Un Estado verdaderamente judío ayudaría a Gaza a reconstruirse

gaza12novokSi Israel es fiel a su palabra, si es verdad que Israel no tiene nada en contra de los habitantes de Gaza, este es el momento de anular el sitio y fomentar la reconstrucción. Necesitan que los ayudemos ya. Está empezando a llover de nuevo.

¿Qué es lo que lo hace judío a un país como Israel?

¿Es la demografía? ¿Es el tipo de mayoría estadística que cita el Gobierno para defender un proyecto de ley que persigue, rechaza y deporta a los refugiados africanos que solicitan asilo y que no son judíos, los cuales no cometieron ningún delito? ¿Es la exclusión? ¿Es el tipo de ley que, según Benjamín Netaniahu, definiría a Israel como "la nación-estado de un solo pueblo" (el pueblo judío) y de ningún otro pueblo?

¿O un país judío es aquel que actúa conforme a los principios morales de justicia y bondad que tienen sus raíces en la tradición judía?

Estamos a punto de averiguarlo.

Aquí comenzó a llover. En casi toda Tierra Santa, es una de las mayores bendiciones. Y luego está Gaza.

Incluso antes de los destrozos ocurridos en la guerra del verano pasado, Gaza no estaba bien equipada para hacerles frente a los trastornos causados por las inundaciones y las aguas residuales que pueden acompañar a las tormentas. En diciembre del año pasado, las fuertes precipitaciones obligaron a unos 40.000 habitantes a abandonar sus casas, y las inundaciones alcanzaron una altura de 2 metros (6 ½ pies) en algunas zonas.

Y eso sucedió antes. Durante los 50 días de la guerra que transcurrió en los meses de julio y agosto, los ataques aéreos y bombardeos israelíes dejaron decenas de miles de hogares destruidos o causaron perjuicios importantes en el territorio de la Franja. En muchas zonas se vio reducida la disponibilidad del agua para uso doméstico. La infraestructura del alcantarillado y de las aguas residuales también se vio fuertemente atacada.

Y ahora comenzó a llover.

Es hora de que Israel deje a un lado la culpa, las metas estratégicas a largo plazo y las tácticas de embargo y sitio que se han llevado a cabo durante largo tiempo y que son contraproducentes. Es hora de que un Estado verdaderamente judío se levante y ayude a Gaza.

Es hora de que un país que envió equipos de doctores y que envió ayuda a las víctimas del terremoto de Haití en 2011, y viviendas de emergencia para una Turquía distanciada a nivel diplomático, arrasada por el temblor de tierra en el año 2011, encuentre las formas de ayudar a nuestros vecinos directos de Gaza a reconstruirse ya. Es una cuestión de Tikún Olam, de ayudar a reparar un mundo quebrado.

La necesidad es especialmente urgente, puesto que el sitio impuesto en Gaza va agravándose día a día. Egipto, en respuesta al reciente asesinato de 33 de sus soldados, restringió el acceso por el cruce de Rafá, y se encuentra demoliendo centenares de casas ubicadas a lo largo de una amplia zona que hace poco fue declarada "zona neutral" para obstruir aún más el flujo de bienes a Gaza.

Si Israel es fiel a su palabra –si, tal como comunicara el primer ministro a la ONU en el mes de setiembre que "Lamentamos profundamente todas y cada una de las víctimas civiles", si es verdad que Israel no tiene nada en contra de los habitantes de Gaza –este el momento de levantarse, rescindir el bloqueo y permitir que se pueda llevar a cabo la reconstrucción.

Y no solo porque, tal como informara el mes pasado un experto analista en materia de defensa israelí, el sitio de Gaza le haya hecho más mal que bien a Israel en numerosas formas ("El personal de seguridad reconoce ahora que el hermético cierre de Israel a Gaza obró en contra de los intereses generales [de Israel"). El sitio no hizo más que enriquecer y afianzar a Hamás, y al hacerlo, lo ayudó a rearmarse, una y otra vez.

Un país verdaderamente judío contribuiría en este momento con la enérgica reconstrucción de Gaza, solo por la forma en que se le ordena a un judío a tratar al prójimo.

Hace dos mil años, el sabio talmúdico Rabí Akiva enseñaba que el principio supremo de la Torá era el precepto que se encuentra en Levítico 19:18 de "amar al prójimo como a ti mismo".

El rabino alemán del siglo XIX Samson Raphael Hirsch, precursor del judaísmo ortodoxo moderno, citaba un pasaje bíblico anterior al otro, "No pongas un obstáculo delante del ciego" (Levítico 19:14), que lo interpretaba como si dijera que "toda la gran esfera de la felicidad material y espiritual de nuestro prójimo está confiada a nuestro cuidado". "Nuestro cuidado y nuestra consideración deben ejercerse por el beneficio de nuestro prójimo", escribía, "para impedir que sufran cualquier daño material o espiritual por medio nuestro".

Estarán los que sostienen, y con toda la razón, que el Tikún Olam comienza por casa. No hay duda de que los desafíos morales que existen dentro de Israel son enormes e inmediatos.

Un Estado verdaderamente judío no condenaría a los sobrevivientes del Holocausto a la pobreza. Un Estado verdaderamente judío no permitiría que se corroyeran y se desmoronaran los sistemas de educación y de salud.

No hay duda de que un Estado verdaderamente judío protegería a los judíos israelíes que viven a una distancia de Gaza equivalente a un mortero o a un túnel. Escucharía sus súplicas para que hubiera un acuerdo negociado para prevenir renovados enfrentamientos, en vez de retirar las tropas de la zona, evitar las conversaciones y mantener el sitio de la Franja, estimulando de este modo una nueva conflagración.

Es cierto, Tikún Olam comienza por casa. Pero nos guste o no, los vecinos son parte de cualquier casa. Y nuestros vecinos no piensan irse.

Necesitan que los ayudemos ya. Está empezando a llover de nuevo.

Fuente: Haaretz.com


Traducción al español: Rodrigo Varscher

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