La revoltosa campaña por una noche de viernes “israelí”

shishiisraeliokNo debería haber nada controversial sobre la cena tradicional judía del viernes. Después de todo, una linda cena con una bendición a las velas, vino y jala no puede lastimar a nadie.


Incluso los israelíes laicos que no adoptan la práctica de la cena tradicional, consideran a la noche del viernes como un momento en familia, que nunca los hizo sentirse amenazados.

Esto cambió esta semana cuando se lanzó una campaña que anuncia que solo hay una forma verdaderamente "israelí" de pasar el viernes de noche, lo cual dejó a muchos enojados y ofendidos.

La campaña llamada "Viernes israelí" (Shishi Israeli en hebreo), apareció repentinamente. De un día para el otro, los carteles estaban pegados por todo Tel Aviv y en Facebook. El colorido diseño gráfico de la campaña muestra caricaturas con una simple definición de lo que es un auténtico "viernes israelí". Por ejemplo, un cartel puede mostrar un vegetal y una copa de vino – "Hacer las compras en la mañana, Kiddush por la noche." Otro muestra una pelota de futbol junto a una jala, "Partido de futbol de tarde, Kiddush de noche."
Lo que realmente generó enojo fueron los videos de la campaña, que aparecieron tanto en la televisión y en Youtube, mostrando una imagen despectiva de una familia no-ortodoxa israelí el viernes por la noche.

El clip comienza con un niño pequeño en su cuarto oscuro, escribiendo en su computadora, mientras dice con entusiasmo: "Amo las noches de los viernes. ¡Nadie me molesta!" Se pasa a su hermana que está comiendo cereales con leche, "¡No hay nada como la cena de los viernes!" mientras que su hermano menos grita "¡Mamá, ella se terminó todos los cereales!" El niño mayor continúa narrando, "La belleza de la noche del viernes es que toda la familia se siente junta." EN efecto, todos están juntos, cada uno absorto en su celular o ignorando a los demás – parando únicamente para pelearse entre ellos.

La voz en off dice: "¿Qué tipo de viernes a la noche quieres que tus hijos recuerden?" Rápidamente, la familia disfuncional e hiperactiva es contrastada con una vestida impecablemente de blanco – el padre con kipa – reunidos alrededor de una mesa con un mantel blanco, las velas de Shabat prendidas, y flores blancas en el fondo. Los niños están tranquilos, los padres sonríen, y todo es armonioso.

La insensibilidad de la campaña de 5 millones de shekel (1,28 millones de dólares) molestó en varios niveles.

Para empezar, el hecho de que una campaña judía religiosa hable de EL "viernes israelí" niega completamente al cuarto del país que es árabe o cristiano. Es una ilustración de la prensa de lo que se propone en una nación-estado, igualando un ritual judío con lo israelí.

Además, la implicación de que únicamente las costumbres moralmente superiores ortodoxas pueden salvar a las familias de una existencia careciente de valores insulta profundamente a todas aquellas familias que se esfuerzan por imponer valores y significado a su vida, que no son religiosos. Parece implicar que las noches de viernes alternativas son ilegítimas, como comer en un restaurante, ir a un concierto o función de teatro en familia, o hacer una fogata en la playa.

La campaña también expresa claramente el mensaje de que una cena agradable y pacífica es imposible sin algún símbolo religioso. Como si las bendiciones sobre el pan, vino y velas hicieran algún tipo de hechizo de Harry Potter que mágicamente convierte a los niños traviesos en ángeles. (Como alguien cuya familia hace estos rituales semanalmente, puedo asegurar que no funciona así.)

¿Quién está detrás de esta campaña? Registrados en la nueva ONG "Viernes israelí" se encuentran tres destacados empresarios: Haim Taib, Yoav Ben Yakar e Itamar Deutcher. Haaretz fue informado de que la campaña fue patrocinada por el dinero "totalmente privado" de los miembros de la organización.


Pasándose de la raya

Le sigue los pasos a otras campañas de los últimos meses que promueven Shabat, una de las cuales fue la iniciativa internacional llamada "El proyecto de Shabat" y otra local llamada "Shabat israelí", al igual que numerosos programas lanzados por organizaciones religiosas que buscan que personas laicas emprendan el camino de la observancia.

Todas las campañas apuntan a la "unión" de Shabat – pero siempre es una unión de un solo lado. Siempre invita a los laicos a experimentar el Shabat judío ortodoxo, o al menos a acercarse al mismo, y ver la luz. A pesar de ser irritantemente misioneros, ninguna de estas campañas se pasaba de la raya de la forma en la que lo hizo "viernes israelí", al degradar la vida familiar de los no-ortodoxos.

Los israelíes laicos no aprecian que sus decisiones de vida sean denigradas, ni les gusta ser presionados para cambiarlas, tanto si la presión viene de una organización religiosa o de un grupo de empresarios con motivos misteriosos. El efecto boomerang que tuvo la campaña ha resonado en todos lados: la calle, los editoriales, los comentarios hostiles en la página de Facebook, y prácticamente en cada artículo que se escribió sobre la campaña. En la prensa se reportó que hubo quejas a las autoridades de la televisión gubernamental.

Básicamente, aquellos detrás de la campaña alejaron al público que querían atraer.

La respuesta incluye algunos "memes" con parodias de la campaña – mostrándolo como un intento de lavado-de-cerebro de la derecha. Una de las sátiras muestra materia gris y una copa de vino: "en la mañana: lobotomía, en la nocha: kiddush"; o un arma y una jala: "de tarde: ocupación, de noche: kiddush."


"Es una lástima que estos empresarios respetables estén mostrando al Shabat y la familia laica como superficial y vacía y al Shabat ortodoxo como superior," Ruth Calderon de Yesh Atid le dijo a Haaretz. "Es condescendiente y degradante, y niega a toda la vida y cultura comunitaria no-religiosa."

Miki Gitzin, director de la organización "Be Free Israel", criticó a la campaña por forzar a las personas hacia un "molde conservador y conformista, en lugar de celebrar la diversidad de la sociedad Israelí." La campaña, el observa, "busca promover la unidad de Israel, pero está teniendo el efecto opuesto. En un tiempo en el que nadie piensa en las diferencias entre puramente "religioso" y "laico", esto nos empuja hacia atrás y fomenta el faccionalismo, la sospecha y el odio."


A los comentarios de Calderon y Gitzin, solo puedo agregar una palabra que aquellos detrás de la campaña aprobarían: Amen.

Fuente: Haaretz.com

Traductora: Mariel Benedykt

 

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