La revuelta de los macabeos: la verdadera historia detrás de Janucá

januka1okEfectivamente, los antiguos israelitas, dirigidos por Judas Macabeo, vencieron al opresor Antíoco, pero solo se desharían del dominio griego 20 años más tarde bajo el liderazgo del hijo de Judas. Algo que hay que leer antes de que comience la festividad el martes por la noche.

Janucá, la festividad judía de las luces, celebra la revuelta macabea (167-160 a.E.C.) y la historia del personaje judío, Judas Macabeo, quien venciera al malvado opresor griego, Antíoco, y reinaugurara el Templo, en el cual ocurrió el milagro del aceite.

Todo es cierto, con la posible excepción del milagro de que durara ocho días el suministro de aceite que bastaría para encender las lámparas un solo día: pero, fundamentalmente, ese relato pasa por alto los cismas que había dentro de la sociedad de los antiguos hebreos: quién exactamente se rebelaba ante quién.

A fines del siglo VI a.E.C., el emperador persa Ciro el Grande permitió que los judíos retornaran a su patria tras décadas de haber estado exiliados en Babilonia, y convirtió a Judea en una teocracia semi-autónoma dirigida por el sumo sacerdote y las poderosas familias sacerdotales de Jerusalén.

La semi-autonomía de Judea continuaría durante siglos, luego de que Alejandro el Grande conquistara la región en el siglo IV a.E.C.; y seguiría siendo semi-autónoma bajo el reino ptolemaico, el cual estaba establecido en Egipto, y bajo el Imperio seléucida del norte, que dominó Israel en diferentes momentos.

Durante esta época, la dominación helenística de Oriente Próximo estimuló el desarrollo económico, y la clase urbana dominante de Judea, los sacerdotes, se hicieron cada vez más ricos y helenizados.

Pero la mayoría de los habitantes de Judea eran agricultores del campo. No se estaban enriqueciendo ni adoptaban las formas de los sofisticados jerosolimitanos cosmopolitas. Esta brecha socioeconómica jugaría un rol decisivo en los acontecimientos posteriores.

La ascensión de Antíoco IV
En el año 175 a.E.C., Antíoco IV Epífanes ascendió al trono del Imperio seléucida, que en ese momento tenía el control de Judea.

Al querer superar a su padre y apoderarse de Egipto, y unir los reinos seléucida y ptolemaico en una sola superpotencia, Antíoco necesitaba dinero. Cuando una facción de los sacerdotes de Judea le ofrecieron pagarle para sustituir al sumo sacerdote Onías III por su hermano menor, Jasón, aceptó el dinero. ¿Por qué no lo aceptaría?

Pero esto creó un peligroso antecedente. Tres años después, otro sacerdote rico, Menelao, ofreció más dinero aun y Antíoco lo nombró sumo sacerdote. Jasón se exilió.

Sin embargo, Menelao no provenía del linaje de los sumos sacerdotes y su nombramiento como tal irritaba a los conservadores de Judea. Lo que es peor, fue a buscar tesoros del Templo para pagarle a Antíoco, lo cual era un sacrilegio, y para colmo, era un helenizador radical. Su nombramiento como sumo sacerdote no fue bien recibido y se lo puso en vigor a la fuerza.

Mientras tanto en Antioquía, Antíoco decidió que era hora de hacer historia, Condujo su ejército a Egipto para lograr lo que su padre no había logrado. Al rumorearse que había muerto en combate allí, estalló la guerra civil entre los judíos de Jerusalén al reaparecer Jasón, y dirigieron una revuelta popular contra Menelao.

El reino del terror

Pero Antíoco no estaba muerto. Los romanos lo habían derrotado y lo habían sacado de Egipto a la fuerza. Pero mientras se batía en retirada, se enteró de la lucha que había en Jerusalén, y volvió a poner a Menelao en el puesto.

Una vez que retornó al poder, Menelao dirigió un reino de terror y se dispuso a helenizar a los judíos. Se colocó una estatua de Zeus en el Sanctasanctórum, entre otras violaciones de la ley judía.

Muchos judíos piadosos se resistieron a las medidas de Menelao, algunos con el martirio, otros escapándose al desierto e incluso otros alzándose enérgicamente.

Los más destacados de estos rebeldes era el grupo que dirigía Matatías de Modiín y sus cinco hijos, de quienes Judas Macabeo demostró ser el más capaz y se llevó al resto de los rebeldes judíos a su bando.

Judas y su grupo de rebeldes organizaron una guerra de guerrillas contra los judíos helenizados. En respuesta a ello, Menelao convocó a los ejércitos griegos provenientes de las provincias seléucidas vecinas.

Judas aplasta a los griegos
El primer ejército en llegar, desde Samaria en el norte, estaba dirigido por Apolonio. Se lo avisaron a Judas y este aplastó al pequeño ejército mientras se dirigían hacia Jerusalén. Habría de sacarle la espada a Apolonio y usarla hasta su muerte.

Luego llegó una fuerza más grande, dirigida por Serón, viniendo desde Palestina al oeste. Una vez más, Judas los cazó por sorpresa y se acabó con la vida de 800 soldados enemigos.

Alarmados, los seléucidas enviaron un verdadero ejército, procedente de Antioquía, que dirigían dos generales, Nicanor y Gorgias. Pero nuevamente, Judas demostró su destreza militar: derrotó al ejército y se quedó con sus armas.

Incluso después de esta derrota, el ejército seléucida quedó más grande y más malvado que la pequeña fuerza rebelde. Existía un verdadero peligro de que siguieran hincados y aplastaran a la rebelión.

Pero en este momento, los rebeldes, por fortuna, tuvieron un descanso. En el año 167 a.E.C., el rey Mitrídates I de Partia atacó el Imperio seléucida y conquistó la ciudad de Herāt, ubicada en el actual Afganistán. Antíoco tenía que concentrar sus fuerzas en los partianos.

Estando así de preocupado el ejército seléucida, los rebeldes conquistaron Jerusalén en el 164 a.E.C., a pesar de que la Fortaleza de Acra, que daba hacia el Templo del Monte, siguió siéndole leal a Antioquía (dentro de la misma los soldados asirios y los judíos helenizados mantenían la misma firme actitud de antes).

El Templo fue reinaugurado y se creó la festividad de Janucá, de ocho días de duración, que tomó como modelo la festividad de Sucot, la cual dura ocho días. La historia del milagroso aceite que duró durante ocho días es apócrifa: recién aparecería siglos después en el Talmud (Shabat 21b).

Jerusalén sitiada

Habiendo establecido firmemente su base de poder, Judas comenzó a atacar las ciudades gentiles de los alrededores de Judea, aunque el propósito no parece haber sido la subyugación, sino conseguir el botín. Luego regresó a Jerusalén y sitió el Acra.

Para este entonces, tras la muerte de Antíoco en Partia en el año 164 a.E.C, el Imperio seléucida lo dominaba Lisias, regente del rey Antíoco V Eupátor, quien era un niño. Lisias se propuso destruir Jerusalén y aplastar la revuelta macabea de una vez por todas.

Luego de vencer a Judas en combate al sur de Belén, Lisias sitió Jerusalén.

La situación de los judíos rebeldes era una situación desesperada. Carecían de los suministros para resistir un largo sitio, en particular porque ese año era un año de shmitá.
Una vez más, intervino la suerte. Felipe, uno de los generales de Antíoco, se alzó y se decidió a asaltar la capital, Antioquía. Al estar ansioso por volver a la capital, Lisias llegó a un acuerdo con los jerosolimitanos. A Judea se le devolvió su anterior estado de semi-autonomía y Menelao fue sustituido como sumo sacerdote por Alcimo, un moderado.

Pero en cuanto se fue Lisias, el enfrentamiento se desató nuevamente entre los rebeldes de Judas y los moderados que apoyaban a Alcimo. Se envió un ejército dirigido por el general seléucida Nicanor para brindar ayuda a los moderados. En el año 161 a.E.C., Judas derrotó al ejército de Nicanor en la batalla de Adasa y Nicanor fue asesinado.
En ese mismo año, luego de vencer a Felipe, Lisias y Antíoco fueron asesinados por el primo de Antíoco, Demetrio I Sóter, quien ascendió al trono seléucida. Este envió otro ejército, dirigido por el general Báquides.

Se enfrentaron en la batalla de Elasa en el año 160 a.E.C. No se podía comparar al bando de Judas con ese fuerte ejército de 20.000 hombres. Los judíos fueron derrotados y Judas fue asesinado.

De este modo, la revuelta terminó de manera trágica. Pero unos años más tarde, los cambios en el panorama político llevarían a que el hermano menor de Judas, Jonatán Macabeo, ascendiera al sumo sacerdocio, y llevarían al establecimiento de la dinastía hasmonea que dominaría una Judea independiente desde el año 140 hasta el 37 a.E.C.

Fuente: Haaretz


Traducción al español: Rodrigo Varscher

· Más leídos ·

Consola de depuración de Joomla!

Sesión

Información del perfil

Uso de la memoria

Consultas de la base de datos