Derechistas, los árabes se van a quedar

arabesisraeliesokLos ultra- nacionalistas sueñan con un lavado étnico, Armagedón, cualquier cosa. Cualquier milagro les sirve. Pero no va a haber ningún milagro.

Están aquí aún si Avigdor Lieberman es Presidente y Primer Ministro; Naftali Bennet se convierte en Ministro de Defensa y de Relaciones Exteriores; Yariv Levin es Ministro de Justicia, iluminismo y moralidad; Itamar Ben-Gvir es Ministro del interior y de seguridad pública; Miri Regev es Ministro de cultura; y "la Sombra"- el rapero Yoav Eliasi – es Ministro de estrategia. Incluso si todo esto sucede, los árabes se quedarían.

 Los árabes de 1948 se están quedando, al igual que los de 1967. Los árabes en Israel, en Cisjordania, Gaza y toda la región – se quedan donde están. El sueño de Israel de que ellos desaparezcan nunca va a pasar. No se van a ir y no van a ser expulsados. Están acá para siempre. Es su sumud, su firmeza.

Con la muerte del sueño de tener dos estados, traída en parte por los personajes mencionados antes, Israel debería considerar qué hacer. Son los ultra-nacionalistas, los que aman a los árabes, quienes están haciendo lo posible para asegurarse de que haya un gran estado que incluya a los árabes. Son ellos quienes deberían estar preocupados por estas noticias.

Ellos deberían estar liderando los intentos para mejorar la relación con los árabes para poder ser aceptados en la región. Ellos, que no querían dos estados y probablemente se queden con uno, deben entender que este estado va a ser como Yugoslavia, o Somalia, a menos de que comiencen a actuar pronto para ser más aceptados entre sus vecinos.


Ellos deberían ser la legión luchando en defensa del idioma – árabe, naturalmente. Deberían estar impartiendo la herencia – la de Nakba, obviamente. Con todas las herramientas posibles, deberían estar combatiendo la discriminación hacia los árabes de Israel y la reubicación de árabes en los territorios ocupados.

En cuanto se den cuenta de que los árabes están acá para quedarse, deberían pensar sobre nuestro futuro compartido, ¿no? En cuanto esté claro que vamos a vivir en el hogar compartido que deseaban, queridos anexionistas, deberíamos pensar en nuestro futuro compartido. Necesitaremos un comité de residentes y un tesorero; nos vamos a tener que turnar para limpiar las escaleras.

Esto era lo que querían, ¿no? Un quinto de los habitantes del país se va a quedar – no pueden ser metidos en una esquina, más de lo que ya lo han sido. Si quieren otros dos o tres millones de Cisjordania, actúen acorde. Esto es lo que querían – ganaron, así que acéptenlo. Empiecen a tomar su plan seriamente.

Este es, por supuesto, un pensamiento optimista. Los ultra-nacionalistas aún piensan que si hacen las vidas de los palestinos aún más miserables, abusando de los ciudadanos israelíes y de las víctimas de la ocupación, atacándolos, humillándolos, matándolos y arrestándolos, un milagro podría ocurrir y desaparecerían.

Las cosas van a resultar bien de alguna forma, por una transferencia voluntaria o involuntaria, por una limpieza étnica, Armagedón, cualquier cosa. Cualquier milagro les sirve. Pero no va a pasar un milagro.

¿Qué se puede hacer entonces, queridos de la derecha? ¿Qué es lo que pasa por sus mentes al proclamar que es todo suyo, que Hebrón es nuestro para siempre y Nazaret es una ciudad judía? ¿Apartheid? Eso no funcionaría. ¿Una transferencia?

El mundo no lo va a permitir. ¿Piensan que los árabes se van a rendir, resignar a ser ciudadanos de sexta clase o residentes de Cisjordania sin ningún derecho? Eso no tiene ningún precedente en la historia.

¿Qué pasaría si los de la derecha cambian sus hábitos y empiezan a pensar en el futuro? ¿Qué tipo de país quieren? ¿Qué tipo de relaciones? ¿Cuáles son sus planes? ¿Cuáles son sus conclusiones?

No hay que discutir con ellos, solo hacer una simple pregunta: ? ¿Qué va a haber acá? Digamos que aceptamos su visión, y todo se convierte únicamente para los judíos, como tanto desean. ¿Qué pasará acá? ¿Qué pasará con los árabes?

La derecha no se preocupa por esto. En lo profundo de sus corazones, aún creen que los problemas desaparecerán. Mientras tanto, el columnista Roger Alpher de Haaretz se va, pero Mohammed se queda. Se va a quedar por largo tiempo.

Fuente: haaretz.com

Traducción: Mariel Benedykt

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