Superhéroes en el Super

Superman se pasea con el carrito de la compra por el Super.  Hace tiempo que Luisa Lane se cansó de su obsesión por el rescate ciudadano y lo abandonó por un contador del periódico. (No se confundan. El nuevo amante de Luisa no es un notable, sino un señor que cuenta notablemente los periódicos antes del subirlos al camión de distribución). Ella es feliz viviendo en lo simple. Pero Superman es complejo, y esa es su naturaleza.

La gente que pulula por el supermercado no sabe que bajo sus gafas sin aumento brillan ojos heroicos.  Con su camisa arrugada y sus zapatos de Grandes Tiendas Montevideo camina tranquilo por las góndolas entre latas de arvejas y maíz dulce.   “¿Qué darán hoy en la tele?”, piensa, luego insiste. De pronto en la sección de congelados (que tanto le gusta) ve a  una chica de melena  morocha y ojos claros. Debajo de su chaqueta de oficinista se asoma el brillo de un lazo dorado.  Wonder Woman se compra un helado Magnum de chocolate con almendras.  Superman sonríe. “Seguro está con el período”, piensa.  Ellos se cruzan, se miran y se reconocen. Son anónimos en ese centro de venta de alimentos al por mayor. 

Popeye se compra su espinaca, un frasco de Multi Vitaminas y una caja de Ging Seng. Suma al carro un pack de yogur Activia, últimamente tiene problemas de tránsito lento.  
Superchica mira para los costados y coloca rápidamente bajo la lechuga la caja de la tinta número 9.  Ya tiene raíces y se le asoman las canas.  Además cuando sonríe se le marcan las patas de gallo. Así que se gasta la mitad de su presupuesto semanal en una crema maravillosa que promete resultados en 4 semanas.
Batman tiene mal aliento y su boca huele a cueva de murciélagos. Compra varios frascos de enjuague bucal y un pack de chicles menta fuerte.  Robin tiene hemorroides así que está noche nada de picante en la bolognesa.  Flash al contrario que Popeye está con incontinencia intestinal,  y se compra membrillo, queso y arroz.  Lo único bueno es que, al ser tan rápido, llega al baño antes que su mujer diga “agua va”.
Allí están estos superhéroes  mezclados con los ciudadanos de la metrópolis.   Los diferencia del resto sus cualidades únicas. 

El viejo Carl Jung  fue aquel alumno prodigio que se separó de su Maestro Freud porque éste le dijo  en un ataque de rabia “que era un inconsciente”.

Lector: Uy… uy… ya caímos en los chistes facilongos y faciletes ¿¿eh??
Autora: Bueno, es que estaba servido.
Lector: Siga, siga, a ver donde nos lleva esto…


Jung identificó al héroe con aquellas imágenes ancestrales autónomas constituyentes básicos de lo inconsciente colectivo(*).  Básicamente un héroe es  “un ser humano con aptitudes superiores al promedio, pero sin llegar a ser un dios”. La literatura antigua nos trae  arquetipos épicos: los guerreros invencibles, los semidioses caídos del Olimpo,  los viajeros audaces,  los caballeros medievales, etc.
El siglo XX transmutó estos arquetipos en la imagen del superhéroe del comic. La mujer apareció en este escenario de fantasía. La sociedad estaba cambiando.

El Siglo XXI ha traído a las pantallas un nuevo tipo héroe. El hombre común que se arriesga por los demás. El 11 de setiembre marcó una nueva era en la trama de las leyendas urbanas. Bomberos, policías, ciudadanos comunes que arriesgan su vida para  salvar a desconocidos. Científicos que descubren curas, deportistas que van más allá de sus límites. También aquellos que se revelan ante los opresores y salen a reclamar por la democracia y la libertad. Los héroes de la era moderna están más cerca de nosotros. Podemos ser nosotros. El cine es un reflejo de esto: el Biopic está de moda. La serie “Lost” debe en parte su éxito, a referentes arquetípicos de los superheróes. Son personas comunes en situaciones extraordinarias.  Su coraje surge de sobreponerse al miedo a lo desconocido y el miedo a la muerte en pro de la esperanza y el bien colectivo.

Jung decía que veía algo curioso en sus consultas: no importaba cuantos años tuviera una persona, aún en el límite de su existencia, las personas continuaban viviendo como si la vida fuera a seguir de la misma manera por mucho tiempo más.
“La vida se comporta como si continuará por siempre”. Por lo tanto el final  de nuestra existencia es ignorado. Vivimos ignorando que moriremos. Pero la clave está en reconocer que moriremos y en conciencia de esto, hacer una diferencia con nuestras vidas. Vivir cada día con pasión, pero sin miedo.  Esta es la clave del superhéroe. La muerte no amedrenta sus acciones. Conoce el peligro pero igual va hacia su destino. Quien mira hacia atrás, quien se ata al temor, se convierte en estatua de sal y muere.

He visto muchos ojos vacíos en los rincones del mundo. Pero también he visto el brillo de quienes cada día pelean fieras batallas por alcanzar sus sueños, por despertar de sus pesadillas, por cambiar lo que no les gusta.  El heroísmo del nuevo milenio no necesita de capas voladoras o batimóviles.   Los héroes y heroínas de hoy conviven con el resto de los mortales en los supermercados. En una época de tanto vacío mediático, de tanto consumo existencial, de tanta falta de líderes, de referentes; se erigen como protagonistas las historias de aquellos que van detrás de sus sueños. Esos que le ganan la batalla cotidiana a la muerte de la pasión por la vida.  

(*)Nota: Inconsciente colectivo no significa estar desmayado en el autobús.  Según Wikipedia:“El  inconsciente colectivo es un concepto básico de la teoría desarrollada por el psiquiatra suizo Carl Gustav Jung. La teoría de Jung establece que existe un lenguaje común a los seres humanos de todos los tiempos y lugares del mundo, constituido por símbolos primitivos con los que se expresa un contenido de la psiquis que está más allá de la razón.


Pequeño juego para el final: ¿Soy un superhéroe?

Estos son los doce estadios del viaje del héroe. Les propongo llevarlo a  su propia vida.  Llevarlo a lo cotidiano. La muerte puede ser el fin de algo, lo mágico puede ser un golpe de suerte o mala suerte. El mundo especial puede ser acceder a un nuevo estado mental. Este ejercicio les permitirá evaluar hasta donde están o estuvieron dispuestos a llegar por cumplir con sus sueños.  Los héroes no tienen edad, pueden ser jóvenes, mujeres, ancianos. Lo que importa es la determinación, el coraje, el valor de sobreponerse a las vicisitudes. Un amigo me dijo una vez algo que parece un poco cursi pero que esconde una profunda verdad (ya parezco de autoayuda) : “ No importa cuántas veces te caigas, importa que siempre te vuelvas a levantar” .

1.    Mundo ordinario - El mundo normal del héroe antes de que la historia comience.
2.    La llamada de la aventura - Al héroe se le presenta un problema, desafío o aventura.
3.    Reticencia del héroe o rechazo de la llamada - El héroe rechaza el desafío o aventura, principalmente por miedo al cambio.
4.    Encuentro con el mentor o ayuda sobrenatural - El héroe encuentra un mentor que lo hace aceptar la llamada y lo informa y entrena para su  
       aventura o desafío.
5.    Cruce del primer umbral - El héroe abandona el mundo ordinario para entrar en el mundo especial o mágico.
6.    Pruebas, aliados y enemigos - El héroe se enfrenta a pruebas, encuentra aliados y confronta enemigos, de forma que aprende las reglas del
       mundo especial.
7.    Acercamiento - El héroe tiene éxitos durante las pruebas.
8.    Prueba difícil o traumática - La crisis más grande de la aventura, de vida o muerte.
9.    Recompensa - El héroe se ha enfrentado a la muerte, se sobrepone a su miedo y ahora gana una recompensa.
10.    El camino de vuelta - El héroe debe volver al mundo ordinario.
11.    Resurrección del héroe - Otra prueba donde el héroe se enfrenta a la muerte y debe usar todo lo aprendido.
12.    Regreso con el elíxir - El héroe regresa a casa con el elíxir y lo usa para ayudar a todos en el mundo ordinario.


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