Lo que hace un ex asistente de Netaniahu para aumentar la ya mayoría población judía de Israel, de a una “tribu perdida” por vez

bnemenascheokAunque sean pocos, y si es que los hay, existen pruebas de su ascendencia judía. Los Bnei Menashé del noreste de India emigran a Israel en grandes cantidades gracias a una decisión del gobierno sin precedentes. Haaretz investiga cómo es que se dio esta inusitada operación.

En octubre del año 2012, tres meses antes de las últimas elecciones en Israel, el gobierno encabezado por Likud y el primer ministro Biniamín Netaniahu tomaron una decisión sin precedentes: votaron para permitir que inmigrara a Israel y para que se sometiera al proceso de conversión un gran número de individuos procedentes del noreste de India (que no son considerados judíos por ley) al llegar a Israel. Un año después exactamente, el siguiente gobierno que formó Netaniahu votó para traer un grupo de personas aún más numeroso.

En total, son casi 1.000 integrantes los que llegaron de la comunidad Bnei Menashé ("Hijos de Manasés") a Israel en las últimas dos semanas. Se sumaron a los otros 1.500 que ya viven en el país (muchos de ellos en los asentamientos de Cisjordania), quienes fueron llegando poco a poco a lo largo de los años. Se espera que este año llegue otro gran número de personas, en conformidad con esta misma decisión gubernamental.

La "Operación Menashé", tal como se la ha denominado, ha sido descrita en los medios nacionales una y otra vez como la historia inspiradora del retorno de una "tribu perdida".

Sin embargo, una investigación llevada a cabo por Haaretz revela que esta operación (la cual fue encabezada por un individuo que ve a la minoría árabe de Israel como amenaza demográfica y quien defiende el empleo de medios poco convencionales para aumentar la población judía del país) ha estado llena de decisiones gubernamentales dudosas, de una decisión rabínica ambigua y de un posible conflicto de intereses. A su vez, parecen haber cometido un error las partes encargadas de garantizar que estos nuevos inmigrantes se integren sin problemas a la sociedad israelí, según dicen personas de la comunidad, lo cual crea una comunidad desilusionada y privada de sus derechos.

Quien fundó y quien dirige la organización que lidera este esfuerzo, Shavei Israel, es Michael Freund, un inmigrante estadounidense que trabajó como asistente de Netaniahu durante su primer período de gobierno a fines de la década de 1990.

Se dijo que esta decisión rabínica en la cual se apoyó, según consta presentada en el año 2005 por el ex rabino en jefe sefaradí Shlomo Amar, establecía que los Bnei Menashé eran "simiente de Israel", un término que se usa en líneas generales para describir a los individuos que no serían considerados judíos según la ley religiosa (halajá), pero que han demostrado tener raíces y antepasados judíos y, por tanto, pueden inmigrar a Israel.

Pero desvela algo sorprendente un documento del gobierno que consiguió Haaretz: nunca se declaró explícitamente tal decisión.

Este documento, que redactó el Ministerio del Interior, manifiesta rotundamente que el rabino Shlomo Amar dictaminó que los Bnei Menashé no eran "simiente de Israel", según la definición halájica aceptada del término, y que no tienen ascendencia judía demostrada. Amar le confirmó a Haaretz que esto fue, en efecto, lo que dictaminó.

Sin embargo, en ese momento, el dictamen de Amar en el 2005 fue aclamado en la prensa como algo "histórico", mientras que Freund lo calificaba en un informe periodístico como "el avance que estábamos esperando".

Sin embargo, el gobierno, liderado en aquel momento por Ariel Sharon, no apoyó la inmigración en masa de los Bnei Menashé. Fue solo después de que Netaniahu volviera a su puesto como primer ministro en su segundo período, en el año 2009, que Freund pudo encontrar un gobierno receptivo a su causa y dispuesto a tomar cartas en el asunto.
Hace casi tres años, la organización Shavei Israel logró convencer al gobierno para que reanudara la inmigración de los Bnei Menashé luego de una pausa de cinco años, y a una escala mucho mayor que la que pudo haber anteriormente. El esfuerzo requirió el permiso especial del gobierno, porque los Bnei Menashé no son considerados judíos para la Ley del Retorno y, por tanto, no tienen derecho a solicitar la ciudadanía automáticamente.

Tanto esa decisión como la decisión de traspasarle la responsabilidad del bienestar de los inmigrantes a una organización privada durante su primer período de absorción –en vez de que sea la Agencia Judía y el Ministerio de Absorción de Inmigrantes, que comúnmente manejan tales asuntos –representa importantes desviaciones de las políticas y de la actuación que ha tenido el gobierno desde hace ya mucho tiempo. De hecho, Shavei Israel pudo conseguir 7 millones de shékels (alrededor de U$S1,8 millones) para la financiación gubernamental de este objetivo sin tener que atravesar el habitual requisito de licitación del gobierno.

Freund, quien a su vez es comentarista en The Jerusalem Post, exhortó al gobierno en sus columnas de opinión a que adopte un enfoque más "creativo" para con la inmigración, como lo denomina él, para garantizar que los judíos sigan siendo la mayoría en el país. "El hecho es que hay muchísima gente dispersada a lo largo y ancho del mundo a la que le gustaría irse a Israel", escribía en una columna en setiembre de 2001. "El problema es que la mayoría no son judíos. Si bien no cabe duda de que muchos se ven motivados por razones económicas, hay otro sinnúmero de personas que sinceramente desean ser judías, y por lo menos le corresponde a Israel estudiar las posibilidades que presentan tales poblaciones".


Al referirse específicamente a las tribus del noreste de India, escribía en la misma columna, "Para un país que se esfuerza por encontrar nuevas fuentes posibles de inmigración, los grupos como los Bnei Menashé y otros grupos como estos bien podrían llegar a proporcionar la respuesta".

¿Son "simiente de Israel" o no?
Los Bnei Menashé,cuyos vínculos con los antiguos israelitas han sido cuestionados durante largo tiempo por las ciencias sociales, fueron inmigrando a Israel poco a poco durante casi 20 años antes que les cerrara las puertas el gobierno del primer ministro Ehud Olmert, entre 2006 y 2009. Dos decisiones del gabinete tomadas en los últimos años fueron las que permitieron que se reanudara la inmigración.

En octubre de 2012, el gabinete aprobó una solicitud del entonces ministro del Interior, Eli Ishai, de concederles visas de residencia temporal a 274 integrantes de la comunidad para que pudieran someterse al proceso de conversión en Israel. Un año después exactamente, el gabinete aprobó una solicitud que presentó su sucesor, Guideon Saar, de conceder otras 899 visas que serían asignadas por un período de dos años.

Declara explícitamente el material que servía de antecedentes y que les presentó a los ministros del gabinete el Ministerio del Interior antes de las elecciones de octubre de 2013: "De acuerdo al dictamen del rabino Amar, [los Bnei Menashé] no cumplen con la definición halájica de "simiente de Israel". En otras palabras, no se puede comprobar que la comunidad forme parte históricamente del pueblo Israel".

Según la definición estricta, "simiente de Israel" es un término halájico que se aplica a todo aquel que haya nacido de madre no judía y padre judío o que tenga, al menos, un abuelo judío. Según la halajá, judío es aquel nacido de madre judía. El Rabino Superior de Israel tiene en cuenta un proceso de conversión acelerado en el caso de los que son definidos como "simiente de Israel". Varios cientos de miles de inmigrantes procedentes de la ex Unión Soviética pudieron ingresar a Israel por la Ley del Retorno durante los años 90 sobre esa base.

A su vez, el término posee una definición más amplia que concierne a todas aquellas personas que puedan demostrar que hayan tenido antepasados judíos que se remonten a varias generaciones atrás. Fue esta interpretación la que proporcionó las bases de que el gobierno decidiera que pudieran inmigrar a Israel en los últimos años miles de Falashmura, descendientes de judíos etíopes que fueron obligados a convertirse al cristianismo en siglos anteriores.

En respuesta al pedido que hizo Haaretz de que se aclararan los términos, el rabino Amar, quien sirve actualmente como rabino sefaradí en jefe de Jerusalén, confirmó por escrito por intermedio de un asistente que mientras era rabino sefaradí en jefe, había dictaminado efectivamente que los Bnei Menashé no eran "simiente de Israel".

A la vez dijo que su alto nivel de observancia de la ley y de las costumbres judías demostraba su "gran afinidad para con el pueblo judío". Por consiguiente, según el rabino Amar, no cabía duda de que "sus antepasados fueron parte de los exilios del pueblo de Israel, porque como dicen nuestros sabios, su fin da fe de su comienzo".

El motivo por el cual no se los pudo declarar "simiente de Israel", escribía, es que sus ancestros hayan vivido aislados durante muchísimos años.

Pero los líderes de Shavei Israel, quienes habían estado presionado agresivamente al gobierno y a las autoridades rabínicas para que reconocieran a los Bnei Menashé como parte del pueblo judío, han tendido a evadir este matiz, al presentar el dictamen de Amar en términos mucho más concluyentes.

En el año 2010, Freund le comunicó al Comité de Inmigración, Absorción y Asuntos de la Diáspora de la Knéset que su organización se había dirigido al rabino Amar en 2004, solicitándole que tomara un dictamen con respecto a la situación de los Bnei Menashé, y que, un año después, el ex rabino en jefe dictaminó que los Bnei Menashé eran efectivamente "simiente de Israel".

Antes de que tuviera lugar esa reunión del comité, el Centro de Investigación e Información de la Knéset redactó un informe especial de los antecedentes sobre los Bnei Menashé. El informe comienza señalando que en el año 2005 el rabino Amar había reconocido a los Bnei Menashé como "simiente de Israel". Según una nota al pie de página, la fuente de esta información proviene nada más ni nada menos que de Michael Freund.

En una columna que publicó en The Jerusalem Post en junio de 2011, Freund informaba sobre una reunión informativa que había tenido con el Comité Ministerial de Inmigración y Absorción, encabezado en aquel momento por el ministro de Asuntos Exteriores, Avigdor Lieberman, sobre la situación de los Bnei Menashé. "Y no les quepa duda, les dije a los ministros, de que los Bnei Menashé son nuestros hermanos perdidos", escribía. "En marzo de 2005, el rabino en jefe sefaradí, Shlomo Amar, los reconoció como Zera Israel, o "simiente de Israel", y dijo que había que llevarlos al Estado judío". Fue este mismo comité ministerial el que finalmente tomó la decisión, en principio, de reabrirles las puertas de Israel a los Bnei Menashé, después de que se las cerrara el gobierno anterior.

Al pedirle que abordara las diferencias en relación al dictamen del rabino Amar, Freund dijo en una respuesta por escrito, presentada por intermedio de sus abogados, que no habían tergiversado el dictamen ni él ni ningún miembro de su organización, al citar una carta que había recibido de la oficina del ex rabino en jefe con fecha del 4 de julio de 2011. [De ser así, habrían pasado más de seis años desde que se informara por primera vez sobre el dictamen – JM]. La carta señala que Freund le había preguntado al ex rabino en jefe si se los podía considerar "conceptual e ideológicamente" a los Bnei Menashé como "simiente de Israel", y que la respuesta que dio el rabino Amar a esta pregunta fue afirmativa. Sin embargo, la carta indica que los Bnei Menashé no cumplen en absoluto con la definición halájica de "simiente de Israel". La carta cita al rabino Amar diciendo: "No se olviden de que, desde el punto de vista halájico, el término "simiente de Israel" se refiere al hijo de padre judío y de madre no judía, y no cabe duda de que los Bnei Menashé no cumplen con esta definición halájica".


Al responder las inquietudes de Haaretz, los abogados de Freund dijeron a su vez que cuando se dirigió al comité de la Knéset, "no pretendía presentar una posición halájica con respecto al tema y no realizó una presentación como si existiera una posición halájica en relación al asunto". A su vez, al responder las preguntas de Haaretz, señalaron que en numerosas ocasiones el rabino Amar había expresado su gran aprecio por Shavei Israel y por las actividades que realizan con los Bnei Menashé.

Un rabino de muchos sombreros
Entre los que también contribuyeron para que se difundiera que el rabino Amar había considerado a los Bnei Menashé "simiente de Israel", se encuentra el rabino Eliyahu Birnbaum, un juez que se desempeña en los tribunales de conversión del Rabinato Superior. Da la casualidad de que él también trabaja para Shavei Israel. A Birnbaum se lo cita como fuente de diversas notas que aparecieron en la prensa sobre el dictamen que dio el rabino Amar en 2005. En un artículo que publicó en noviembre de 2007 en Makor Rishon, una publicación en idioma hebreo que está dirigida a la población ortodoxa, decía Birnbaum: "El rabino en jefe de Israel, Shlomo Amar, reconoció las raíces judías de los Bnei Menashé y reconoció que son simiente de Israel".

Oriundo de Uruguay, donde también sirvió como rabino en jefe de ese país, Birnbaum se desempeñó durante muchos años como juez en los tribunales de conversión del Rabinato Superior. Es también director fundador de varios cursos que se dictan en la Ohr Torah Stone Yeshiva, la cual fue fundada por el rabino Shlomo Riskin y está ubicada en el asentamiento judío de Efrat. El sitio web de la yeshivá, que detalla su trayectoria profesional, no menciona un puesto importante que desempeña: Birnbaum es también rabino y director educativo de Shavei Israel. Su esposa, la rabanit Renana Birnbaum, también trabaja allí, como directora del Majón Miriam, donde se dan clases en la organización en idioma español y portugués para poder convertirse en Israel.

En respuesta a las preguntas de Haaretz, Birnbaum dijo que trabaja con Shavei Israel desde que se fundó hace 12 años, de forma voluntaria.

Al pedirle que explicara por qué fue que había comunicado que el rabino Amar había dictaminado a los Bnei Menashé como "simiente de Israel", Birnbaum escribió: "Comuniqué, de acuerdo a mi mejor entender, las decisiones que se tomaron con respecto a los Bnei Menashé de la forma en la que se me comunicaron".

Cuando se le preguntó por qué no había aclarado la situación él mismo, el rabino Amar respondió: "No somos responsables de lo que escriben, y no nos corresponde hablar en su nombre ni nos corresponde corregirlos".

A Birnbaum también se le preguntó acerca de lo que podría llegar a considerarse un posible conflicto de intereses, al trabajar tanto para el Rabinato Superior como para una organización que presiona al gobierno y a ese otro para que reconozcan a los "judíos perdidos", tales como los Bnei Menashé. Contestó que, desde su punto de vista, no existen conflictos porque "no hay conexión entre el rol que juego como juez rabínico y las decisiones de principios que toma el Rabinato Superior".

Cuando también se le preguntó sobre el posible conflicto de intereses de Birnbaum, Freund respondió por medio de sus abogados que el rabino de Shavei Israel no percibe salario por su labor y brinda ayuda "por un sentido de misión y puro sionismo". También señalaron que Birnbaum forma parte del tribunal rabínico de conversiones de menores, "y según lo que sabe nuestro cliente, no integra el tribunal rabínico que se ocupa de convertir a los Bnei Menashé". Indicaron que les había revelado todo a las partes pertinentes en relación a sus actividades.

Continuará

Fuente: Haaretz.com
Traducción al español: Rodrigo Varscher

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