Principios religiosos e históricos de la homosexualidad femenina en el judaísmo

altEs importante resaltar el punto de partida del principio de la Halajá, donde queda señalado que no se prohíbe la inclinación homosexual. Todo lo contrario, a la ley judía no le preocupa tanto la naturaleza de donde emana la necesidad sexual o los sentimientos íntimos de cada persona, sino el acto sexual propiamente dicho, llamado también mishkav zakhar.

La práctica del judaísmo no está en contraposición con respecto al lesbianismo, mientras que una mujer no decida ejercitar dicha practica, aunque también hay que exponer, que hasta el presente no ha existido ningún comentario recogido que haga referencia a las fantasías eróticas en ese ámbito.

"Y no te acostarás con un hombre
de igual manera que te acuestas con mujer,
es abominación" Levítico 18:22
 
"Si un hombre se acuesta con un hombre
como uno se acuesta con una mujer,
deben ser ejecutados, ambos cometieron
abominación, morir morirán, su
sangre en ellos" Levítico 20:13

Varios rabinos trataron de prestar otras explicaciones aparte de las bíblicas sobre el motivo por el que se prohíbe el mishkav zakhar. Algunos rabinos trataron la prohibición de la homosexualidad, por la imposibilidad de procrear. Otros, definieron el acto como intrínsicamente innatural y por ello opuesto al principio de la creación.  Existen dificultades con estas dos teorías. El judaísmo le otorga a la sexualidad un propósito más allá de la procreación aunque también entiende que el factor de la reproducción es un componente inherente. Sobre el lesbianismo u homosexualidad femenina no se hace alguna referencia en el Talmud. Es en el siglo XX cuando los eruditos judíos y las comunidades hacen cierta alusión al lesbianismo.

Principios bíblicos judaicos y cristianos

Los críticos bíblicos sugirieron que no se había mencionado el comportamiento homosexual femenino en oposición al masculino, como describió el rabino Maimónides en el siglo XII, por la inexistencia por parte de las lesbianas  de un "desperdicio de simiente", definiendo su conducta como no mala porque no implica pecado.

En el Nuevo Testamento, Romanos 1:26, se encuentra lo que muchos interpretan como la prohibición del lesbianismo:

"Sus mujeres invirtieron las relaciones naturales por otras contra la naturaleza".

En este texto cabe la posibilidad que se hiciera referencia a mujeres heterosexuales que mantenían relaciones sexuales con hombres sin la intención de procrear o bien que controlaban la natalidad, ya que no queda igualmente definido como hemos visto en el caso del hombre. Sin embargo existe otra teoría que sugiere, que las mujeres no eran personas completas según las normas bíblicas y por ello no eran tomadas en consideración. Algunos estudios judíos más tradicionales sugieren, que los escritores de la Biblia no sabían nada de la atracción erótica entre mujeres, y no podían prohibir algo de lo que no existía conocimiento o conciencia sobre ello.

La primera discusión del lesbianismo en los textos judíos se encuentra en Sifra, un comentario post-bíblico en el libro de Levítico, editado en el siglo II ad., donde se hace alusión a un pasaje de Levítico 18, que prohíbe la participación de Israel en los actos considerados "los hechos de Egipto”.

“No haréis como hacen en la tierra de Egipto, en la cual morasteis; ni haréis como hacen en la tierra de Canaán, a la cual yo os conduzco, ni andaréis en sus estatutos… No te echarás con varón como con mujer; es abominación…”

Aunque no haya prohibición textual directa de actos homosexuales entre las mujeres en la totalidad de la Torah, tal comportamiento se ve extensamente según lo prohibido por la mayoría de los rabinos, basados en la interpretación de Drash del  bíblico verso que acabamos de leer. La homosexualidad femenina no está expresamente condenada en el Antiguo Testamento, pero según Maimónides, está condenado implícitamente en la prohibición de las abominaciones de otros pueblos, como en Egipto.

Maimónides advierte a los maridosde evitar que sus esposas visiten a otras mujeres que ejerzan la práctica del “mesolelot”. Este texto expone el punto de vista sobre el comportamiento de las lesbianas como amenaza a la institución matrimonial y que es digno de castigo.

El estudioso rabino Michael Satlow llegó a descubrir a medida que repasaba lo citado en Levítico 18 en el pasaje de Sifra, que no se efectuaba mención alguna en los cuatros puntos que él estuvo investigando  respecto al matrimonio entre dos mujeres. Satlow también apunta  que el texto de Sifra solo nombra explícita e implícitamente la prohibición del matrimonio entre dos hombres, pero no encuentra comentarios o referencias directas sobre la mujer y su actividad sexual lesbica.

Para la ley judía el lesbianismo no es una enfermedad genética o adquirida. Es sólo condenable como acto, pues implica un desafío al modelo ordenado, fundado en la familia patrilineal, androcéntrica que era el imperante en aquella época. Por otra parte, desde la ley rabínica y la enseñanza ética para sancionar la actividad sexual entre dos mujeres, esto solo se contempla si existe matrimonio con vínculo legal, pudiéndose sintetizar que es contra intuitivo suponer que en el caso que concurra actividad homosexual femenina se permitiera esta solo, si no existe contrato matrimonial entre las participantes.  


La Reforma Judía

La Reforma Judía ha adoptado el estilo modernista, liberal y  humanista, en un esfuerzo por hacer resaltar su relevancia. Aunque hay una variedad de creencias dentro del movimiento de la Reforma. Este movimiento generalmente mantiene una posición inclusiva en lo que se refiere al feminismo, la homosexualidad, y el agnosticismo.

El Movimiento Judío Conservador (masortí) aceptó a los homosexuales y lesbianas como personas con plenos derechos para todo.  El Comité de Leyes y Tradición en Estados Unidos, la más alta instancia halájica del movimiento que está formado por 25 rabinos reconocidos como autoridades halájicas, accedió a las propuestas sobre el reconocimiento de los homosexuales.

En 1969, tanto los Institutos Nacionales de Salud Mental y la Asociación Americana de Psiquiatría concluyeron que la homosexualidad no es una enfermedad. Cuando se efectúa este descubrimiento médico, se modifica la ley judía (Halajá). Esto originó, que cada vez mas rabinos progresistas opinaran que no era correcto ignorar este descubrimiento para continuar llamando a la homosexualidad una enfermedad.

Mientras que los rabinos tradicionales dicen que la Toráh prohíbe la homosexualidad ya que demuele la estructura familiar, son muchos los rabinos de la Reforma que argumentan, que las parejas homosexuales pueden criar hijos que sean educados en las tradiciones y los valores judíos. A diferencia de los tiempos bíblicos, las parejas homosexuales de hoy pueden cumplir con el mandamiento de procrear a través de los diversos medios existentes incluyéndose la adopción como alternativa.

Al igual que se muestra el movimiento de la Reforma progresista también  manifiesta su carácter humanista, no deseando dar la espalda a los judíos homosexuales y por ello han aceptado a que existan en las congregaciones rabinos homosexuales y lesbianas. Steven Greenberg,  rabino ortodoxo norteamericano abiertamente homosexual, afirma que es compatible ser religioso y ser gay. Greenberg, que aparte de ser rabino es además profesor en el National Jewish Center for Learning and Leadership, y también ha escrito el libro “Wrestling with God and Men: Homosexuality in the Jewish Tradition”. Además, es uno de los fundadores de una organización que trabaja para mejorar la tolerancia social en Israel, llamada "Jerusalem Open House".

Otro ejemplo es Aaron Katz de origen polaco, nacido en Argentina, que ejerce de rabino en el seno de una pequeña comunidad de su misma confesión formada por unas 250 personas, en el barrio judío de Varsovia, no ocultando su condición sexual.

El judaísmo tradicional considera que debe llegar a las personas con preferencias homosexuales mediante la educación sobre los beneficios y animándoles a entrar en una relación heterosexual. Por otro lado, la Reforma argumenta, que el concepto de homosexualidad no se entiende del mismo modo que cuando se escribió la Biblia ya que se ha producido una evolución sociológica. Por lo tanto, la prohibición bíblica de los actos homosexuales debería ser adaptada para que se ajusten en el mundo actual.


La homosexualidad en la Biblia hebrea


El Antiguo Testamento contiene diversas citas, aparte de las mencionados anteriormente, que se invocan como prohibiciones de la homosexualidad. Todas ellas se refieren a los varones y ninguna al lesbianismo.

El pecado de Sodoma (Gén. 19: 1-11) y su texto paralelo en “Jueces” (Jue, 19: 22-30).

Los sodomitas no fueron condenados por un “pecado sexual”, sino por faltar al deber sagrado de la hospitalidad (obligación generalizada y común en numerosas civilizaciones antiguas). Numerosas citas bíblicas y escritos judíos y cristianos de los primeros siglos de nuestra era así lo atestiguan. Muchos pasajes exponen de forma clara, que el pecado de Sodoma fue faltar a la hospitalidad contra los extranjeros, por ejemplo, Sab 19:13-15 dice “Los de Sodoma no acogieron a los desconocidos que llegaban […] los de Sodoma dieron hostil acogida a los extranjeros”.

Prácticas sexuales durante los cultos religiosos (Deu 22 y Deu 23:18-19)

En virtud de la Ley de Moisés, a los judíos no se les permitía participar en los cultos paganos, pues todos comportaban idolatría. Sin embargo, las ceremonias de fertilidad, que envolvían distintas prácticas heterosexuales y homosexuales, eran muy habituales en Canaán y los hebreos recién llegados de su destierro en Egipto sucumbieron al contagio.

Tenemos dos claros ejemplos de la relación homosexual: la del futuro rey David con Jonatán, el hijo del rey Saúl, relatada en Isam 18:1-4, ISam 20:30., 20:41-42 y ISam 1: 19-27 que hace referencia al amor de David y Jonatán que no necesita explicación alguna, en la elegía fúnebre que canta David por Saúl y Jonatán, muertos en combate contra los filisteos, David dice:

“¡Qué angustia me ahoga,

Hermano mío, Jonatán!

¡Cómo te quería!

Tu amor era para mí más dulce

Que el amor de las mujeres.” (Isam 1:26)

Varias citas en el Nuevo Testamento se refieren, o se dice que se refieren, a la homosexualidad. El texto de Rom 1:18-32 es el más difícil de entender, aunque es significativo porque para muchos es el único texto de la Biblia que hace referencia al lesbianismo. En este texto existen dos referencias directas que condenan la homosexualidad: el versículo 26 se refiere al lesbianismo y el 27 a la homosexualidad masculina.

Corintios 6:9-10 y Timoteo 1:9-10

Pablo proporciona en los textos dos listas de pecados: en Corintios figuran los que están excluidos del Reino, y en Timoteo los que no han recibido la ley de Dios; en ambas listas de pecados los traductores modernos identifican la homosexualidad. En Corintios aparecen los términos griegos malakoi y arsenokotai, y en Timoteo aparece solamente arsenokoitai: los traductores actuales las traducen con una variedad de términos que van desde “sodomitas” a “corruptores de menores” pasando por “afeminados”, “invertidos”, “prostitutos”, “homosexuales practicantes” entre otras. Intentemos poner algo de orden.  

Hechos 8:26-39

Como en el Próximo Oriente algunos actos homosexuales masculinos eran expresión de burla, humillación y castigo al enemigo vencido y suponían un grave menoscabo de la virilidad, no podían estar en absoluto bien considerados socialmente; la homosexualidad femenina, en cambio, resultaba indiferente.
  
Se han expuestos algunas referencias bíblicas aunque existen muchas más, pero lo suficiente para tener una visión amplia sobre el tema en cuestión.

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