El cisne negro

alt"El cisne negro" es un oscuro cuento romántico sobre una representación neoyorkina del ballet "El lago de los cisnes" y los efectos perturbadores que tiene sobre Nina Sayers (Natalie Portman), una bailarina frígida y talentosa. A partir de la trama del ballet de Tchaikovsky, el realizador estadounidense Darren Aronofsky explora la crisis psicológica de una artista incapaz de reunir en su interpretación dancística la pureza de Odette, el cisne blanco, y la perversidad de Odile, el cisne negro, dos facetas de una misma joven atormentada, cuya voluntad y destino controla un hechicero maligno. La joven vive, a su vez, su propio infierno doméstico al lado de una madre sobreprotectora (Barbara Hershey) y una bailarina retirada que ejerce sobre ella una presión afectiva muy neurótica.

Aronofsky se encarga de representar visualmente lo que le está sucediendo psicológicamente al personaje y vaya que lo logra intensamente. Confusión, alucinaciones y sueños son reflejados con habilidad por el director, que logra belleza en una trama muy oscura. Con un guión muy sólido, el realizador logra mantener el ritmo y la creciente tensión. Con un inteligente uso de los movimientos de cámara, acompañado de un trabajo de fotografía excelente a cargo de Matthew Libatique, pasajes musicales exquisitos por Clint Mansell y una maravillosa dirección artística a cargo de David Stein, la cinta es una pieza valiosa.

Su debut con "Pi" (Mejor película en Sundance 1998), de la cual también fue guionista, develó, sin duda, un talento en bruto con un film profundo, intrincado y fascinante. La historia del matemático, que basado en la teoría del Caos (según la cual pequeñas cosas pueden causar grandes cambios) intenta descifrar el mundo bursátil, deslizándose peligrosamente entre un gran descubrimiento y la locura, logra quedarse en el espectador como un gran interrogante. Su segundo film "Réquiem por un sueño" revelaba mayor profesionalismo y un mayor presupuesto que el director utilizó innovando con los enfoques y la edición al punto de utilizar más de cien efectos de cámara distintos para recrear un mundo de carencia de afecto y autodestrucción. Una cinta donde la protagonista es la adicción, monstruosa y con vida propia, que se va apoderando de los personajes, entre los cuales resalta Ellen Burstyn con una performance magistral. En el 2006 nos entregó "The Fountain", una película que medita sobre los conceptos de la vida, la muerte y el amor, a través de una historia desgarradora y poética.

Esta cinta de altísimo presupuesto y baja recaudación de taquilla, dividió a la crítica, algunos la consideraron la peor película del realizador y otros la catalogaron como una obra de arte. En el 2008 nos entregó la inolvidable “The Wrestler”, con un poderoso Mickey Rourke, que soporta firmemente el 80% del film, con una actuación fenomenal. Se suma el talento de Aronofsky con su interesante trabajo de dirección y como es usual, su genial utilización de la imagen con uso de la cámara en mano y planos secuencia que logran trasmitir la adrenalina de los camerinos y el ring, así como el mundo interno del protagonista.

En su nivel de mayor interioridad, “El Cisne Negro” presenta una alegoría sobre el enemigo más peligroso y difícil de comprender: uno mismo.

En este mundo interior, Aronofsky nos ubica dentro de la psicología humana. Desgarra capa por capa, y escarba minuciosamente dentro de cada una de estas. Nadie mejor que él para transmitir en imágenes los recovecos de nuestra psiquis, algo casi imposible de transmitir con palabras. Los niveles son infinitos y tan profundos como uno se proponga llegar. En la película no sólo observamos un paralelismo entre las emociones de esta bailarina y la historia que relata la trama del ballet "El lago de los cisnes", entre dos fuerzas: lo puro y lo sádico, sino que también esto abre otras puertas dentro de la psicología de esta bailarina: la relación con su madre, la relación con otras bailarinas y en definitiva la relación con ella misma. El ambiente de opresión de múltiples realidades generada por los infinitos reflejos de espejos lo denotan.  Se ha dicho que  el espejo es un símbolo de la imaginación como capacitada para reproducir los reflejos del mundo visible en su realidad formal. Se relaciona simbólica y fuertemente con el mito de Narciso. El blanco y el negro también acompañan estéticamente esta trama y esta historia. Estos colores  son el símbolo de lo opuesto. A través de la historia el negro aparece representando no sólo el lado oscuro sino que también el tiempo, mientras el blanco, símbolo de pureza,  aparece representando lo atemporal, algo como la trascendencia del arte en el público y en el propio sentido de la transmisión y expresión del mismo. Por si esto fuera poco, el cisne, símbolo central de la película, es en sí un símbolo de una gran complejidad. Los alquimistas lo consideraban un símbolo mítico de la unión de los contrarios.

El cisne negro es un drama psicológico que pone al espectador en un lugar incómodo. Para saber los caminos que uno no quiere recorrer, primero hay que experimentarlos y conocerlos, Aronofsky nos propone recorrerlos a través de la ficción para que cada uno saque sus propias conclusiones.

 

 

FICHA TÉCNICA:

Título: Cisne negro

Título original: Black Swan

Dirección: Darren Aronofsky

Guión: Mark Heyman, Andres Heinz

Música: Clint Mansell

Fotografía: Matthew Libatique

Producción: Thérèse DePrez

Reparto: Mila Kunis, Natalie Portman, Christopher Gartin, Winona Ryder, Sebastian Stan, Vincent Cassel, Barbara Hershey, Janet Montgomery, Toby Hemingway, Kristina Anapau

Montaje: Andrew Weisblum

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