Una casa en la mitad del mundo

| Escrito por Rafael Courtoisie
ARQUITECTURA HUMANA

A cuarenta minutos del centro de la ciudad de Quito, en las afueras de la capital de Ecuador, sobre una elevación de considerable altura desde donde puede observarse el montículo que los naturales conocen como "El Panecillo", se levanta la casa diseñada, planificada y erigida por el escritor, marinero de siete mares y aventurero norteamericano - ecuatoriano  Leonard Wild.

Se trata de una bizarra, funcional construcción levantada por medio de inmensos troncos de árbol de la región y materiales cien por ciento naturales.

Es una mansión ecológica, llevada a cabo respetando minuciosamente las reglas de la ergonomía.

Es la casa salvaje.

UNA PIRÁMIDE, UN OVNI

Al aproximarse de noche por la carretera de tierra que conduce desde el centro de la ciudad de Quito hacia el noroeste, la casa se divisa en una altitud y tiene la apariencia de una nave espacial que recién se hubiera posado en la Tierra.

Su extraña forma de poliedro o pirámide trunca invertida, aislada entre los cerros, y la luz potente pero difusa que proviene de su interior le otorgan la imponencia de una nave intergaláctica.

Los lugareños la conocen como "El Ovni".

Algunos, los más inclinados a la superstición, creen que no se trata de una obra humana, sino extrahumana o paranormal. Es verdad que al divisarla en el crepúsculo, cuando la luz del día ya disminuye notoriamente sobre Quito, aparece en el paisaje tranquilo, verde oscuro y semiarbolado de los cerros, como una escultura bizarra de aristas imponentes y condición dura y geométrica.
UN ARQUITECTO INDOMABLE

El inventor, diseñador y responsable de tamaña desmesura es estadounidense, nació el 10 de agosto de 1966. Se llama Leonard Daniel Wild Stapel. Sus amigos quiteños y sus amigos "monos" de Guayaquil lo llaman Leonardo el "salvaje".

Es delgado, alto, rubio. Una suerte de modelo o actor para una de esas seriales yankees de televisión denominadas CSI o EL MENTALISTA.

    Pero lo cierto es que Leonard es más latinoamericano que muchos ecuatorianos, se ha internado en lo profundo de la selva amazónica, ha recorrido el Pacífico Sur, el Mar de Coral, el Mar Báltico, el Mar del Norte y otros mares, como responsable de  la tripulación de veleros, yates de lujo o simples buques mercantes.

En uno de esos viajes ha quedado varado en un punto innominado del Mar de la Antillas y en esa ocasión debió vender los motores de la nave con el fin de comprar los pasajes de regreso a casa.

Leonard sabe de todo y lo que no sabe lo aprende. Habla a la perfección español, alemán e inglés. Es escritor de novelas de aventuras.

Su padre es ecuatoriano y su madre alemana, la familia se estableció en Ecuador en 1971. Leonard hizo su escuela en Cayambé. La segunda enseñanza la cursó en el Colegio Alemán y en el Colegio Ecuatoriano-Suizo. Hizo su bachillerato en Virginia, USA. Allí estudió computación, "Liberal Arts", sociología, fotografía y escritura creativa. Escribió cuentos y novelas primero en inglés y luego en español.

Entre 1983 y 1985 vivió en Europa y realizó una larga travesía por Thaití.

    Su novela "Unemotion" fue publicada en alemán y alcanzó una enorme difusión y popularidad al punto de transformarse en una "estrella", best seller de la Feria del Libro de Frankfurt.

LAS MARAVILLAS DE LA ERGONOMÍA

De regreso a Quito, una de las ciudades que más ama en el mundo, Leonard Wild se dispuso a construir la casa que había soñado. Quiso hacerlo de acuerdo a sus firmes convicciones ecológicas y ergonómicas.

    Para la construcción hizo traer especialmente a la capital a un grupo de indios saraguros. Una tribu cuya cultura y dialecto propios albergan secretos inextricables del remoto pasado precolombino.

Desde el exterior anguloso de paredes o caras que subvierten, inclinadas hacia fuera, la dictadura de lo vertical hasta el interior acogedor, íntimo, concebido en la calidez de la madera, el cáñamo y los adminículos naturales, la casa es un todo sensible, un organismo completo capaz de proteger, dar vida y albergar en su seno las tareas simples y las más extrañas ocurrencias humanas.

Wild se basó en parte en las directivas que el inglés Hywel Murrell hizo converger a través de los términos ergon (trabajo) y nomia (conocimiento). La ergonomía es una disciplina que tiene en cuenta las medidas y los usos humanos.

Hace ya muchos años, el renombrado arquitecto Le Corbusier urdió esa suerte de figura o muñeco de características humanas que denominó "modulor". Aún hoy muchas empresas de arquitectura a lo largo y ancho del mundo emplean la figura del "modulor" con su brazo levantado, como logo o icono.

Lejos de París, lejos de la abstracción arquitectónica del "modulor", en el corazón de Latinoamérica, en Quito, se erige un habitáculo cuyas medidas, dimensiones y perímetro siguen de cerca o al menos pretenden adaptarse a la necesidad humana.

TODO ECOLÓGICO

Cuando el cronista, luego de la ingestión de varias dosis de aguardiente traído de la selva y de varias horas de conversación, pretendió pasar al baño, se le indicó un lugar de la casa en donde, entre cálidas y acogedoras superficies de madera, se disponían los inodoros.

Prolijos, limpios, insólitos, los lugares por donde se evacúan los detritus humanos siguen la rigurosa lógica de toda la construcción
   
En esta casa no hay pozo séptico, no hay cisterna, no hay comunicación con las cloacas urbanas.

Todo allí es natural y silencioso.

La materia de desecho se elimina mediante la maquinaria biológica del "compost".

Hasta las tapas de los inodoros son de purísima madera.

Wild cree en lo natural: "Todo vuelve a la tierra, todo se recicla", dice.

El jardín que rodea la casa florece y estalla en colores.

DESDE EL FINAL DEL MUNDO

Wild, el "salvaje", el "gringo" para sus vecinos, pergeña historias y narraciones de aventuras. Teclea frenéticamente en su "personal-computer". De vez en cuando se detiene, alza la vista del teclado, contempla el bucólico paisaje y más allá, a lo lejos, escucha los ecos y ve los resplandores de la capital, Quito.
Enseguida vuelve a la máquina y recuerda escenas de marinería, peripecias en la selva, anécdotas y aventuras que ha vivido en el mundo salvaje, vasto y complejo de la postmodernidad.

Las escribe como si las viviera otra vez.

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