Dejen de engañarse, los israelíes quieren a Netaniahu como líder

bibiok Los expertos le indican a HaMajané HaTzioní que intensifiquen la lucha contra el primer ministro, pero ignoran tanto la historia como la realidad actual.

No es muy difícil desbancar a Biniamín Netaniahu de su puesto como primer ministro. Todo lo que se necesita hacer es votar por un partido que aspire a sustituirlo o que haya anunciado que se negará a sentarse en un gobierno con él. Nada más. Eso es todo. Muy sencillo. Pero no será así.

Como si no hubieran sido suficientes todos los años en los que Netaniahu estuvo en el poder para que el público pudiera formarse una opinión de él. Como si la gente fuera estúpida, y como si el apoyo para que Netaniahu continúe en el poder fuera el resultado de la ignorancia, de maneras inferiores de pensar y de algún tipo de negativa caprichosa a ver la luz que brilla desde la campaña de la oposición. Como si los votantes vivieran en alguna especie de cueva oscura y debieran ser rescatados.

¡Espabilémonos! Luego de las elecciones, Netaniahu podrá formar un gobierno compuesto por la derecha y los ultraortodoxos, porque eso es lo que quiere la mayoría de la gente. Así es Israel.

Los adversarios de Netaniahu están muy ciegos como para ver esta sencilla certeza matemática. Su inteligencia se ha visto nublada. En su desesperación, brindan explicaciones místicas para lo que ven como su inexplicable permanencia en el poder.

Si se pudieran pasar los temas socioeconómicos a los asuntos prioritarios de la agenda electoral, Netaniahu caería, indican los analistas. La tendencia del discurso público elitista a adoptar opiniones influidas por la publicación TheMarker los está llevando por mal camino: no hay motivos para tratar el tema de los palestinos, o el tema de Hezbolá, o de Irán, o del Estado Islámico; no tiene sentido porque no tenemos capacidad de influir en el ámbito diplomacia-seguridad. En cambio, en la esfera económica, es posible llevar a cabo importantes reformas estructurales de la economía y es posible mejorar el nivel de vida de casi toda la gente.

Según este análisis, Netaniahu está atado a los oligarcas que llevan el control de la economía y se está refugiando en su castillo junto a ellos, y por eso es tan difícil sacarlo del gobierno.

¿Pero qué se puede hacer cuando la gente considera que el ámbito diplomacia-seguridad es igual de importante que el ámbito socioeconómico? ¿Qué se puede hacer cuando a la gente le interesa continuar la iniciativa de los asentamientos, fortalecer la identidad judeo-religiosa del estado e impedir llegar a un acuerdo con los palestinos, incluso al precio emergente de un estado binacional que incluya a ocho millones de judíos viviendo bajo régimen democrático y a ocho millones de palestinos sujetos a un régimen apartheid?

¿Qué se puede hacer?


¿Por qué se pusieron los temas socioeconómicos en un segundo plano? ¿Quién dejó de considerarlos importantes? La gente. No es culpa de Herzog. ¿Qué quieren de Herzog? De hecho, nadie tiene la culpa de que Netaniahu haya continuado en el poder. Esta no es una cuestión de culpas, sino solo de responsabilidades. Y la gente es responsable de esto. Está consiguiendo lo que quiere.

Porque la gente venera las Fuerzas de Defensa de Israel. Y la gente venera la memoria del Holocausto. Y día tras día, los principales medios de comunicación que consume la gente alimentan la religión de un sionismo paranoico que induce a la victimización, del cual Netaniahu es el sumo sacerdote.

La gente sabe distinguir la cizaña del buen grano. Sabe que si les interesa mantener la supremacía de esos valores denominados "nacionales", debe confiarles el gobierno a Netaniahu y a Naftali Bennet, a Miri Regev y a Ayelet Shaked, a Avigdor Lieberman y a Moshe Kahlon y a los rabinos de los partidos ultraortodoxos. ¿Lo socioeconómico? No habrá problemas, Kahlon será ministro de finanzas. La gente lo entiende.

Aquellos que se opongan a la cosmovisión que Netaniahu representa deben reconocer el hecho de que son una minoría que se está reduciendo en Israel. Dejen de mentirse a ustedes mismos. La gente considera que Herzog no representa esa minoría. Es así de sencillo.

Fuente: Haaretz.com
Traducción al español: Rodrigo Varscher

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