Woody Allen Revisitado

altDesde el mismo momento de los créditos de la película a uno lo invade una resignada sensación de “dejá vù”. Todo parece repetirse irremediablemente: la tipografía, la música, la escena que abre la película, y la sobre-explícita voz en off, recurso al que Allen ha recurrido demasiado a menudo últimamente, como si no tuviera ya confianza en su capacidad de narrar historias y construir significados a través de la trama, los diálogos, y la imagen. Woody Allen está viejo y parece sólo saber repetirse a sí mismo. Sigue siendo agudo y entretenido, pero ha perdido profundidad, y consecuentemente, se ha vuelto menos verosímil. Pareciera como que existe un mundo-allen, y si aceptamos tal presunción, entonces la película se torna amena; apenas. Como cuando vemos un western o James Bond o la serie “Duro de Matar”: sabemos a qué atenernos.

Hace no mucho leía en "Brecha" una entrevista al recientemente fallecido José Carbajal. En la misma él decía que sus veinte canciones famosas las escribió de muy joven, y después no pudo escribir más, si no quería correr el riesgo de repetirse o no ofrecer algo novedoso, mejor aun que lo anterior. De modo que pasó los siguientes años cantando sus viejos e inmortales temas y contando historias. Woody Allen sigue haciendo una película por año aplicando la misma receta una y otra vez; cada tantos años, surge una gran película: “Match Point” es la última de esta categoría. Mientras tanto, sigue abusando de la música de jazz que él ama y toca, de los paisajes y locaciones que descubrió una vez que abandonó su Nueva York original, y sigue reclutando fantásticos actores para interpretar complejos personajes allenianos, llenos de sueños, dudas, fracasos e incertidumbre.

“Conocerás al hombre de tus sueños” es nuevamente una trama hilvanada alrededor de personajes que buscan trascender: un septuagenario que intenta detener el envejecimiento (Anthony Hopkins); un médico que nunca ejerció y persiste en ser escritor (Josh Brolin), su esposa, que lucha por formar un hogar, mantenerlo, y tener una carrera profesional (Naomi Watts); y su madre (Gemma Jones), que busca a lo largo de toda la película motivos para creer. Por allí está Antonio Banderas en un pequeño y eficiente rol secundario, aunque comparta cartelera con sus colegas famosos, y la bella actriz de “Slumdog Millionaire” (Freida Pintos), junto con otros menos conocidos y siempre eficaces actores secundarios. Nadie puede negar que Woody Allen es un gran director de actores; todos los que trabajan para él (todos parecen querer trabajar para él) lo hacen en forma superlativa.  De modo que los personajes están bien resueltos.

Lo que no es lo mismo que decir que sean creíbles. Eso ya no es exclusivamente asunto del actor, sino del escritor que escribió el guión. Y si bien el final es abierto con excepción de una de las situaciones, y queda planteado el destino de cada uno de esos personajes, resulta bastante difícil no ya especular acerca del “qué” o del “cómo” sino de “por qué”. Con todo lo dialogado que es Woody Allen, más el agregado del narrador, los personajes no llegan a “redondearse”, para usar un término de E. M. Forster en su “Aspectos de la Novela”; quedan bastante chatos, como una torta que no leudó.


Woody Allen se ha vuelto tan obvio y predecible que no sorprende ni siquiera con el recurso de las alusiones cinematográficas. Alguien tan poco entrenado como uno en la historia del cine puede fácilmente reconocer el juego de las “ventanas indiscretas” referidas a Hitchcock, o el encuentro en un edifico que recuerda “Una Jornada Particular” de Ettore Scola; o las referencias sobre sí mismo, con la casi idéntica vista de Londres desde el ventanal de un apartamento de lujo como en “Match Point”. Hasta los encuadres, las escenografías, las locaciones y el vestuario, todo parece repetirse, tan obsesivamente como cuentan que es la personalidad de este director.

Si asumimos que vamos a ver “una de Woody Allen” no saldremos defraudados. Si queremos ver otra gran película de este gran director y escritor, ésta no es tal. Ojalá vuelva a sorprendernos en los próximos años con películas de la talla de “Annie Hall”, “Manhattan”, “Hanna y sus Hermanas”, “Match Point”. Más alguna más, sin duda. Sólo con esas  cuatro hubiera alcanzado para ocupar un lugar preponderante en la historia del cine.

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