Es pasado es un animal grotesco

Una estructura circular que gira en su propio eje una y otra vez durante los 135 minutos, el relato durante un período de diez años en la vida de cuatro personajes entre sus 25 y 35 años de edad en forma breve y alternativa, y un ocasional marco de fondo de cambios sociales y económicos que sustentan el entorno de estos personajes son parte de la propuesta narrativa y visual de "El pasado es un animal grotesto" de Mariano Pensotti en el Teatro sarmiento de Bs As.

La obra comienza en el mismo momento que la estructura redonda comienza a girar, podemos ver como esta armada y y podemos ver todos los trucos en su giro que nos hacen tomar conciencia que estamos viendo un espectáculo al mejor estilo del teatro brechtiano. Alegoría al mundo que gira, a las horas que pasan, a los días que pasan, al tiempo que pasa. Los personajes comienzan a aparecer poco a poco dentro de esta estructura, que nunca durante toda la obra, deja de girar. Sus vidas no son presentadas por ellos mismos, sino que existe un narrador que relata lo que estamos viendo. Otra vez el teatro brechtiano hace su aparición, un narrador que nos relata una historia que estamos presenciando, un distanciamiento de la acción dramática y en esta caso, si vamos una poquito más allá, una forma de transmitir qué pasaría si por un momento nos abstrajeramos de nuestras propias historias y fueramos narradores, como si nuestras propias vidas pudieran ser ficción, una especie de relato autobiográfico que puede escenificarse en cualquier teatro, en este caso el Sarmiento.

Sin embaro "El pasado es un animal grotesco" también tiene como estructura narrativa una forma de relato como nos tenían acostumbrados Balzar o Tolstoi en el siglo XIX, donde una ficción ambiciosa y destacada es contenida por un marco histórico y temporal preciso. Los cuatro actores estan encargados de narrar esta historia y representar esa multiplicidad de historias, dando vida a docenas de personas y situaciones.
Una estructura circular que gira en su propio eje una y otra vez durante los 135 minutos, el relato durante un período de diez años en la vida de cuatro personajes entre sus 25 y 35 años de edad en forma breve y alternativa, y un ocasional marco de fondo de cambios sociales y económicos que sustentan el entorno de estos personajes son parte de la propuesta narrativa y visual de "El pasado es un animal grotesto" de Mariano Pensotti en el Teatro sarmiento de Bs As.

La obra comienza en el mismo momento que la estructura redonda comienza a girar, podemos ver como esta armada y y podemos ver todos los trucos en su giro que nos hacen tomar conciencia que estamos viendo un espectáculo al mejor estilo del teatro brechtiano. Alegoría al mundo que gira, a las horas que pasan, a los días que pasan, al tiempo que pasa. Los personajes comienzan a aparecer poco a poco dentro de esta estructura, que nunca durante toda la obra, deja de girar. Sus vidas no son presentadas por ellos mismos, sino que existe un narrador que relata lo que estamos viendo. Otra vez el teatro brechtiano hace su aparición, un narrador que nos relata una historia que estamos presenciando, un distanciamiento de la acción dramática y en esta caso, si vamos una poquito más allá, una forma de transmitir qué pasaría si por un momento nos abstrajeramos de nuestras propias historias y fueramos narradores, como si nuestras propias vidas pudieran ser ficción, una especie de relato autobiográfico que puede escenificarse en cualquier teatro, en este caso el Sarmiento.

Sin embaro "El pasado es un animal grotesco" también tiene como estructura narrativa una forma de relato como nos tenían acostumbrados Balzar o Tolstoi en el siglo XIX, donde una ficción ambiciosa y destacada es contenida por un marco histórico y temporal preciso. Los cuatro actores estan encargados de narrar esta historia y representar esa multiplicidad de historias, dando vida a docenas de personas y situaciones.

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