Locas

"...Hacer penitencia en manicomios. Tras apoderarse de mi obra, me obligan a cumplir los años de prisión que tanto merecían ellos..."
Camille Claudel (1864-1943).

Camille claudel era una jóven con un talento artístico que igualaba su belleza física. Sin embargo pasó la mayoría de sus años de vida recluida en un manicomio donde muere luego de 30 años. Fue amante de su profesor y mentor Augusto Rodian. Camille desarrolló un tipo de retrato sensual e inapropiado para mostrar en público para la época. Fue justamente por este motivo que sus obras le fueron expropiadas, la internaron en el asilo para alienados de Montdevergues por órden de la familia y no la dejaron esculpir nunca más. En sus cartas, la jóven artista denuncia el horror y la desesperación de la situación absurda en la que se encuentra.

Sandra Masera retoma esta historia para escribir Locas, proyecto premiado por Fondos Concursables para la Cultura, MEC. Esta vez con la dirección de Lila García y una excelente actuación de Gabriela Irribarren.

Locas narra esta basada en la vida de Camille, pero el único personaje que se presenta en escena se llama Pilar. A través de un único personaje queda planteado el paralelismos entre la vida de Camille y la de muchas mujeres más de la época que por hacer un tipo de arte "diferente" al de la convención fueron recluidas y alejadas del mismo hasta sus muertes. Quizás este sea el motivo evidente de la utilización del plurar en el título, Locas.
Pilar nos cuenta su historia, su desesperación y denuncia a través de sus cartas enviadas a su familia, quienes no las consideran un pedido de auxilio sino que más bien un símbolo de locura. Son justamente estas cartas la única vía de comunicación con el mundo real, con el entender que el tiempo y la historia avanza, y que no todo queda deteneido en el tiempo como en aquel manicomio de sábanas blancas, túnicas blancas y un patio donde se podía respirar algo de aire.
Sin embargo Sandra Massera y Lia García dan un paso más y transforman lo escrito en visual. Gabriela Irribarren toma el papel a la perfección y nos transmite corporalmente el interior alterado de esta mujer, o de estas mujeres. Desde las preocupaciones mas femeninas como pueden ser la vestimenta, el poder ser madres, el enamorarse, la sensualidad y el cuerpo, Pilar va expresando imágenes visuales que se mezcla equilibrada entre lo que es la obra de Camille claudel y ciertas poses corporales del teatro kabuki japones, punto recurrente en el teatro de Sandra Massera.

Una puesta de escena simple, fuerte, directa. Un unipersonal compuesto excelentemente por Gabriela Irribarren quien al final de la obra y frente a los aplausos sinceros del público, no puedo desprenderse del todo de este personaje, de estas mujeres y de estas realidades.

Todos los viernes, sábados y domingos en el teatro del museo Torres García hasta el mes de abril inclusive.

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