La espalda de Obama

altEl presidente Obama en su rueda de prensa emitida el día 19 de mayo, hizo referencia a las diversas revueltas y conflictos que se extienden por todo el Oriente Medio. La dominación de EE.UU. en esta región estratégica y rica en petróleo ha sido el eje de la política exterior de EE.UU. desde hace décadas. A pesar de que Israel ha puesto el grito en el cielo al oír la reclamación de las fronteras de 1967, la visita a EE.UU. finalizará el lunes con la comparecencia de Netanyahu en el Congreso y donde es muy probable que este proclame en la Asamblea General de Naciones Unidas el estado palestino para el mes de septiembre.

Utilizando un sistema de redes y clientes, además de un gran despliegue de sus propias fuerzas militares en la región, los Estados Unidos han apoyado una red de dictadores en la zona y al gobierno israelí durante décadas. Ahora que el sistema de control imperial ha sido sacudido por los levantamientos populares que se inició en Túnez y se extendió a Egipto y otros lugares, la administración Obama ha tomado la decisión de reafirmar el liderazgo de EE.UU. en una región que cambia con rapidez.

Usando la retórica de la democracia y la libertad para ocultar la responsabilidad que les corresponde asumir, en la opresión y el sufrimiento permanente de los pueblos de Oriente Medio, el discurso del presidente fue una demostración de profunda hipocresía. El primer ministro hebreo quiere que Obama use su diplomacia para proteger a Israel de ese voto, no solo vetándolo en el Consejo de Seguridad, sino también persuadiendo a sus aliados occidentales, aunque por parte alemana las reacciones no se han hecho esperar. El portavoz oficial del Gobierno de Merkel, Steffen Seibert comentaba que se debían retomar las negociaciones para resolver el conflicto que enfrenta a sus pueblos. “Las condiciones no van a ser mejores que ahora y deben asumir de una vez por todas su responsabilidad” actuando consecuentemente.

Saeb Erekat, ha condenado los nuevos planes  de los que ha informado el Gobierno israelí para ampliar dos asentamientos próximos de Jerusalén, en territorio ocupado y que han sido dados a conocer justo tras el último discurso del presidente estadounidense. Las palabras de Obama hacían alusión a que el “mayor recurso sin explotar en el Oriente Medio y África del Norte es el talento de su gente. La política de los Estados Unidos promoverá la reforma en toda la región, y apoyara la transición a la democracia”. Además defendió para el pueblo de Oriente Medio “los derechos básicos para ejercer la expresión de opinión y acceso a la información", afirmando que "la verdad no puede ocultarse, y la legitimidad de los gobiernos dependerá en última instancia de unos ciudadanos activos e informados. América se opone al uso de la violencia y la represión contra el pueblo de la región”. En un intento por apaciguar a la opinión pública árabe, el discurso del Presidente Obama hizo parecer que Estados Unidos insistía en el regreso de Israel a sus fronteras anteriores a 1967. Obama declaró, "precisamente por nuestra amistad, es importante decir la verdad: el status quo es insostenible, e Israel también debe actuar con decisión para promover una paz duradera".

Netanyahu ha recalcado antes de montarse en el avión rumbo a EE.UU. que "espero oír de Obama que refrenda los compromisos de EE.UU. hacia Israel de 2004, que recibieron el apoyo de las dos Cámaras”.

Pero la realidad parece ser bien destinta a las palabras expresadas por el presidente americano. Lo cierto es, que la estrategia de EE.UU. se basa en el control de los recursos más codiciados en Oriente Medio: dos tercios del suministro petrolero descubierto en el mundo. El gobierno de EE.UU. ha dado miles de millones de dólares y armado a las dictaduras más brutales en el Medio Oriente durante décadas, una práctica enteramente continuada por la administración Obama. El gobierno de EE.UU. no disminuyo los fondos a la dictadura de Mubarak, aun cuando el régimen asesinó a más de 850 manifestantes pacíficos. América continúa proveyendo la financiación masiva de militares de Egipto, a pesar de la continua represión contra el pueblo.

La política de Obama nunca impuso sanciones económicas a la dictadura de Mubarak y sólo apareció públicamente para reprochar los actos que se acontecían, cuando la marea de la revolución se había convertido en irresistible. Del mismo modo, los EE.UU. continúan apoyando la monarquía saudita. Esta monarquia, es la negación definitiva de la democracia, privando a la mujer de todos los derechos, privando a trabajadores del derecho a formar sindicatos y privando a todos los sectores de la población de cualquier derecho a la libre expresión.

Las Naciones Unidas en diversas resoluciones han condenado la invasión de 1967 y la ocupación israelí de Gaza, Cisjordania, y los Altos del Golán de Siria. Lejos de imponer sanciones económicas, el presidente Obama ha prometido a Israel un mínimo de 30 mil millones de dólares en ayuda militar durante los próximos 10 años.  El discurso de Obama también dejó claro que Estados Unidos apoya a Israel a conservar vastas franjas de Cisjordania. Esto es lo que quiso decir al referirse a "intercambios de tierra."

¿Le ha dado Obama la espalda a Israel, a pesar de que muchos de sus votantes demócratas judíos en EE.UU. financien su campaña?


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