Pequeña crónica de una noche súper heroica

supermanokBatman llegó tarde a la fiesta de Purim. Superman, Gatubela, el Hombre Araña y la Mujer Maravilla ya habían llegado hacía rato . Al hombre invisible no se lo veía por ningún lado. La fiesta había terminado.

En una esquina un mouse de computadora que daba cuenta de haber bebido más de cuatro copas, se comía la última oreja de Amán en compañía de una abeja con sobrepeso. Los antifaces tirados en el piso eran mudos testigos de una fiesta que se diluía en el eco invisible de los vasos medios vacíos, o medios llenos, según como se mire.

Sobre la mesa varios objetos más cercanos al carnaval que a una fiesta judía invitan a hacer ruidos varios. Batman se ajusto el baticinturón y buscó sin suerte algún resto de comida o bebida. Nada. La Reina Esther, la dueña de casa, lo miró con desaprobación.

- ¿Recién llegas? - le dijo acomodándose la corona, mientras con una escoba barría la serpentina - Purim ya terminó. Te perdiste la fiesta.
- No encontraba la llave para salir de la Baticueva, dijo Batman.

La Reina Esther esbozo una media sonrisa. El superhéroe bajo la vista y murmuró: No es fácil ser un superhéroe.

La Reina Esther fue hasta la cocina y le trajo una fuente llena de ricas orejas de Aman y dos copas de vino kosher. Subieron a la azotea y allí sentados en sendas sillas de playa contemplaron la ciudad ausente de Batiseñales.

Una noche más que el pueblo judío vuelve a salvarse gracias a la valentía de una mujer. La Reina Esther sí que fue una superhéroe... como Judith, Ruth, y tantas otras.
La Reina Esther bebió un trago y brindó a la salud de todas las mujeres de la historia judía.

Batman le dijo que el vino estaba muy bueno, pero que a él le gustaba los cocteles que prepara en su Batidora en la Baticueva.

Ahora que la fiesta más divertida del calendario judío había terminado, había que esperar a Pesaj.

- En Purim nos escondemos detrás de un disfraz, y en Pesaj nos liberamos de lo que nos ata, dijo Batman masticando la oreja,(la de Amán, no la de la Reina Esther).


Sobre la azotea y bajo un cielo colmado de estrellas Esther y Batman bailan al ritmo de "am israel jai".

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