Estadounidenses están listos para pelear por poderosos intereses

americaokRobert Reich, el Secretario de Trabajo en la administración Clinton, es Rector de Política Pública en la Universidad de California, Berkeley
Estados Unidos se está volviendo más liberal, si "liberal" se define como más socialmente inclusivo. No hace mucho tiempo, el matrimonio igualitario era aborrecible para la mayoría de los americanos, pero ahora, según encuestas, la mayoría lo aprueba.

Mientras tanto, la bandera de Confederaciones está siendo removida de edificios y espacios públicos. Y hasta los conservadores ahora están de acuerdo con que menos personas deben ser recluídas.

Pero la inclusión económica está probándose más elusivamente. Más allá del creciente respaldo del salario mínimo de $15 la hora, (y su promulgación en varias ciudades), el mínimo federal permanece en menos de la mitad, $7,25. Mientras tanto, los ingresos del trabajador americano promedio sigue sin rumbo, los niveles de pobreza siguen aumentando, y casi todas las ganancias económicas siguen elevándose.

Permitir el matrimonio igualitario y desmontar la bandera de las Confederaciones es barato. Lograr una economía más inclusiva le costará a muchos intereses del establishment que preferirían no pagar. Requerirá mejores escuelas y acceso económico a la universidad o tecnicaturas de primera categoría, un fin al juego excesivo de Wall Street, y corporaciones que traten a los trabajadores como potencial a ser desarrollado y no como costos a recortar. Sobre todo, requerirá obtener grandes cantidades de dinero de nuestros políticos. Pero los intereses de los más adinerados no renunciarán a su poder y privilegios sin dar una gran pelea.

Aun así los americanos podrían estar señalando que están listos para esta pelea. Fui testigo de la actual batalla por las Asociaciones Trans-Pacíficas, las elecciones de Elizabeth Warren y Bill de Blasio, y las recientes victorias de la comida rápida y trabajadores domésticos. Bernie Sanders está atrayendo grandes multitudes. Hilary Clinton está haciendo campaña a la izquierda de su esposo en 1992, reconociendo que la base de la economía esta "dispuesta a favor de aquellos que están en la cima".

Hasta los Republicanos están reflexionando sobre el nuevo sentimiento populista. "No podemos ser el partidos de gatos gordos, gente rica y Wall Street," dice Rand Paul. Ted Cruz acusa a los "ricos y poderosos, aquellos que caminan en los corredores del poder" de "volverse gordos y felices." El año pasado, David Brat derrocó al líder de la mayoría parlamentaria en unas elecciones primarias Republicanas acusándolo de "amigo del capitalismo".

La sinceridad detrás de algunas de estas declaraciones puede ser cuestionada, pero la sinceridad no es el punto. Están resonando porque están siendo recibidos con entusiasmo por los votantes americanos. Y ese entusiasmo en sí, es casi con certeza un precursor de los cambios por venir.

Fuente: New York Times

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