Nuevas investigaciones indican que personas no judías están ganando territorio en las sinagogas estadounidenses

comunidadjudia12novLas expresiones en ídish y los chistes de "goim" ya no caen tan bien

Según un destacado académico nacido en Israel que ha estado estudiando la evolución de las sinagogas estadounidenses en los últimos años, hay personas que no son judías y que han llegado a asumir roles destacados en las sinagogas reformistas y conservadoras a lo largo y ancho de los Estados Unidos, las cuales en algunos casos representan una parte relativamente grande de la cantidad de miembros que hay en cada comunidad.

«A veces la mitad de las personas presentes en una sinagoga no son judías o están casadas con personas no judías, o tienen un pariente cercano no judío», indicó Yaakov Ariel, profesor de estudios religiosos de la Universidad de Carolina del Norte en una conferencia de dos días que tuvo lugar en Jerusalén recientemente sobre el creciente atractivo que ha estado teniendo el judaísmo a nivel mundial.

Ariel, que estuvo centrando su trabajo de campo en las sinagogas ubicadas al sur de los Estados Unidos, señaló que el aumento de la presencia de personas no judías en estas comunidades cambió el discurso interno en numerosas formas. «Hasta hace una generación, e incluso menos, las sinagogas constituían un territorio cultural sumamente judeo-tribal, un lugar donde se podía contar chistes judíos, incluso los tontos chistes judíos sobres los goim, sobre cómo beben ellos a diferencia de nosotros», dijo. «Pero ese es el tipo de cosas que ya no se pueden decir más. Incluso ya ni se pueden usar más los términos en ídish como zei gezunt ["que tengas salud"] o gut iontif ["felices fiestas"] porque estas personas no se criaron con esto. Y los rabinos también tienen que tomar en cuenta a este público cuando transmiten las prédicas».

Ariel, que es co-director del Center for Jewish Studies de la Universidad de Carolina del Norte, señaló que muchas de las personas no judías que concurren a los servicios de las sinagogas conservadoras y reformistas tenían vínculos amorosos con personas judías, pero no necesariamente estaban casadas. En otros casos, eran "buscadores espirituales", tal como él denominó este fenómeno, quienes se ven atraídos por la "relativa apertura [del judaísmo] en cuestiones sociales, culturales y religiosas".

La mayoría de estas personas no judías, indicó, provienen de un entorno socioeconómico similar al de los congregantes judíos. Señaló que «principalmente, son profesionales blancos y cultos de clase media y de clase medio alta». «Si eres es parte de la clase obrera, probablemente no termines en una sinagoga».

Negros, asiáticos y latinos

Sin embargo, señaló, en los últimos años estas sinagogas se han vuelto aún más diversas desde el punto de vista étnico. «Uno ve que hoy en día hay un porcentaje cada vez mayor de personas que van a la sinagoga que son de origen negro, asiático y latino». Atribuye gran parte de esta nueva diversidad a las parejas judías que adoptan bebés negros, asiáticos y latinos.

En unos cuantos casos, señaló Ariel, hay personas no judías que sirvieron como presidentes de la directiva de su comunidad y tuvieron una participación activa en los diversos comités. «Son los judíos de los judíos», indicó Ariel, dando a entender que a menudo están incluso más comprometidos en las actividades comunitarias que sus homólogos judíos. «Tienen mucho interés en lo que el judaísmo tiene para ofrecer a nivel espiritual e intelectual».

Si bien es mucho más probable que las mujeres no judías se conviertan al judaísmo que los hombres no judíos por sus parejas que sí lo son, Ariel señaló que estos, sin embargo, tienden a ser miembros activos de sus comunidades. «Lo que vi en muchas comunidades es que estos hombres van y se integran durante años, y a veces, luego de muchos años de haber formado familias judías o familias que sí y que no lo son a la vez, deciden que quieren volverse judíos oficialmente porque en realidad son judíos, y es hora de aceptar eso y afirmarlo más».

Observó que se ha dado un fenómeno incluso más reciente, el cual se trata de parejas mixtas afiliadas a más de una religión. «El sábado van a la sinagoga y el domingo van a la iglesia episcopal o a la iglesia presbiteriana», dijo. «Si usted cree que no hay algo así como ser miembro de una comunidad judía y de una comunidad que no lo es, reconsidérelo».

El aumento de la presencia de personas no judías, señaló Ariel, provocó que el "clima étnico, cultural y tribal" característico de la sinagoga del pasado se viera reemplazado por un ambiente "más espiritual y religioso".

Aunque la creencia popular es que las comunidades reformistas son más receptivas a darles acogida a las personas no judías que sus homólogas conservadoras, Ariel indicó que la afiliación a un determinado movimiento no es siempre un factor. «Los estudios que realicé señalan que en realidad las diferencias se dan más entre comunidad y comunidad; y en algunas comunidades reformistas, el rabino es hasta más ortodoxo, no en el sentido de que es más observante, sino que se rige por el libro».

Fuente: Haaretz.com
Traducción al español: Rodrigo Varscher

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