Corazón idiota

altUn universo de canciones, coreografías y situaciones cargadas de humor y erotismo. Un ámbito nocturno y atemporal que revela el universo femenino como un parque de diversiones. Deseos a veces satisfechos, a veces solo anhelados. En esta cita al borde de sí mismas, dos mujeres, muchas mujeres dentro de dos mujeres le hacen frente a un corazón idiota que no cesa de desafiarlas. Una mujer que sólo quiere tener un accidente automovilístico para que el mundo la mire, pelar una cebolla, llorar por una cebolla, bailar junto a los gitanos y sentir el desgarro de su música.

Cuatro hombres: actores, bailarines y músicos las acompañan en este accidentado viaje; encarnando padres, novios, amigos, profesores, hermanos.

Como escenografía, una gran barra interminable de fondo; una mesa de billar, sillones e instrumentos musicales; un night club de atmósfera masculina que contiene y sirve de plataforma a este universo femenino.

Ana Frenkel, Daniel Cúparo y Carlos Casella son sus creadores y directores y forman parte del equipo creativo junto al músico Diego Vainer, con el que ya trabajaron juntos en “El Descueve” en obras como "Hermosura", "Patito Feo y Sucio".

Posiblemente lo hilarante de algunos parlamentos y situaciones no siempre es interpretado atendiendo a una estructura dramática que difiere de la convencional. En ésta se conjugan varios personajes en cada personaje y, más que una única historia predominante, hay una multiplicidad de relatos en torno al amor, el deseo y sus derivas. Derivas que, tratándose del deseo amoroso, son siempre del orden de lo enigmático, de lo inexplicable en tanto, y en referencia a una generalidad del deseo inconsciente: “el hombre no sabe lo que quiere”.

La cuestión es que lo enigmático del deseo femenino no es algo que sólo atañe e inquieta al sexo opuesto, si no también a ellas mismas: para una mujer lo femenino en ella no es menos misterioso que lo femenino en otras.

Y de esto se trata lo central de la trama de este musical: de no saber qué se quiere, de no saber qué hacer con lo que se quiere, de querer ser “otra” y del despliegue de insólitos modos para ponerse como punto de atracción y satisfacción del otro. En fin, un combo de situaciones que conjugan sin altibajos la seducción de la que es capaz una mujer cuando de conquistar se trata, con el anonadamiento, ridiculez e insensatez de la que se manifiesta enamorada.
¿Será que un corazón enamorado o decepcionado es siempre idiota? Posiblemente. Idiota en tanto intenta expresarse, bajo la ilusión de la completud,la experiencia de un deseo problemático.

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