Iom Hashoa

“No todas las víctimas fueron judíos. Pero todos los judíos fueron víctimas.” Elie Wiesel

Hace pocos días las comunidades judías del mundo conmemoraron nuevamente Iom Hashoa Vehagevura, Día del Holocausto y del Heroísmo. Un día de dolor que marca el calendario judío señalando la tragedia colectiva sin parangón que a nuestro pueblo le tocó vivir.
Muy importante recalcar también el heroísmo. Muchas veces cuando recordamos este día o este tema enfatizamos, sí, la Shoá pero no le damos justo énfasis a la Gevura (heroísmo, valentía, resistencia). La hubo ya sea pasiva o activa, espiritual o armada, aunque la armada recién comienza como sabemos a partir del año 1943-en los pocos casos en los que ello fue posible- siendo su momento culminante la rebelión del Ghetto de Varsovia.
Una vez más el pueblo judío, como en Pesaj –y la rebelión del Ghetto de Varsovia comenzó en Pesaj –luchando por su libertad. Una vez más intentando salir de la esclavitud. Pero esta vez, más que esclavitud fue lisa y llanamente exterminio.

Un acto muy digno y emotivo tuvo lugar recientemente en nuestro Ishuv organizado por la Comunidad Israelita del Uruguay conjuntamente con el Centro Recordatorio del Holocausto y la Federación Juvenil Sionista. Multitudinario. Que convoca a la colectividad judía como pocos eventos lo hacen posible. Todos los años hay un tema distinto. Este año fue el de  “Los niños en la Shoá”.
Este acto muy bien organizado por un equipo creativo de alto nivel, en el cual además de profesionales muy capacitados y especializados destacan exalumnos de los colegios judíos de la colectividad (Integral y Ariel que hoy son uno solo), incluye entre otros aspectos: escenografía, coreografía, musicalización, parte litúrgica, participación artística (también exalumnos y alumnos), encendido de velas por parte de sobrevivientes y testimonios “en vivo”. El de este año, lo brindó la sobreviviente Gisa A. de Goldfarb, quién relató cómo se había reencontrado recientemente con la familia polaco-cristiana que la rescató, es decir que la salvó del horror durante los años de la guerra, en un testimonio sumamente emotivo.

Uno de los puntos de apoyo del acto mencionado es el Centro Recordatorio del Holocausto, organización que existe desde hace más de cuatro décadas; agrupa por sobre todo, aunque no solo a los sobrevivientes de la Shoá, teniendo como objetivo, desde su fundación perpetuar el recuerdo, la memoria, el no olvido. Lo que abarca pasado presente y futuro. Integrar esta organización, como es el caso de quien esto escribe es al mismo tiempo un privilegio, necesidad y un deber moral. Una Mitzva en el más amplio sentido del término.

La Organización, que tiene hoy en día en Rita Vinocur –hija de esa extraordinaria mujer sobreviviente que fue Ana Vinocur(Z’’L), su alma mater siendo actualmente presidida por nuestro muy querido sobreviviente Jacobo Turim- ha desempeñado y desempeña múltiples actividades y tareas entre las cuales: el proyecto “Toda persona tiene un nombre” basado en las Hojas de Testimonio que ya muchos han recibido y completado; entrevistas para la Fundación de Shoá que dirige Steven Spielberg; visitas de sobrevivientes a escuelas e instituciones no judías y judías; ayuda a sobrevivientes en distintas circunstancias; publicaciones y libros escritos por ellos mismos; eventos con motivo de Iom Haatzmaut, Rosh Hashana y Januca; la coparticipación ya mencionada en el acto de Iom Hashoa y podríamos seguir. Consideramos fundamental el Museo de Shoá que funciona en la sede de la Comunidad Israelita del Uruguay, uno de los primeros en su género en el continente. Visitado frecuentemente, en visitas guiadas, por alumnos de escuelas y liceos del país y personas en general. Ha sido habilitado hace años para ser visitado en el Día del Patrimonio Nacional pues en realidad, conjuntamente con su significado moral es parte del patrimonio nacional. El objetivo del museo en particular, del Centro Recordatorio del Holocausto en general es como ya ha sido expresado perpetuar el recuerdo, la memoria, el no olvido.
Lo que es fundamental siempre. Con más razón en la época que estamos viviendo. Cuando el antisemitismo, en los lugares menos pensados tanto lejanos como cercanos, resurge bajo el “disfraz” de antisionismo o antiisraelismo. Cuando los negadores-entre los cuales hoy en día el “hitler persa” ocupa un triste primer lugar – intentan negar lo indiscutible e irrefutable. Lo que ni siquiera los mismos nazis negaron en Nuremberg y tampoco Eichmann negó. Aducían sí, de manera cínica y perversa que “cumplían órdenes”. Pero no lo negaron, lo reafirmaron.

“Recuerda lo que te hizo Amalek…no olvides”, dice la frase bíblica. Con más conciencia  que nunca hay que recordar y no olvidar!
También el mundo. La resolución de Naciones Unidas que hace algunos años decretó el 27 de enero (Día de la muy tardía “liberación” de Aushwitz, pero liberación al fin) como el Día de Recordación Universal  de las Víctimas de la Shoá, es un paso en la dirección correcta pero aún queda mucho por hacer. En lo educativo: Incluir la Shoá en los programas de estudio (escuelas, liceos, universidades). Incluirlo y enseñarlo. En varios países se aplica. En muchos otros aún no.

Reflexión final: Además de lo ya expresado la tragedia y singularidad de la Shoá –sin ánimo de comparar, no se comparan tragedias- debe enseñarnos a todos a ser sensibles a los genocidios, catástrofes y tragedias que han ocurrido y lamentablemente siguen ocurriendo en el marco de una humanidad que aún no ha aprendido que Aushwitz no debe repetirse nunca más.

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