¿Porqué Netanyahu exige el reconocimiento de Israel como estado del pueblo judío?

No sólo las ya  conocidas polémicas sobre asentamientos, fronteras y Jerusalem, dividen a Israel y los palestinos. Una posición que el gobierno del Primer Ministro Benjamin Netanyahu ha convertido en clave para seguir adelante-aunque fue mencionada ya por su antecesor Ehud Olmert- es la exigencia que los palestinos reconozcan a Israel como Estado del pueblo judío.

“El reconocimiento de Isael como el estado soberano del pueblo judío es esencial , un paso necesario en el proceso de reconciliación histórica entre Israel y los palestinos”, decía meses atrás un comunicado del Ministerio de RREE en Jerusalem.

“Así como los palestinos esperan que nosotros reconozcamos su Estado, nosotros esperamos una actitud recíproca”, declaró Netanyahu. “Es algo básico, relacionado a nuestra esencia misma. Ese reconocimiento permitirá al pueblo israelí volver a tener fe en la voluntad palestina de llegar a la paz”.

De fondo, hay un concepto clarísimo para los judíos...aunque a menudo no tanto para otros: el judaísmo no es sólo un concepto religioso sino también nacional, de pueblo. Si bien es cierto que no se puede ser judío y cristiano al mismo tiempo, sí se puede ser judío no religioso, no observante .Claro está que el tema sigue siendo discutido por los propios judíos y que mientras para algunos lo central es la parte religiosa y la fe, para otros la dimensión nacional es la central.

Fuera del judaísmo, no siempre se comprende cabalmente este hecho y la visión suele ser limitada: ser judío es una religión, y nada más. Pero los judíos sabemos que hay algo que nos une  aunque unos practiquen activamente la religión, otros cumplan parcialmente sus preceptos y haya quienes ni siquiera creen en Dios. Esto último será especialmente evidente en Israel, donde precisamente por haberse concretado en vida práctica, en experiencia diaria, la dimensión nacional, puede ser muy común ser judío sin que se ponga necesariamente a Dios y la de de por medio.

Lo antedicho, a modo de explicación general, más que nada a ojos no judíos.

El problema que nos lleva, sin embargo, a escribir estas líneas, es el tono que adopa la reacción del mundo árabe en general y los palestinos en particular, a la exigencia del Primer Ministro de Israel de reconocer a Israel como Estado del pueblo judío (o de la nación judía).  

La posición palestina al respecto es categóricamente opuesta. El Presidente palestino Mahmud Abbas (Abu Mazen) declaró repetidamente que jamás la aceptará. Y hace pocos días, en una reunión con diputados árabes del parlamento israelí, recalcó que no firmará bajo ningún concepto un acuerdo con Israel que incluya el reconocimiento de Israel como un estado judío.

“La ANP reconoció la existencia de Israel en 1993 y ahora Israel debe reconocer al estado palestino en las fronteras de 1967”, dijo Abbas en Ramallah. Hace algunos meses, tras recalcar que no acepta en ninguna circunstancia la exigencia israelí,  agregó: “No me corresponde a mi dar una descripción de Israel. Por mi, que la llamen la República Socialista Hebrea, eso no es asunto mio”.

Los argumentos oficiales palestinos son varios.

El negociador Dr. Saeb Erekat declaró que “es una exigencia racista”. Azzam al-Ahmad, miembro de Al Fatah allegado a Abbas sostuvo que “ésto muestra la tendencia extremista de un gobierno que no desea llegar a la paz”. Omar el-Ghoul, asesor del Primer Ministro Dr. Salaam Fayyad, aseguró que la postura israelí se debe al deseo de expulsar a sus ciudadanos árabes y que “Israel pertenece a todos sus ciudadanos”, recordando que el 20% de su ciudadanía son árabes .  Otros alegaron que la exigencia “incita a guerras religiosas”.

A ojos de Israel, estos argumentos esconden la verdadera motivación: impedir que haya una definición formal que bloquee en el futuro el regreso de refugiados palestinos a lo que es hoy en día el territorio soberano de Israel. Los palestinos no han renunciado a la exigencia del “derecho del retorno” aunque no sólo la derecha sino también el centro y la izquierda moderada en Israel se oponen al mismo, explicando que éste equivaldría al fin de Israel y que la solución al tema de los refugiados deberá hallarse en el marco del Estado palestino independiente que sea creado cuando se llegue a un acuerdo.

Para Israel, de fondo hay una postura árabe en general y palestina en particular, que no reconoce la legitimidad de la presencia judía en Israel, una narrativa que continúa hablando de sitios que son parte del Israel soberano como “Palestina ocupada”, con lo cual no se crea un ambiente propicio para una reconciliación definitiva. El temor es que ello signifique que desean crear un estado palestino independiente, pero luego seguir exigiendo que los refugiados palestinos, en lugar de asentarse en ese nuevo Estado, vayan a lo que es el Estado de Israel, alterando su equilibrio demográfico y conduciendo así finalmente a su desaparición.

En un interesantísimo artículo escrito por Jeff Jacoby en el periódico norteamericano “The Boston  Globe” bajo el título “El innegable Estado judío”, se analiza a fondo el tema. Es oportuno compartir con los lectores algunos de sus inteligentes párrafos:

“Nada de lo relacionado a Israel podría ser más evidente que su condición judía. Así como Polonia es el estado nacional del pueblo polaco y Japón es el estado nacional del pueblo japonés, Israel es el estado nacional del pueblo judío”, escribe Jacoby.
Y  da dos ejemplos concretos relacionados a resoluciones internacionales, un punto que nos parece especialmente relevante ya que se suele alegar que Israel no cumple resoluciones de las Naciones Unidas..pero sería bueno prestar atención a qué pasa cuando son otros los que no las cumplen.
“La resolución sobre la partición de Palestina  adoptada por la ONU en 1947 contiene no menos de 20 referencias al ´estado judío´cuya creación estaba autorizando; 25 años antes, la Liga de las Naciones había sido similarmente directa al ordenar ´el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío´.Cuando Israel fue creado el 15 de mayo de 1948, su identidad judía fue el primer dato reportado en la historia de primera página en The New York Time, que comenzó diciendo: ´El Estado judío, la más nueva soberanía del mundo, que será conocido como el Estado de Israel, ha sido creado en Palestina a medianoche, al llegar a término el Mandato británico´..

Jacoby continúa:
“En un mundo con más de 20 estados árabes y 55 países musulmanes, la existencia de un único pequeño estado judío debería ser inobjetable”. Y pasa a citar  al propio Presidente Barack Obama de Estados Unidos, tal cual se pronunció  hace un mes en la Asamblea General de las Naciones Unidas: “Israel es un Estado soberano y es la patria histórica del pueblo judío”.  

A pesar de todo ésto, las exigencias de Netanyahu en este tema, no crearon consenso en Israel. Entre los propios israelíes hay , según encuestas que se han publicado, quienes consideran que el tema creó una nueva complicación innecesaria en las de por si difíciles negociaciones de paz. Por otro lado,  gente crítica de Netanyahu-como el articulista Ari Shavit del matutino “Haaretz”- lo apoyó esta vez, explicando lo crucial del tema para el futuro de la convivencia auténtica en la zona y para una verdadera reconociliación.
Otros, como el  Profesor Shlomo Avineri, conocido catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad Hebrea de Jerusalem – comentaron que si bien dudan de lo acertado o prudente de la exigencia de Netanyahu, es inevitable ver con preocupación lo categórico de la negativa palestina a aceptarla.

· Más leídos ·

Consola de depuración de Joomla!

Sesión

Información del perfil

Uso de la memoria

Consultas de la base de datos