Estado Único

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La solución de un solo estado ya está aquí

 

Gideon Levy

 

Aquí está la prueba irrefutable de que la solución de un solo Estado ni siquiera debería ser considerada: el derramamiento de sangre, el odio y el miedo han invadido el país. Los defensores de la solución de dos estados y en especial aquellos que no buscan ninguna solución, esos israelíes que consideraron la solución de un solo estado como traición y herejía, ahora están proclamando la victoria. “Aquí tienen, así será el Estado binacional” están diciendo. “Va a ser una sangrienta guerra civil sin fin”. 

Los mismos argumentos intimidatorios que se utilizaron durante años en contra de la solución de dos estados (las “fronteras de Auschwitz”) están siendo utilizados ahora en contra de la solución de un solo estado. Ahora, al igual que en ese entonces, todo se juzga de acuerdo a los contornos de la actual y deprimente realidad y a nadie se le ocurre que otra realidad es posible.

 

Los nacionalistas dicen: “Un acuerdo nunca será posible con esa gente sedienta de sangre”. La centro-izquierda dice: “No hay manera de vivir juntos”. El denominador común es el racismo y la suposición de que el odio durará por siempre. A esto hay que añadir los argumentos sobre la santidad del estado judío y el fin del proyecto sionista. En resumen, un solo estado significa el fin del mundo.

 

Y ahora veamos los hechos. Un solo estado ya existe aquí y lo ha hecho durante 48 años. La Línea Verde se desvaneció hace mucho tiempo; los asentamientos están en Israel, e Israel es también la tierra de los colonos. El destino de los dos millones de palestinos que viven en Cisjordania es decidido por el gobierno en Jerusalem y el establishment de la defensa en Tel Aviv, no por Ramallah. El General de Brigada Yoav Mordejai, coordinador de las actividades del gobierno en los territorios, es su gobernante mucho más que lo es el presidente palestino Mahmud Abbas. Ellos son claramente parte del estado binacional y han sido sus súbditos – a la fuerza – por unas tres generaciones. Este estado tiene tres regímenes: democracia para los judíos, discriminación para los árabes israelíes, y apartheid para los palestinos. Pero todos viven en un solo estado inseparable.

 

El estado binacional que nació en 1967, no es democrático. De hecho, es uno de los peores estados en el mundo debido a la dictadura militar que mantiene en parte de su territorio, uno de los más brutales regímenes totalitarios existentes en la actualidad. También es uno de los estados más racistas, ya que determina los derechos de sus residentes basándose únicamente en su nacionalidad. Este es el estado que está siendo regado con sangre en estos precisos momentos y que continuará siendo regado con sangre mientras conserve su malicioso formato no democrático.

 

Aquellos que dicen que el actual baño de sangre es una prueba de que árabes y judíos no pueden vivir juntos se basan en el actual estado de injusticia. Y tienen razón. Si Israel sigue siendo un estado de iniquidad, judíos y árabes nunca podrán vivir juntos en paz. Pero la creciente minoría que aboga por la solución de un solo estado no está pensando en este estado sino todo lo contrario. Desean minarlo y establecer un régimen diferente, más justo e igualitario. Cuando se establezca, lo más probable es que el odio y la desesperación serán olvidados.

 

Por supuesto que puede ocurrir que no se quiera creer esto, pero no hay que engañarse. No se puede negar la posibilidad de una vida juntos con argumentos basados en las condiciones existentes. La sangre es derramada debido a la injusticia y proviene de ella. ¿Cómo se puede descartar de antemano la posibilidad de que en un estado democrático, igualitario, se formarán relaciones diferentes? Hay unos cuantos precedentes históricos de odio y horror que se disiparon cuando se disipó la injusticia.

 

Podríamos volver a la solución de dos estados, por supuesto. Tal vez no es mala idea, pero es una que se dejó pasar. Los que querían un estado judío deberían haberlo implementado mientras que todavía era posible. Los que le prendieron fuego – ya sea de forma deliberada o no haciendo nada – ahora deben mirar la nueva realidad, directa y honestamente: 600.000 colonos no serán evacuados. Sin evacuación, no habrá dos estados. Y sin dos estados sólo queda la solución de un solo estado.

 

Ahora ha llegado el momento, en medio del fuego y de la desesperación, de comenzar a hablar de la última salida: la igualdad de derechos para todos. Para judíos y para árabes. Un solo estado ya está aquí y lo ha estado durante mucho tiempo. Todo lo que se necesita es que sea justo y que se haga lo correcto. ¿Quién está en contra? ¿Por qué? Y lo más importante, ¿cuál es la alternativa?

 

Fuente: Haaretz

Traducción: Daniel Rosenthal

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