Rabinos, cobardes y mal pensados: Por qué hay pocos que defienden la libertad religiosa en Israel

Conversion-in-Israelok¿Quieres convertirte al judaísmo en Israel? Vas a necesitar algo más que la buena fe. Con el permiso de Netaniahu, el cinismo político, estando peor que nunca, obstaculizó ahora el poder elaborar una legislación que conduzca a un proceso más razonable y acogedor.

 Dondequiera que uno lea o escuche actualmente en la prensa judía, uno encuentra historias angustiosas sobre personas que quieren convertirse al judaísmo, y sobre la desagradable dimensión política que tiene el proceso de conversión.

El hecho de convertirse debería ser algo conmovedor y sublime, algo exigente pero profundamente significativo, y debería reflejar los valores ampliamente inclusivos del judaísmo. Desgraciadamente, lo que vemos en los medios de comunicación en las últimas semanas se trata sobre cómo la debilidad humana y el oportunismo político les provocaron dolor y sufrimiento a personas de Estados Unidos que aspiran a convertirse y sobre cómo transformaron la conversión en Israel en un juego de fútbol político. Aparte de todo lo demás que pueda suceder, esto es cierto: se pisotearon los valores sagrados.

El "caso del mirón" ("voyeur case"), tal como se lo denominó en la prensa, implica al rabino Barry Freundel, un rabino de Washington D.C. acusado de grabar a mujeres que aspiraban a convertirse cuando estaban desnudas en la mikve (baño ritual). El mundo judío respondió a estas acusaciones con indignación y repulsión. Pero dado que el rabino Freundel niega las acusaciones y dado que hasta el momento no se ha comprobado nada, habrá que esperar un tiempo para estudiar la cuestión con profundidad.

Por ahora solo se puede observar que en cierta forma el caso no se trata en absoluto sobre la conversión; se trata sobre la mala gestión y sobre el abuso de la autoridad religiosa, del tipo que puede suceder en una variedad de entornos y por parte del clero de todos los movimientos y de todas las fes. A la vez, esto plantea ciertas preguntas sobre los problemas de la conversión en el mundo ortodoxo estadounidense, el cual en los últimos años ha adaptado sus procedimientos, que por lo general no es para bien, para satisfacer las exigencias del Rabinato Superior de Israel. Más adelante, tendrán que analizarse estas cuestiones.

Lo que ahora se puede analizar es la farsa del proyecto de ley en materia de conversión que actualmente está llevándose a cabo en Israel. El Rabinato Superior Ortodoxo es el que controla las conversiones, el cual hace todo lo que puede para mantener el número de conversiones al mínimo. Los tribunales de conversión que funcionan en Israel bajo sus auspicios cuentan con requerimientos estrictos que hacen de la conversión algo prácticamente imposible para la mayoría de los israelíes que podrían estar interesados. Durante más de dos décadas los dirigentes de Israel han estado tratando de presionar al Rabinato Superior para que adopte una posición más flexible.

El primer intento constituye un proyecto de ley para reformar el tema de las conversiones, el cual fue propuesto en un principio por el miembro de la Knéset Elazar Stern del partido HaTnuá de Tzipi Livni. Las reformas propuestas les permitirían a los rabinos locales establecer tribunales de conversión, algunos de los cuales tendrían supuestamente niveles más moderados que los que hoy en día exigen los tribunales de conversión, los cuales son controlados por el Rabinato Superior. Asimismo, aquellos aspirantes a convertirse ya no tendrían que acudir al tribunal rabínico que se encuentra más cerca de su casa; se les otorgaría el derecho a dirigirse a cualquier tribunal rabínico de Israel que lleve a cabo las conversiones, y probablemente la mayoría de los aspirantes se dirigirían a aquellos tribunales que se volvieran conocidos por tener un enfoque para con la conversión que fuera razonable así como acogedor.

Elazar Stern es un hombre honrado que tiene la mejor de las intenciones. Él cree que su proyecto de ley creará algo así como un "libre mercado" en la esfera de las conversiones y que hará una verdadera diferencia. Pero lamentablemente, incluso si llega a aprobarse, no sucederá así.

Israel cuenta con una enorme burocracia religiosa, la cual está formada por una variedad de instituciones en las que figuran una gran red de tribunales rabínicos, rabinos barriales y comunitarios, un establishment de la kashrut, y escuelas religiosas que cuentan con el patrocinio del gobierno. Algunos historiadores señalan que esto es equiparable en tamaño a la Iglesia Católica de la Francia medieval. El Rabinato Superior permanece como la voz religiosa dominante en esta burocracia. Si bien en teoría los rabinos podrían decidir no hacerle caso al Rabinato Superior y encontrar maneras dentro del alcance de la halajá para facilitarles la conversión a aquellos que están comprometidos con el hecho de incluirse en el pueblo judío, la realidad es que solo un pequeño número de rabinos, si es que los llegara a haber, se atreverán a hacerlo. Los rabinos en jefe dijeron que van a exigir adhesión a sus estándares y a su aval, ya sea formal o de otro tipo, para todas las conversiones, y prácticamente todos los rabinos locales van a cumplir con ello. La centralizada y jerárquica estructura religiosa de Israel hace que no pueda producirse ningún otro resultado.

Por supuesto, puede que la ley no se apruebe. El primer ministro que anteriormente la apoyaba ya no la apoya; según se dice, teme la reacción que puedan tener los jaredim, a quienes puede llegar a necesitar como socios en la coalición en el próximo gobierno. Pero luego algunos dicen que pese a que señala que no la apoya, en realidad espera que se promulgue sin su aprobación. Desde esta perspectiva, su estrategia es lograr que se apruebe la ley sin que él tenga que pagar el precio político por respaldarla. Dicho de otro modo, hasta por el primer ministro, estamos alcanzando nuevos colmos de cinismo. Netaniahu apoya y no apoya la ley, busca y no busca el apoyo de los jaredim, no quiere que se apruebe la ley pero en realidad sí lo quiere. ¿Sorprende el hecho de que sea tan difícil poder avanzar en la causa de la libertad religiosa en Israel?

¿Y es que Bogie Herzog, Tzipi Livni y Iair Lapid creen de verdad que este proyecto de ley va a crear una revolución en materia de conversiones? Lo dudo mucho. Son muy inteligentes como para creer eso. Pero saben que no es probable que haya un avance importante en materia religiosa, y están desesperados por crear algo que dé la impresión de que se está progresando.

Pero en el fondo saben la verdad: la libertad religiosa en Israel exigirá coraje, osadía y disposición para desmontar, pieza por pieza, las estructuras religiosas que están estrangulando al judaísmo en el Estado judío. Hasta que ese día llegue, van a seguir jugando.

El rabino Eric H. Yoffie sirvió como presidente de la Union for Reform Judaism desde 1996 hasta 2012. Actualmente se desempeña como escritor y como catedrático en Westfield, New Jersey.

Fuente: haaretz.com

Traducción al español: Rodrigo Varscher

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