De la Web a la Jupá

Hace más de 150 años el habitante de un Shtetl -pequeño pueblo de la Europa del siglo XIX con mayoría judía- que quisiera formar pareja debía atenerse a la voluntad de sus padres (y de los padres de la novia), quienes solían contratar los servicios del shadjn o casamentero.  

Las vías para formar pareja, casarse o simplemente conocer gente de la colectividad se transformaron al compás de los cambios sociales en general. Y uno de esos cambios los facilitó la tecnología, concretamente Internet.

Existen diversos canales de conexión: desde las páginas y aplicaciones en Facebook, el msn, los listados, hasta los pioneros portales de contactos. Basta con crear un perfil, subir una foto e intercambiar mensajes con los demás internautas.  

En 1999 el argentino Diego Arcusin detectó la falta de espacios de vinculación dentro de la Comunidad y creó Delacole.com (http://www.delacole.com), “un espacio absolutamente libre con el fin de brindar un punto de contacto para que la gente se conozca dentro de un marco de libertad, respeto al prójimo y apertura mental” que cuenta con un promedio de 5 mil visitantes diarios y 43 mil usuarios activos de Latinoamérica, Israel y Estados Unidos.

“Los usuarios, entre 20 y 70 años, se conectan con diversos objetivos, desde formar pareja hasta encontrar amigos, independientemente del sexo al que pertenezcan. A su vez, tienen creencias y convicciones muy disímiles. Buscamos que crezcan y se enriquezcan con el intercambio. Sólo pedimos respeto por el otro y usar los espacios del sitio sólo para los objetivos para los que fueron creados. En general el perfil socioeconómico se alinea con el de los internautas:  50% hombres y 50% mujeres, pertenecientes al segmento ABC1”, revela Arcusin.

Otros sitios apuntan exclusivamente a formar pareja, tal es el caso de Cupido Jai (http://www.cupidojai.com). “Tenemos como uno de los objetivos principales, la lucha contra la asimilación en países hispano-parlantes”, afirma Aharon Galer, director general del sitio gracias al cual 253 parejas llegaron al altar.

Galer asegura que la mayoría de los que se conectan a Cupido Jai, hombres y mujeres entre 35 y 40 años, busca pareja estable. Sin embargo admite que “algunos, generalmente hombres, buscan aventuras.” El sitio sólo permite el contacto entre hombres y mujeres. 
Redes sociales

Con Facebook explotó el boom de las redes sociales. Y los “ciberpaisanos” aprovechan esta herramienta: se conectan con ex compañeros del shule, el club, plan Tapuz, etc., y/o se se convierten en fans de páginas para encontrar su media naranja kosher. Para muestra, basta tipear en los buscadores “Jóvenes Judíos” (vinculado al grupo de encuentros El Lazo, de Jabad Lubavitch, localizado en Buenos Aires).  

Algunos consejos


El levante digital tiene sus técnicas y secretos, más allá del credo al que uno pertenezca e indepedientemente de que el fin sea encontrar a alguien con las mismas tradiciones o historia.

En su libro “Enredados” (Ediciones B) la periodista y escritora Valeria Schapira desasna a todo aquel que aspire a encontrar el amor 2.0. “Primero debes fijarte un objetivo. Sea casarte, tener hijitos y comer perdices; hacer un tour urbano por los albergues transitorios o jugar a la seducción, hay buenas noticias. Existe un mundo de posibilidades mientras tengas al día el abono de la banda ancha o del wi-fi o, si las cosas no están para ´tirar manteca al techo´, un locutorio cercano”, sugiere Schapira en el prólogo y recomienda “procurarse los sites donde puede haber gente acorde a nuestros intereses”.

Schapira también brinda una serie de consejos para tener en cuenta una vez concretada la cita y advierte que en esa instancia “no se trata de soplar y hacer botellas, como sentarse frente a la computadora”. Para el “face to face” recomienda, entre otros ítems:
 
•     Vístete “casual” pero no descuidadamente. Báñate, obvio, y encárgate de que tus uñas, pelo, etcétera luzcan decentes. Si eres mujer, no te
      pintes como una puerta. Si eres varón, por favor, no te pintes.
•     Sé puntual. Esa historia de llegar tarde para hacerse el interesante es una grosería.
•     Nada de identificaciones estrafalarias como flores en el ojal, carteles tipo taxi de aeropuerto o ropas payasescas para que el otro te visualice.
      Se supone que ya se conocen las caras a través de la pantalla.
•     Evita alusiones a tus ex, otra gente que conociste por Internet y tu historial amoroso en general. Tus correrías sexuales tampoco   
      impresionarán favorablemente a tu interlocutor.
•     No oficies de bufón. Si la gente quiere divertirse, saca una entrada para ir al circo.
•     No hagas referencia a cuestiones económicas ni preguntes por los ingresos del otro.

“Pescar en la red es divertido, estimulante y no tiene contraindicaciones, siempre que  a uno no se le convierta en adicción. Como cualquier cosa de la que se abuse, la web puede provocar efectos colaterales”,  advierte Schapira.

Por otra parte, no está de más mencionar algunos consejos de seguridad que brindan los especialistas: no revelar datos personales como el domicilio y siempre concretar la primera cita en lugares públicos y concurridos.

Usos y abusos de la Web

El psicoanalista argentino Lic. Pablo Klersfeld apunta que “el chat se convirtió en una herramienta muy útil para conocer personas y lograr citas. Favorece la busqueda ya que evita los temores a la frustracion o al rechazo habituales en el "levante" tradicional y sirve para hacer un previo filtro con la potencial pareja, así como descartar situaciones en donde las incompatibilidades sean indisimulables”.

A su vez, Klersfeld sostiene que en el uso de la web como via de “levante” “es común que se recurra a la exageracion y al engaño”, aunque reconoce que estos elementos tambien aparecen en el encuentro cara a cara.

El psicoanlista advierte que se puede volver “complejo y hasta dañino” si se convierte en la única práctica y reemplaza a las otras vías posibles para conocer gente. “Tambien es riesgoso que las personas abran muchas conversaciones y luego eviten los encuentros”.

La Web es una buena herramienta para que los tímidos puedan comenzar a perder el miedo a contactarse con otros/as. Sin embargo como afirma Klersferd, la vida amorosa requiere tarde o temprano del encuentro real con el otro. Así que a la hora de buscar el amor, kosher o no kosher, habrá que tener en cuenta a las nuevas tecnologías como un simple medio y no como un fin.


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