Nuevo año, nuevas Slijot

controlzokAshamnu, bagadnu, gazalnu, dibarnu dofi,..., rashanu, shijatnu, tiavnu, tainu, titanu.

Hemos humillado, traicionado, engañado, despreciado,... actuado con maldad, tergiversado, atormentado, victimizado, inducido al error.

Querido Dios:

 Cada año, en Iom Kipur, recitamos esta oración ante Ti, enumerando nuestros pecados en orden alfabético, rogando y suplicando. Pedimos perdón por todos nuestros pecados, aquellos de los que somos conscientes y aquellos de los que no somos conscientes. Estamos frente a ti como pecadores seriales, con pecados que pueden ser colocados en orden alfabético.

Todos los años me pregunto si Tú escuchas nuestras oraciones. Escuchas la lista alfabética y Te preguntas: ¿Cómo es que pasaron tan rápido de bet a guímel, cuando hay al menos cuatro pecados más que comienzan con bet? ¿Por qué se molestan en ordenar tan prolijamente sus pecados? Porque los pecados son desordenados, destructivos y caóticos.

Te preguntas en Tu corazón: "¿Por qué están cantando acerca de sus pecados desde una distancia tan remota, escondiéndose detrás de una lista, mientras que el verdadero remordimiento requiere hurgar hasta en los más mínimos detalles, meterse en lo más profundo del sótano para erradicar el mal y la mediocridad? Esta lista de slijot no refleja honesta o suficientemente sus pecados".

Querido Dios:

Este año no quiero orar por Tu perdón. Preferiría ganármelo siguiendo el difícil camino de la Teshuvá, el arrepentimiento. De hecho, ashamnu, bagadnu, gazalnu... Estamos repletos de vergüenza y deshonra. Somos insolentes, somos obstinados, estamos colmados de vicios, y es hora de que cambiemos nuestras formas de actuar.

He pecado de este año, pero mis pecados más graves fueron para con mis semejantes. Cuando me pongo a orar, es para obtener Tu perdón. Pero Tú nos enseñaste que Iom Kipur no expía los pecados entre la gente. Orar no es suficiente. Debo apaciguar a mis semejantes y ganarme su perdón. En lo que tiene que ver con los pecados cometidos contra Ti, está en Tu poder borrarlos todos juntos, de una sola vez, porque Tú eres misericordioso y piadoso, y se nos garantiza que al final del día Tú dirás: "Yo perdono, como tú lo has pedido". Pero por los pecados cometidos contra nuestros semejantes, debemos arrepentirnos por separado de cada uno de ellos.

Querido Pueblo de Israel y del Mundo Entero:

Hemos pecado contra ti por endurecer nuestros corazones. Nuestros corazones, que deberían haber estado abiertos de par en par a todos, abiertos a escuchar, abiertos a respetar, abiertos a la solidaridad, sin embargo se abrieron sólo tanto como el ojo de una aguja. No escuchamos, no nos solidarizamos, no respetamos. Cerramos nuestros corazones al sufrimiento de los demás, no hicimos lugar a sus aspiraciones. Endurecimos nuestros corazones. Cambiamos el canal, en lugar de ver y escuchar.

Querido Pueblo de Israel y del Mundo Entero:

Hemos pecado contra ti con la palabra, por las cosas que dijimos y por aquellas que no tuvimos el valor de decir. No le hablamos a cada persona como corresponde a una persona creada a imagen de Dios. Expresamos palabras de racismo, hablamos groseramente, dijimos tonterías, y fuimos iracundos y faltos a la verdad. Nos encerramos detrás de paredes, unas paredes que nos apartan de aquellos que no somos nosotros y que son diferentes.

Nos abstuvimos de hablar cuando deberíamos haber hablado. No nos criticamos a nosotros mismos y a nuestro país en los momentos que exigían y clamaban por palabras: palabras acerca de quiénes deberíamos ser, palabras acerca de nuestros sueños y de nuestros valores fundamentales.

Querido Pueblo de Israel y del Mundo Entero:

Hemos pecado contra ti por nuestra mano fuerte. La mano, sierva del corazón y de la mente, venció a su amo. Una mano fuerte es una bendición, pero también puede ser una maldición. La mano – el arma del héroe – nos defendió. Pero nos olvidamos de que un héroe es también aquel que domina sus impulsos e inclinaciones y retira su mano. Una mano no es sólo un arma, sino también un medio de paz. Una mano extendida al otro, invitándolo a caminar juntos. De hecho, nuestras manos fueron fuertes, pero no están acostumbradas a abrazar.

Querido Dios: nuestros pecados hacia Ti también fueron muchos.

Hemos pecado contra Ti a través de la profanación de Tu nombre. Tú nos ordenaste santificar Tu nombre. Tú nos enseñaste que el mandamiento de amar a Dios se cumple cuando hacemos que Tu nombre sea amado. Tú nos enseñaste que seguir Tu camino significa ser consciente de la forma en que nuestras acciones son percibidas y juzgadas por los demás.

Sin embargo, hemos profanado Tu nombre. Unimos Tu nombre a la xenofobia, al nacionalismo desenfrenado, al desprecio por aquellos que no comparten nuestra fe, a la falta de respeto y a la intolerancia, a la arrogancia, al engrandecimiento propio, a la vanidad y al derramamiento de sangre.

Queridos Dios, Pueblo de Israel y del Mundo Entero:

De hecho, hemos pecado contra ti por todo esto y más. Pero basta por hoy, basta por este año. Por esto me siento avergonzado y en la deshonra. Escucha nuestra voz, Señor, Dios nuestro. No perdones nuestras iniquidades quitando nuestras transgresiones de delante de tus ojos. Danos fuerza este año. Planta dentro de nosotros un corazón que sea perceptivo, ojos que puedan ver y mano y piernas que se dediquen a la Teshuvá.

Sea Tu voluntad que este año sea un año de Teshuvá, un año de transformaciones, un año de crecimiento, un año de salud, un año de paz para nosotros y para el mundo entero.

Amén.

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