La nueva tradición popular de Israel: tours en Ramadan

toursramadanokPara los judíos israelíes que anhelan conocer a sus vecinos, las actividades alrededor de los ayunos y festines de este mes se están volviendo un negocio próspero.

Pocas horas antes de que finalice el ayuno diario, el mercado se llena de consumidores locales para comprar bolas de falafel frescas, pasteles pegajosos y fritos y comida al escabeche para servir en el primer iftar, el final del ayuno.

Pero claramente hay otros que no respetan Ramadan – judíos israelíes. Estos visitantes de pueblos vecinos, claramente visibles en la multitud, están formando parte de una nueva tradición en partes del país donde la tradición religiosa es muy respetada: tours en Ramadan.

Han podido ver y experimentar la vista, sonidos, olores y sabores de Ramadan sin la carga de tener que ayunar – todos los aspectos divertidos de la festividad. Estos tours les ofrecen la oportunidad de explorar pueblos y ciudades que no frecuentarían habitualmente; en una época especial del año.

Los tours en Ramadan están disponibles unas pocas veces en la semana durante este mes sagrado para los musulmanes, y este año comienza el 18 de junio y finaliza el 17 de julio. Se ofrecen en diferentes lugares, formatos y rangos de precio. Algunos se concentran en un solo pueblo, mientras otros pasean por varios. Algunos son exclusivamente con la temática de Ramadan, mientras otros también cubren historia local y atracciones. Algunos incluyen solo degustaciones, mientras otros ofrecen comidas completas. Algunos finalizan con un gran festín, mientras otros finalizan con un servicio religioso abierto y café de media noche.

El tour Ramadan "bare-bones", que cuesta aproximadamente NIS 50-60, generalmente incluye una caminata por el pueblo de tarde, permitiendo a los participantes degustar algunas de las especialidades de esta festividad (y contrario a la creencia popular, está bien que no-musulmanes coman en frente a aquellos que están ayunando), mientras observan las grandes compras pre-iftar. Luego pueden escuchar al Almuédano anunciando el final del ayuno, y presencian cómo las calles se vacían instantáneamente, mientras locales emocionados corren a su hogar a comer. Algunos de estos tours más económicos incluso ofrecen la oportunidad de unirse a una familia local para una ceremonia de desayuno, pero no para la comida completa.

Los más elaborados, como el tour de Ramadan en Kfar Qasem – un pueblo de más de 20000 habitantes localizado en la región "triangular" de las municipalidades árabes, 12 millas al este de Tel Aviv – comienza al finalizar la tarde con una visita a algunas atracciones arqueológicas. Finaliza con una cena buffet completa organizada por una familia local, que incluye, junto con una selección de ensaladas y platos principales, el tradicional postre qatayef – un panqueque doblado por la mitad relleno con nueces o queso, antes de ser freído y empapado en almíbar. La atracción adicional de este tour en particular es que la cena se sitúa en la misma casa de tres pisos donde fue el set de "Fauda" – una serie de televisión popular que se centra en el conflicto israelí-palestino,

También se incluye en este tour una visita al memorial donde 49 civiles inocentes, todos residentes de este pueblo, fueron asesinados por el ejército israelí en octubre de 1959. Entre los tours en Ramadam más caros está el tour extravaganza que sale NIS 390, organizado al norte, en el pueblo de Baka al-Garbiyye. La razón por la cual es tan caro es porque los participantes de este tour tienen la oportunidad de cenar en el hogar de Nof Atamna-Ismaeel, el microbiólogo de 32 años que ganó el año pasado el concurso televisado "Master Chef" de Israel. Como un obsequio adicional, el famoso cocinero, como fue anunciado en el programa, promete seguir la comida con una discusión sobre gastronomía.

Los tours en Ramadan comenzaron en pequeña escala hace aproximadamente siete años, en la región de Wadi Ara del país, mayoritariamente poblada por árabes, pero desde ahí se fue expandiendo a Galilea y el "triángulo". El espíritu que impulsó esta iniciativa es Sikkuy, una organización sin fines de lucro que promueve la coexistencia judío-árabe. En años recientes, Sikkuy puso considerable énfasis en el rol del turismo en construír lazos con el tour de Ramadan, uno de sus principales proyectos.

En el espíritu de la coexistencia, todos los tours de Ramadan organizados por Sikkuy tienen dos guías, uno musulmán y uno judíos.

El gobierno también se sumó a la causa, lanzando este año una gran campaña de anuncios para promocionar los tours en Ramadan en Galilea con esperanzas de atraer a más turistas locales. Además, algunos pueblos árabes, como el pueblo costero de Jisr a-Zarka, organizan sus propios tours en Ramadan.

Aunque los tours en Ramadan son relativamente nuevos, forman parte de un fenómeno más grande: actividades locales que apuntan a israelíes curiosos por la cultura, interesados en observar y experimentar ritos religiosos de todo tipo. Esto incluiría, por ejemplo, la multitud de judíos israelíes que van anualmente a tours en Navidad en la antigua ciudad de Jerusalén, y la cantidad que asisten a tours "Selichot" de medianoche en otoño donde observan los rezos penitenciales recitados por judíos Ortodoxos durante el mes que siguen a Yamim Noraim.

En el mercado abierto en Kfar Kfar Qasem, las bolas de falafel vienen en diferentes formas y tamaños en esta época del año. Hay grandes medallones fritos rellenos de cebolla frita y pimenton, otros rellenos sólo con cebolla frita, y también el clásico, pequeñas bolas que no están rellenas. Hermosas grandes roscas de nueces mezcladas con miel son exhibidas en un puesto al lado de la plaza, mientras filas y filas de awami – una versión tamaño canica de los sufgayinot frito que comen los judíos en Hannukah – atrae a los visitantes. Las filas más largas, sin embargo, están al lado del puesto donde se vende qatayef.

Como muchas madres musulmanas ocupadas, la mujer anfitriona de la cena de Ramadan en su hogar en Kfar Qasem admite que ya no prepara los panqueques qatayef desde cero. Los compra preparados en el mercado, y luego prepara el relleno y los fríe en su casa.

"Es difícil", dice, mientras toma un descanso de servirle a su familia y sus dos docenas de invitados judíos. "Me levanto a las tres de la mañana para preparar el desayuno para todos antes de que comience el ayuno. Luego tengo que ir a trabajar, y cuando vuelvo, debo cocinar de nuevo para iftar".

"¿Qué hay de los hombres?" uno de sus invitados preguntó. "¿No ayudan?".


"No," sonríe, negando con la cabeza. "Sólo holgazanean y se quejan de tener que ayunar".

Fuente: haaretz.com

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