¿Qué debería hacer Saied Kashua cuando le dejan cuidando el equipaje de un extraño?

trenokDespués de que todos fueran hechos volar en pedazos dirán que fue él, porque ¿quién sospecharía de un hombre blanco con equipaje marca Swiss-cross?
Tuve que dejarle el auto a mi esposa y tomar el tren a Chicago. Compré un boleto clase Preferencial.

No había ningún motivo para comprar uno de esos. Fue simplemente para estar en un lugar más seguro, y porque era una primera vez y las primeras veces siempre me estresan. Además, un boleto de clase Preferencial sólo costaba $5 más que uno común. Así que hagámoslo, me dije a mi mismo, cualquier cosa puede pasar. El tren no llegaría a Chicago hasta después de que anochezca. Es más seguro viajar en clase Preferencial.

Llegué temprano. Siempre llego temprano. Para estar seguro, para estar seguro de que estoy en el lugar correcto, para encontrar el andén correcto, para evitar estresarme en mi primera vez en el tren.

La estación estaba bastante vacía, hay un solo andén y los horarios colgados mostraban que sale un tren a Chicago alrededor de tres veces al día. Tenía media hora de espera. Me senté en los bancos vacíos y miré mi reloj. Tenía un libro en hebreo en mi bolso y no sabía si estaría bien sacarlo, así que lo dejé adentro y miré mi reloj.

Tengo que comprar otro auto, me dije a mí mismo. Todos saben que uno no puede arreglárselas sin un auto, o sin dos autos, en América rural. Quizás me compre uno pequeño, algo económico. ¿Pero por qué pequeño? ¿Por qué siempre soy avaro conmigo mismo? Quizás me de el gusto y me compre el auto que realmente quiero por primera vez en mi vida, un Mercedes o algo así. Un Jaguar.

Repentinamente recordé que cuando era joven, dije que cuando tuviera 40 años, manejaría un Jaguar. Voy a tener 40 años pronto, y esta sería una buena oportunidad para comprarme uno. Quizás eso me hará sentir bien aquí. Apuesto que lo hará. Un Jaguar. Clásico. ¿Cuánto podría salir? Mucho, sí, pero pediré un préstamo. Me lo merezco, por Dios, me lo merezco. ¿Por cuánto tiempo puedo pensar solamente sobre el futuro y los niños y su educación? ¿Qué hay de mí? Pronto será demasiado tarde para el Jaguar. Pero probablemente sale $40.000 o algo así. No lo sé, quizás me compre uno usado en buenas condiciones.

Gradualmente los pasajeros comenzaron a llegar, y en breve ocuparon la mayoría de los lugares en los bancos. La mayoría se veían como estudiantes; algunos más viejos se veían como locales. Todos se mantenían ocupados con una variedad de artefactos electrónicos y evitaban el contacto visual. Yo hacía lo mismo, y pensé que quizás podía sacar mi libro después de todo, y mantenerme ocupado. Finalmente decidí mirar a la pantalla vacía de mi celular y pensar qué haría si ganara la lotería. Disfruto ese ejercicio imaginario, lo hago de vez en cuando, siempre me hace sentir confortable y feliz.

"Disculpe, señor", dijo un joven que estaba sentado al lado mío. "¿Podría vigilar mi equipaje? – Sólo voy a buscar algo de beber de la máquina"

"Claro", respondí sin pensarlo. Me agradeció y se levantó. Instantáneamente sentí una ola de calor creciendo violentamente desde las plantas de mis pies y amenazando con asfixiar mi garganta. Miré su equipaje y luego a su espalda bajando las escaleras. Creo que comencé a sudar. Eché una mirada hacia mis vecinos en el banco buscando una chispa de solidaridad, de disposición a compartir el miedo y sentido de peligro que estaba acechándonos a todos – pero fue en vano: Todos tenían sus ojos en los artefactos electrónicos, dejándome solo.

Todo está bien, me dije a mi mismo, e intenté respirar más tranquilo. No hay por qué pensar cosas así, todo está bien. Sólo fue a comprar algo para beber de la máquina, y una de sus valijas se veía demasiado grande como para que él la arrastrara todo el camino. Además, no se veía sospechoso. Se veía normal. Pero ¿qué diablos es verse normal, y que clase de persona normal le pide a un completo extraño que vigile su equipaje en una estación de trenes?

Probablemente él acomodó el reloj para que coincida con el arribo del tren, para cuando haya la menor cantidad de pasajeros posible. Miré una vez más hacia las escaleras y no lo vi. Él está bien. ¿No se veía bien? Ni siquiera me fijé detenidamente. El equipaje se veía bien, con la cruz suiza en él – equipaje caro, porque yo quería unas valijas como esas pero no las compré, para educar a los niños.

Finalmente seré el acusado, pensé, y miré hacia las escaleras otra vez, y luego al reloj en la pared. ¿Y si el guardia de seguridad me pregunta a quién pertenecen las valijas? ¿Qué le voy a decir, que las estoy vigilando para alguien que ni siquiera conozco? Por favor, que el guardia de seguridad no mire en mi dirección, porque inmediatamente verá que estoy sudando y guardando un secreto letal.

Espero que alguien haya notado que el joven me pidió que vigile sus valijas, porque eso es todo lo que necesito –que al final, después de que todos seamos reducidos a escombros, digan que fui yo, porque ¿quién sospecharía de un hombre blanco con valijas marca Swiss-cross? ¿Y los niños? Los pobres niños, espero que no esten muy apesadumbrados, y que mi esposa pueda arreglárselas. Va a estar bien. Va a volver a Tira y todo va a estar bien. Los niños van a ser cuidados allí, de alguna manera, quizás hasta sea mejor para ellos. Por lo menos tendrán un hogar.

Miré al reloj de nuevo, y el hombre no había vuelto aún con su lata de Coca-Cola. Cerré fuertemente mis ojos e intenté pensar qué haría si ganara la lotería.

 Fuente: Haaretz

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