I paid Hitler”, aportó U$S 25.000 al recién constituido Partido Nacional Socialista Alemán, llegando a convertirse en el primero y más importante financiero del Führer en su ascenso al poder. Thyssen sentía una profunda admiración por Hitler: "Me di cuenta de su talento de orador y de su capacidad de dirigir a las masas. Sin embargo, lo que más me impresionó era el orden que reinaba durante sus mítines, la disciplina casi militar de sus seguidores." En 1931 se afilia al Partido nazi y se convierte en uno de los hombres más poderosos de la maquinaria de guerra. Este magnate presidía la German Steel Trust, consorcio de la industria del acero fundado por Clarence Dillon, un hombre fuerte de Wall Street. Su colaborador de confianza era Samuel Bush, abuelo de George Bush Senior y bisabuelo de George Bush Junior. En 1926 crearon la Union Banking Corporation (UBC) y pusieron al frente de ella al señor Prescott Bush, el primer “blanqueador” de dinero de los nazis.

Un gran número de sociedades ayudaron a los nazis, como la Standard Oil y el Chase Bank de Rockefeller, pero la UBC se convirtió en la vía secreta para el amparo del capital nazi. Este salía de Alemania hacia Estados Unidos pasando por los Países Bajos. Una parte importante de los cimientos financieros de la familia Bush fue constituida mediante su apoyo y ayuda a Hitler, llegando a la cumbre de la jerarquía política norteamericana, en octubre de 1942. Las autoridades estadounidenses incautaron los Fondos Bancarios Nazis de la UBC, de Nueva York, siendo la firma denunciada "como entidad financiera y comercial colaboradora del enemigo". También se incautó la Seamless Steel Equipment Corporation (Sociedad de Equipos de Acero), pero en 1951 se levantaron los embargos. La UBC dirigida por Prescott Bush, y en cooperación estrecha con la entidad German Steel Trust, de Fritz Thyssen, intervino en el surgimiento, preparación y financiación de la maquinaria de guerra nazi, a partir de la construcción de blindados, aviones de combate, cañones y explosivos, apoyando siempre incondicionalmente al proyecto político de Adolfo Hitler, manifestándose la estrecha relación de colaboración que mantuvieron los nazis con el capitalismo.

Es sorprendente, que en el transcurso de casi un siglo, los apellidos no hayan cambiado mucho, estando el poder siempre en las mismas manos. La periodista española Cristina Martín, ha investigado a esta asociación y escrito el libro “El Club Bilderberg - Los Amos del Mundo”. En un reportaje realizado en 2006, reveló entre otras consideraciones que las religiones oficiales no cumplen ningún papel en el Club, “aunque hay una conexión directa con la Masonería”. Señaló que se propuso develar los secretos de “ese grupo poderoso que actúa tan secretamente para dominar el mundo”, y que para ello se contactó con "un investigador que lleva años  siguiéndoles la pista, cuyo nombre omitiré por su seguridad personal”. Según la periodista, este le dijo: “Bilderberg es igual que Gran Hermano, el ojo que todo lo ve y controla. No actúan por dinero, ya que tienen muchísimo; es por poder. El objetivo real es el poder absoluto; convertir a la gente en esclavos”.

En otro orden, la periodista española señaló que “en el año 1960 diversos miembros del Bilderberg y de otras sociedades secretas se reunieron para analizar la situación internacional. De allí salió el informe “Iron Mountain” (Montaña de Hierro), en el que concluyeron que no existen medios más eficaces que las guerras para sacar beneficios. Han implantado una economía de guerra donde con su dinero arman a los dos bandos, crean situaciones de peligro y se aprovechan con las reconstrucciones, los créditos, y acaban dominando las vidas de los países afectados”.

Lo cierto es que el Club Bilderberg lleva entre sus pretensiones, imponer un Nuevo Orden Mundial, y según los investigadores, entre los objetivos fijados  para ello figuran establecer una era de post-nacionalismo en un mundo en que no existan los países, sino solamente regiones y valores universales: un gobierno universal, designado y no elegido; una sola economía universal; un ejército también universal, conformado por tropas de las Naciones Unidas; una sociedad post-industrial de crecimiento cero; un estricto control sobre la educación; y la existencia de sólo tres monedas, como el dólar para el futuro Mercado de las Américas –luego de extender los Tratados de Libre Comercio por todo el continente-, el Euro para Europa y otra moneda para la Unión Asia-Pacífico.

  En tal sentido, resultan bien gráficas las expresiones que no hace mucho tiempo emitieron dos destacados bilderbergers, y que no dejan de causar escalofríos. David Rockefeller dijo en un reportaje a la revista “Newsweek”: “Algo debe  reemplazar a los gobiernos y el poder privado me parece la entidad adecuada para hacerlo”.  Por su parte, el banquero James P. Warburg afirmó: “Guste o no guste tendremos un gobierno mundial. La única cuestión es si será por concesión o por imposición”.

El  orwelliano “1984” escrito en 1930, con su “Gran Hermano”, parece haberse instaurado ya en el siglo XXI.

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