La lección de Francia: “no” a la política del miedo

evaillouzokEl mensaje que deben recoger los israelíes a partir de los últimos sucesos en Francia es que la solidaridad que nace del miedo no es una verdadera solidaridad. La verdadera solidaridad solo puede surgir a partir del compartir valores universales, y no a partir de un patriotismo dominado por la seguridad.

Francia, el exótico país de la literatura sofisticada, de los modales refinados y de la moda elegante, fue la semana pasada el siniestro sitio de un acto terrorista que perpetraron sus propios ciudadanos, partidarios de las facciones extremistas y asesinas del islam, quienes asesinaron a franceses de todos los orígenes, y quienes atacaron el corazón de los valores más atesorados de Francia: la libertad de expresión, la secularidad, la irreverencia y el humor.

Los israelíes, que normalmente critican la política exterior y la ampulosa retórica de Francia, sintieron una rara fraternidad con una sociedad que se vio atacada por viles actos de violencia ("Quizás ahora entiendan las cosas por las que pasamos", pensamos muchos de nosotros en lo más profundo de nuestros corazones). Pero se observó una leve condescendencia igual de perceptible por parte de los israelíes por lo que pareció ser la prueba irrefutable de que fracasó el modelo republicano de Francia.

Por qué Francia fue ciega a los antecedentes de uno de los hermanos Kouachi, que se preparó con Al Qaeda en Yemen, fue la primera pregunta que hicieron los medios locales de lengua hebrea e inglesa. Muchos creyeron que la respuesta se encontraba en las laxas políticas de inmigración de Francia y en la esperanza auto-ilusoria de que todas las identidades religiosas y todos los grupos étnicos podían integrarse en una sola ciudadanía, el famoso modelo de la República francesa.

Francia, afirmaron los comentaristas israelíes, había sido víctima de su exceso de corrección política, de su ingenua creencia de que podría desaparecer una multitud de identidades religiosas bajo la delgada apariencia de la ciudadanía secular. La viuda de Charb, editora de Charlie Hebdo, confirmó esta desalentadora evaluación de que Francia había sido ciega a su propia falla en una entrevista que dio a la BBC: "Estamos en guerra", dijo.

Durante tres días, París fue el lugar donde la policía y otras fuerzas de seguridad detenían el tránsito y controlaban las calles, de hecho, un espectáculo muy conocido para los israelíes.

Cuando irrumpió la noticia de la matanza que tuvo lugar en el supermercado kasher, el tono en Israel cambió: la tragedia de Francia se volvió "nuestra" historia.
Los medios israelíes anunciaron febrilmente el inminente éxodo en masa de los judíos franceses; algunos políticos israelíes instaron descaradamente a los judíos franceses a "hacer aliá". Se entrevistó a los judíos franceses que con orgullo declaraban que solo en Israel se sentirían seguros, que solo Israel es eficiente a la hora de luchar contra el terrorismo islámico. Aquí los periodistas preguntaban también si Francia había hecho todo lo necesario para proteger a sus ciudadanos judíos, si no deberían haber colocado guardias en cada negocio judío, y luego añadieron el comentario de que mientras los franceses no demoraron en decir "Je suis Charlie", no tuvieron prisa al decir "Je Suis Juif".

Fuente: haaretz.com

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