Por ahora, escribe el soldado, los jóvenes que fueron criados como sionistas se presentan para servir en el ejército y cumplir con su deber. Pero también están llenos de desesperación.
Sayed Kashua ha tenido suficiente, la cantante Miri Awad no sabe cómo va a terminar, la mayoría no puede soportar a Gideon Levy, el ex MK Aryeh Eldad no cree que haya posibilidades de paz, y yo – mi alma duele por la desesperación.
Volví de mi servicio como reservista en la Franja de Gaza hace dos semanas. Ya había pasado 69 días con el uniforme este año por la toma del barco Klos C. Al volver a casa, miramos con un amigo llenos de satisfacción la bandera de Israel que habíamos colocado sobre el barco que había estado lleno de armas destinadas a ser usadas contra nosotros. ¿Qué te puedo decir? Pasé mi infancia en la escuela Reali de Haifa donde mi madre era la coordinadora del programa de "compromiso personal", mientras que mi padre trabajaba en la Cúpula de Hierro. El sionismo y la contribución con la sociedad eran conceptos con los que era familiar.
Las paredes de mi apartamento (alquilado) están adornadas con fotos originales de David Rubinger: David Ben-Gurion en su cuarto en el Kibbutz Sde Boker, Moshe Dayan e Yitzhak Rabin en un helicóptero camino a Gaza al final de la Guerra de los Seis Días. El apartamento da al puerto de Tel Aviv, y está al lado de una sinagoga que fue dañada por cohetes en el último conflicto. Le pregunté a mi padre cuales eran las chances de que esto vuelva a pasar, pensando que serían mínimas. Bastante altas, me contestó: si el próximo misil es disparado desde el mismo lugar y tiene la misma trayectoria, la intercepción será similar. Decidimos comprar un boleto de lotería.
Después de server en el ejército, me fui a Estados Unidos. Necesitaba un descanso – de las operaciones militares, de las guerras, y de ser responsable de las vidas de mis amigos. Trabajé en Boston, estudié administración de empresas en Harvard, y durante todo ese período me consumían las ganas de volver a Israel. Habían programas del Ministerio que especialmente revertían el cambio en nuestra mentalidad. Pero, ¿qué pasa después, cuando la mente empieza a absorber lo que está pasando acá?
El canal 10 recientemente mostró una entrevista con Roni Bart, quien era hasta hace poco uno de los miembros del Consejo de Seguridad Nacional de Israel. Era espantoso escucharlo describir la impotencia de aquellos en la cima. El consejo no desafía, el ejército no está desafiado, el nivel político no mantiene discusiones serias, y si termina habiendo una discusión, no tiene repercusiones.
Cada Ministerio de Israel puede tener un consejero sobre estrategia. Hay un Ministerio con esa palabra que se supone que está a cargo de la estrategia para la seguridad. En realidad, está a cargo de muy poco, porque no hay ninguna política, ni lluvia de ideas, ni discusiones proactivas. Tenemos un ejército y no vamos a permitir que nos vuelvan a llevar a los campos de concentración, pero no podemos adoptar la mentalidad pasiva de los guetos.
Ya no estamos en Europa y definitivamente ya no somos una "luz entre las naciones". Puede que haya sido ingenuo, o que estaba maravillado por nuestro ethos. Se me abrieron los ojos el día que el Primer Ministro Rabin fue asesinado. Sin embargo, mi entendimiento fue creciendo el día que un niño inocente, Mohammed Abu Khdeir, fue quemado vivo solo por ser árabe. Me daba vergüenza ser judío. Ser un humano. ¿"Ama a tu prójimo como a ti mismo"?
El odio en Israel es abismal. No hablo de los terroristas o los de los asentamientos que acosan a los árabes y le cortan las raíces a los olivos. Dos personas jóvenes, una mujer judía y un hombre árabe, estaban peleando en las redes sociales por su derecho a casarse. ¿Qué pasó con la libertad del individuo? Las parejas del mismo sexo también se tienen que ir del país para casarse. Se deslegitima a segmentos enteros de la población así. Empieza con el racismo entre los ashkenazim y sefaradim. Sigue en un sistema educativo que invierte millones de shekels para "inculcar la Biblia" y se niega a manejar el racismo.
El único momento en el que hay cierta cohesión social es durante los conflictos. Si fuese cínico, preguntaría si los conflictos son un medio o un objetivo, porque no hay nada mejor para los gobernadores que el status quo.
Puede que sea major decir, "Amate a ti mismo como a ti mismo". Khaled Meshal y sus compañeros no son los únicos cuyos bolsillos se llenan por el dinero de los votantes. Ehud Olmert, quien en el 2006 me envío a Líbano a luchar por mi hogar, está camino a la cárcel. A nuestro alrededor, estamos llenos de corrupción que afecta todas nuestras vidas. Mientras estamos en el tema de las decisiones económicas, me molestó mucho cuando echaron a MK Stav Shaffir de una sesión del Comité de Finanzas porque exigía transparencia en la reciente trasferencia de billones de shekels para el presupuesto de defensa.
Entrando a Rafah
Pasé la Operación Margen Protector con la unidad de reconocimiento de la brigada de infantería Givati, después de interrumpir una visita por trabajo a China. Shayelet 13, la unidad de comando donde había estado – estaba llena de personal médico, por lo que me voluntaricé para unirme a los batallones de infantería, quienes hacen el trabajo difícil. Chicos maravillosos. Los acompañé en su entrada a Rafah.
En la noche, conocí a Benaya Sarel, quien había estado originalmente en Shayalet y había sido cambiado a Givati. Lo recordaba como un payaso, pero ahora resultó ser un querido comandante. Me contó de su próximo casamiento, una sobrina recién nacida, y se quejó un poco de la gripe que había contraído en Gaza. Un par de horas después, estábamos luchando por su vida y por la de Liel Gidoni. Desconocíamos el destino de Hadar Goldin en ese momento. Sacarlos fue difícil, bajo el fuego enemigo. No poder ayudar a los heridos es el peor fracaso para un doctor.
Los días que pasamos hasta que finalmente pudimos salir de ahí no fueron fáciles, y fueron a veces surrealistas. En un momento, escuchamos a Yehoram Gaon en la radio cantando "La última guerra"; entre verso y verso se escuchaban los cohetes y tanques afuera. La muerte puede aparecer en cualquier lado, incluyendo de la bulldozer D9 que casi tira abajo el edificio donde estábamos.
En Israel, me uní al batallón de médicos y paramédicos que debían comunicar a las familias de los difuntos. Fuimos a Kiryat Arba y luego a Jerusalén. No hay nada más difícil que mirar a una familia a los ojos e intentar explicar, con las pocas herramientas que tenemos – principalmente compasión y términos médicos – lo que pasó en los últimos minutos de la vida de su querido hijo, lo que hicimos para ayudar y porque no tuvimos éxito. Inspirar la esperanza y la creencia de que su muerte no fue en vano.
La muerte no hace diferencias entre las opiniones políticas, estilo de vida o creencias. Me sorprende constantemente lo poco excepcional que es el cuerpo humano sin un alma.
Para calmar el dolor, fuimos a comer humus a un lugar en Jerusalén que se llama Entre Gaza y Berlín. Nos moríamos de hambre, y el nombre del lugar parecía apropiado.
Sangre es sangre
Hace unas semanas, me estremecí al ver a unos padres de soldados caídos llevando un poster en la manifestación que supuestamente apoyaba a los residentes del sur, en la Plaza Rabin en Tel Aviv. Unos días después, se me rompió el corazón al leer las palabras de David Grossman, quién perdió un hijo en la Segunda Guerra del Líbano. No soy de la izquierda ni de la derecha. Soy, antes que anda, ser humano. La sangre es sangre. ¿Cuánto tiempo más?
Los comentarios hostiles parecen ser la norma en internet. En un país donde un individuo valiente como el comentador del canal 2 Amnon Abramovich, un héroe de guerra, enfrenta día a día la ignorancia e intolerancia, es probablemente inútil mencionar la medalla que recibí, o el hecho de que en cada confrontación, incluyendo la última, mi hermana y los hermanos de mi prometida también vestían el uniforme. O que mi prometida trabajaba día y noche para defender a Israel en el contexto internacional. ¿Voy a tener que, como Haim Oron ("Te desafío a cuestionar la lealtad de la izquierda a Israel," Haaretz, 22 de agosto), probar mi lealtad al estado?
En cambio, puede que mis acciones al estado me den el derecho de pedirle que me sea leal. Antes de entrar de nuevo en una serie de comisiones de encuestas y, probablemente una elección general, le quiero preguntar al Primer Ministro, a los miembros del gabinete y a quienes dirigen las Fuerzas de Defensa de Israel si pueden mirarme a los ojos y convencerme de que tengo un futuro en un Estado de Israel democrático; en un estado que va a ser más honesto y tolerante con sus ciudadanos. Muéstrenme que valen el sacrificio que esperan de muchas familias que perdieron a sus hijos, familias que aún no saben el destino de sus hijos, de mí y de aquellos como yo.
Justo antes del comienzo de la Operación Margen Protector, estaba discutiendo con amigos sobre un error que apareció en una de las principales publicaciones sobre medicina, The Lancel. Logramos publicar una carta en respuesta, en la que defendíamos al ejército y a Israel. Poco después estaba en combate en Rafah. Guerra tras guerra tras guerra. Entonces, mientras estoy luchando en otro frente – tratando de ahorrar suficiente dinero para comprar una casa en este país – aquellos encargados de tomar las decisiones me podrían mirar las ojos, al ciudadano ordinario que pone su vida en pausa cada vez que lo llaman, y convencerme de que aún hay razones para luchar. Que la corrupción, el nepotismo, la hipocresía y la intolerancia no destruyeron todas las cosas buenas de mi país.
Fuente: Haaretz.com
Traducción: Mariel Benedykt