Una casamentera judía cuya mano llevó a muchos al altar

matrimoniojudio2okAl entrar en la casa de Tova Weinberg en el barrio Squirrel Hill de Pittsburgh, me miró de arriba abajo y me preguntó, "¿sos judío?" Le dije que sí. "¿Estás casado?" Sí, le dije.

Esa era, aparentemente, la respuesta equivocada. Arrugó su nariz y en un tono de decepción dijo, "Ah, bueno. No importa."

Yo había sido considerado, y luego descartado, como potencial pareja. La Sra. Weiberg, a sus 60 años, es una de las casamenteras judías más importantes del país. A pesar de ser dentista, dejó la carrera hace tiempo para dedicarse completamente a su vocación de shadchen, la palabra en hebreo e yiddish para aquella que hace shidduch, o parejas.

En cualquier momento, Weinberg tiene nombres de "cientos, quizá miles" de judíos solteros en su cabeza, y a lo largo de los años a presentado a "unas 250" parejas que terminaron casándose. Esto es sin incluir a aquellos que se conocieron online en SawYouAtSinai.com, la página que ayudó a fundar.

Criada en Detroit, Weinberg presentó a su primera pareja cuando vivía de joven en Nueva York, a donde su madre había querido que se mude para conocer a un hombre. En 1976, como recuerda Weinberg, una amiga mayor que era casamentera le pidió que la ayudara para organizar una fiesta para solteros.
"En la fiesta," Weinberg dice, "conocí a una chica llamada Debbie y le dije 'No me conoces, pero me da la sensación de que serías perfecta para mi amigo Mark Goldenberg'." La mujer no estaba segura de querer encontrarse con un desconocido. "Era una situación difícil, estaba David Berkowitz," el asesino. "Ella dijo, '¿Cómo sé que no sos una asesina serial?' Me arrodillé y le dije 'Por favor, salí a cenar con él."

Un día después de su primera cita, el hombre llamó a Weinberg. "Me llamó y me dijo, 'Me voy a casar con ella'. Y hace poco que se casó el último de sus hijos."
Weinberg también se encontró un esposo para ella en Nueva York. Se mudaron a Pittsburg por su trabajo como doctor, cuando ella aún trabajaba como dentista y encontraba además parejas. Se convirtió en algo más que un hobby.

"Habían tantos casamientos mixtos en Pittsburg que sentí que tenía que hacer algo,¨ ella dice. Empecé a hablar con organizaciones para mujeres. Decía: "Escuchen, ¡yo conozco hombres! Mi esposo conoce a muchos residentes y pasantes. ¡Denme a sus hijas, yo tengo a los hombres!"

Weinberg, que tiene cinco hijos y 15 nietos, es una judía observante de la corriente ortodoxa moderna. No trabaja ni usa electricidad en Shabat, pero no se cubre el pelo, como hacen mujeres más observantes. Hay docenas de casamenteras judías, pero la mayoría trabajan únicamente para los judíos ortodoxos, y muchas cobran por sus servicios. Weinberg, a diferencia de lo usual, trabaja con judíos de todas las corrientes y no acepta dinero.

"Baruj Ashem mi esposo gana mucho dinero, por lo que puedo hacer esto gratis," dice Weinberg. Una conversación con ella involucra escuchar, muchos Baruj Ashems, y mucha charla sobre encontrar nuestro bashert, nuestro destino o alma gemela.

En el 2004, un grupo de inversores se acercó a ella para que los ayude a empezar SawYouAtSinai.com, donde las casamenteras arman parejas. Cuando visité a Weinberg la semana pasada, la página tenía 18,344 miembros y 355 casamenteras, incluyéndola. En SawYouAtSinai.com, los miembros pueden ver los perfiles de aquellos miembros que las casamenteras les sugieren.

Una de las principales tareas, en la página y para su clientela privada, es hacer que los solteros sean menos selectivos, dice Weinberg.

Uno de los errores frecuentes que ve es "buscar aquello que sus padres quieren," dijo. "También pensar que no se puede llegar a un término medio, como en la religión: 'Tengo que conocer a alguien super religioso que estudie todo el dia' o 'Tengo que conocer a alguien que coma mariscos pero sea judía.'"

Las mujeres pueden ser superficiales – "A muchas mujeres no les gustan los hombres pelados" dice – pero los hombres son peores. "Si organizo una fiesta para solteros, entran a la habitación, miran y dicen 'Adiós' Ni siquiera conocen a nadie. No se fijan en la neshama," el alma, ella dice.

Algunos de los hombres también tienen problemas maternos.

"Conozco a un hombre cuya madre era una bailarina, por lo que está buscando a una mujer con piernas largas y pecho plano. ¡Y es un rabino! "


Weinberg trabaja con cualquier cliente siempre que sea judío según el estándar tradicional de la descendencia materna: "Trabajo con cualquiera cuya madre sea judía. El padre podría ser el Papa." También trabaja con clientes gay si están buscando un casamiento heterosexual.

"Sienten atracción homosexual pero no quieren seguir ese camino. Quieren casarse con una mujer y quieren que les informe a las chicas que son homosexuales." Un hombre así "quiere tener una casa normal; quiere una casa y una familia."

Incluso para esos hombres, Weinberg dice, hay mujeres.

"Le tengo que informar a las mujeres de la situación del hombre", ella dice. "Hay mujeres que son asexuales y hay mujeres que no necesitan ser abrazadas y besadas. He hecho parejas así."

Weinberg toma medidas extraordinarias para unir a un hombre y una mujer. Le dijo a uno de sus hijos que le daría $10,000 si le encontraba un esposo a su hermana, y lo hizo. También se toma ciertas libertades en nombre del amor.

"Algo que deberías saber de Tova es que altera la verdad creativamente bajo ciertas circunstancias," dice Beverly Siegel, una directora de documentales de Chicago. Viuda después de un largo primer matrimonio, Siegel conoció a su segundo marido a través de Weinberg.

"Le dijo a Howard algunas cosas sobre mí que no eran exactamente verdad, " dijo Siegel. "Le dijo que tenía 55, cuando en realidad tenía 59. Le dijo que estaba dispuesta a mudarme. Howard vivía en Nueva York en ese momento. En mi opinión, si una está dispuesta a mudarse depende del lugar; es una negociación. Ella simplemente le dijo 'Está dispuesta a mudarse.' Punto."

Weinberg también le dijo a Siegel que su futura cita, Howard Rieger, era "el judío más importante de Norteamérica." Rieger era el presidente de Comunidades Judías Unidas, por lo que era un judío muy importante. Sin embargo, Siegel ahora encuentra un poco dudosa a esa descripción.

"Podemos decir que no era el judío más importante de Norteamérica," dijo Siegel sobre su segundo marido. Pero se casaron en el 2008, cinco meses después de que empezaron a intercambiar e-mails, cuatro meses después de su primera cita.


"Tova es una mujer increíblemente talentosa," Siegel dijo. "Está obsesionada de una forma maravillosa."

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