Una ética del súper viviente

“RIFKA”, de Anita Luksemburg

Sobre un acontecimiento terrible jamás puede afirmarse que “está todo dicho”.  Precisamente, porque ciertos acontecimientos resultan particularmente difíciles de “poner en discurso” es que se requieren formulaciones nuevas y más profundas, más ajustadas y precisas según pasa el tiempo.

Cada nueva formulación es una resignificación necesaria para crear y fomentar la conciencia cabal de ese acontecimiento, cada nueva formulación debe traducir a la sensibilidad contemporánea las implicancias de ese acontecimiento. Ese es un imperativo histórico, pero también un imperativo ético y estético.

En ese sentido, la Literatura cumple un papel que complementa y auxilia a la Historia puesto que a menudo permite una hermenéutica diferente y vital, una hermenéutica sensible, profunda, que actualiza, dándole forma viva, un determinado saber y las consecuencias éticas de ese saber.

Este es el caso de ““Rifka””, de Anita Luksemburg, cuento que obtuvo el primer premio en el Concurso  Iberoamericano convocado por la Editorial Santillana y Laboratorio Bayer Schering. El concurso de llamó  “Mujeres con Hormonas” y estuvo referido a mujeres luchadoras, incansables, tesoneras, creativas; mujeres, en definitiva,  que no se dejaron vencer por la adversidad.  El libro encabezado por el cuento premiado fue editado por Editorial Santillana en el año 2008.  Por otra parte, “Rifka” es también el título del nuevo libro de relatos de esta autora, que aparecerá este año.

El primer libro de Luksemburg se llamó “Estaciones del alma” (Doble Clic editoras, 2006). Otros textos de Luksemburg han sido premiados en numerosos concursos.

El relato “Rifka” se construye sobre el tema de la Shoá pero desde una perspectiva de afirmación de la vida. La formulación estética que elige la autora es la de un muy especial epistolario. Esa forma, no muy usual en este medio, le permite trazar un mapa de líneas de sensibilidad y estados de ánimo de notable nitidez e impacto. Cada carta da cuenta de la voluntad de vencer a la muerte y del principio ético absoluto que asiste a los perseguidos: mientras el verdugo hace muertos, las víctimas han hecho hijos.

Los hijos se proyectan y construyen el presente desde la memoria y el goce de la vida, los hijos son el futuro pero a la vez la memoria indeleble y la voluntad de las raíces.
El cuento de Luksemburg se distingue de muchos otros valiosos textos sobre la Shoá puesto que va más allá de un registro testimonial o de la anécdota de una historia de vida entre tantas: es la historia de muchos y es a la vez una historia personal, íntima. Es el desafío al horror mediante la ternura, sin tremendismos pero con una vocación de verdad y vivencia.

Se trata de una evocación escénica de ese terrible pasado mientras se comprueba la construcción del futuro con la indeclinable voluntad de celebración de lo cotidiano.

“Nosotros, los hijos, los nietos, también somos sobrevivientes”, parece ser uno de los mensajes que plantea la ficción histórica de “Rifka”, pero cuando se concluye la lectura del cuento parece que se avanzó un paso más allá: los que han construido la vida no son solamente “sobrevivientes”, son “súper vivientes”, han construido un más allá vital y luminoso sobre la absurda voluntad de la muerte.
No es solamente una azarosa “sobre vida”, no se trata de los restos, de los despojos que se libraron de la “voluntad oscura”, es mucho más: es una “súper vida”, una vida superior levantada sobre los pilares de una ética humana.

“Rifka” propone dos historias en paralelo: la de un exterminio sistemático y la de la construcción de vida que acabará por imponerse, que acabará por erigir el futuro en uno u otro lugar del mundo.
La reconstrucción de época y las referencias espaciales (un Montevideo abierto y cálido, pero también un Montevideo difícil y una Europa irrespirable en aquellos días de la guerra) están planteadas con trazo firme pero sin detalles superfluos ni elementos de distracción u oropel.

Se hace una apuesta a la esencialidad en el marco y en la peripecia ficcionales. Es el relato desnudo de vidas que se pierden y vidas que, con tesón, continúan y fructifican.

En eso consiste la traducción al presente que el cuento hace a partir del acontecimiento abominable. Aquellas víctimas resignifican su historia en los descendientes que gozan la vida sin dejar de recordar. En ese resignificación, cada detalle de lo cotidiano da cuenta de una “historia de la vida privada” que es a la vez esencia, núcleo fundamental e imperecedero de lo colectivo.




Rifka

por Anita Luksemburg

Lomza , 24 de Diciembre de 1935.


Estimado Boruch:
Tengo frente a mi  su tercera  carta y su foto. Hace cinco días que la recibí y me urge responderle. Hoy es 24 de Diciembre, noche mala para los judíos. Usted sabe que los pogromos se nutren de  brindis navideños . Hace ya varias horas que hemos cerrado puertas y ventanas, y estoy sola, en la penumbra de la sala,  escribiéndole a la luz de una pequeña lámpara de kerosén . Padre, madre y  hermanos duermen, o lo intentan, vaya una a saber . Pero esta noche tomé mi decisión . Iré a su pequeño Paraíso y me casaré con usted.  No quiero que se equivoque respecto a mi. No hay tiempo para cortejo. No hay tiempo para cartas . Sé  todo lo que necesito saber . El tiempo es corto y yo tengo que escapar ; tengo que huir de una guerra que  amenaza a Europa , una guerra que será la peor de todas, estoy segura.
Y cuando esté allá, caminando firme por ese suelo de libertad que ya calienta mis pies , traeremos a mi familia y empezaremos una vida normal. Por eso me voy a casar . Usted hará todos los trámites necesarios y yo podré viajar como su futura esposa. Por supuesto, he investigado al novio. Sé que usted , Boruch, es una persona honesta e instruida y  en la foto se lo ve interesante.  Le agradezco que haya pensado en mi.  Y ojalá yo sea la mujer que   está buscando.
Como comencé a contarle en mi carta anterior, terminé el Gymnasium y hubiera querido seguir una carrera universitaria,  pero usted sabe que acá , para nosotros, eso es casi imposible . Actualmente trabajo en un  molino . Llevo los libros de contabilidad, manejo los impuestos, en fin realizo  toda la tarea administrativa.  Los dueños , cinco  hermanos varones de carácter difícil y largas barbas  enmarañadas , sólo aceptan mis indicaciones. Es uno de los pocos lugares donde me siento gente. Allí, y por supuesto en mi casa, donde leo hasta el hartazgo. Amo Victor Hugo, Dostoiewsky, Tolstoi,   Pero eso no me alcanza. El ser humano necesita vivir en un lugar donde hablar, estudiar, trabajar, enojarse , reír, cantar y bailar no sea peligroso. Acá todo es oscuro . Desde que nací viví con el antisemitismo y siento que la guerra quema mis espaldas. Temo que se va a ganar un enorme dolor de cabeza conmigo. Porque , le aviso, no le va a resultar sencillo recibirme , contener mis sentimientos y aceptar mis exigencias. No soy una persona fácil. Pero soy leal y agradecida.  Le confieso que todavía no hablé con mamá…no sé como lo aguantará. Padre ya lo sabe y me apoya,  aunque se ha transformado en una persona triste que comparte mi angustia,  que  intuye  que la  guerra está al borde de su cama, y sin embargo , no se decide a actuar.  Él que  es un hombre inteligente e instruido , que me enseñó tantas cosas, hoy se le acabaron las  respuestas, y lo peor, casi  no tiene preguntas.
El kerosén se termina . Espero la documentación y los pasajes con ansiedad. Boruch, no se va a arrepentir . Pienso que yo tampoco
Rifka
******

Montevideo, 7 de Junio de 1936
Querido padre:
 Como le conté en mi carta anterior Boruch y sus amigos vinieron a recibirme al puerto. Si bien entre ellos hablan idish, ya muchos se desenvuelven en un aceptable  español. Es un idioma que muy pronto voy a dominar, estoy segura, porque se parece al francés . Usted sabe que para mi los idiomas no son problema. Fue una situación un poco extraña. Un apretón de manos, la aduana, las valijas, y todos marchando a la casa de los Chorberg , mis anfitriones. Boruch les alquila  una pieza bastante agradable . Por ahora será nuestro hogar. Les envío la foto de nuestro casamiento. Montevideo es una ciudad hermosa Vivimos en el Centro. Ya conocí las playas, los parques, las avenidas. Boruch es un buen guía. Conoce , y quiere agradarme. Este mes  comenzamos a hacer los trámites para traer a Nina. No son nada fáciles. Hacen falta innumerables papeles y recomendaciones. Recorro las oficinas, con mi español pequeño y mi inquebrantable determinación. Cuando Boruch puede, me ayuda. Él me tranquiliza: Lo vamos a conseguir, me alienta ¡ pero yo estoy tan ansiosa! Si usted estuviera acá padre, se sorprendería al igual que yo. La gente es feliz, no  hablan de guerra, caminan por la calle tranquilos, tratan de ayudarme, me dan tiempo para tratar de expresarme. Padre ¡ es un país tan libre que no sé como explicarle! . Tampoco falta comida… ¿qué digo? Sobra. Pareciera que nadie tiene hambre. Ayer, el carnicero le regaló a una señora un trozo de hígado para su gato. Me preguntó si yo también tenía gato …y ese día almorzamos hígado con cebolla. Algo impensable en Lomza . ¡ cómo disfrutaría mameñu , viendo los almacenes llenos de frutas y verduras tan verdes, tan coloradas, tan amarillas para la mesa del Shabat! ¡ tanta carne! ¡sesos! ¿ Sabe que también los sesos se regalan?
De todas maneras, no me permito  ni me permitiré  ninguna extravagancia, no,  hasta que los tenga a todos ustedes conmigo, en esta tierra que es una bendición . Boruch es un hombre sensible e inteligente, pero se conforma con poco. Es  corredor de una fábrica de punto. No se gana demasiado con eso. Y como buen judío informado,  pasa su tiempo libre discutiendo  de política y jugando al ajedrez. No lo voy a cambiar. Necesito dinero para los pasajes y a pesar de todo lo que me esfuerzo, no logro ahorrar lo suficiente. Por de pronto debo hablar bien el idioma. Conocí a una maestra que me enseña español y en pago  les doy a sus hijas  clases de  francés . Padre , estoy borracha de ideas . La gente tiene dinero y lo gasta con facilidad. Tengo que fabricar algo, usar no solo la cabeza, sino también las manos.  Necesito un poco más de tiempo. No mucho, apenas un poco más. Ubicarme , investigar, estoy segura que pronto compraré el pasaje de Nina. Y después los de Isaac . El tiene una esposa y una hijita, debo apurarme. Y el de Esthercita, y los de ustedes. Ya ve padre, respeto el orden que usted me ha impuesto.  Ustedes, mis tan queridos padres, serán los últimos. Pero vendrán. Los salvaré a todos. Si pude atravesar el océano , casarme con un  desconocido y enfrentar un nuevo país, casi sola, también podré traer a toda mi familia.  Tengan confianza en mi
Besos para todos, especialmente para mamá. Los quiero mucho.
Rifka
*****

Montevideo 25 Julio de 1937
Querido padre:
 ¡ Cuántas noticias! Lo primero: llegó Nina. Ya está instalada en casa  y se la ve bien . Hemos hablado horas y horas. Está más madura , más grande. Pronto le conseguiremos un novio , ya verá.  Ella dice que debemos apurarnos, que  la situación en Europa es cada vez más desesperante. Hace años que lo vengo diciendo y ustedes no querían escucharme . Pero tengo algunas buenas noticias . Hablo , escribo y leo español casi a la perfección y eso me ayuda muchísimo.  Nuestros conocidos se asombran. Me lo propuse y lo conseguí. Ya no doy  clases de francés. Alquilamos una casa de altos . Tiene siete habitaciones. Nos quedamos con cuatro  y sub -alquilamos  las restantes. Allí padre , instalé un taller de fantasías. ¿ cómo llegué a eso? Observando.  Se me ocurrió que podía hacer pinchos  para sujetar los sombreros de las señoras.  Después de muchos experimentos, pude hacer unos hermosos pinches de nácar. Compré agujas de coser, lo suficientemente largas y duras, perlas de azúcar, como las que comen los niños, un mechero con alcohol,  hice unas cajas de madera bien chatas donde derretí jabón de lavar, que luego se endureció,  y  un precioso nácar líquido y espeso. Así que un día  encendí el mechero, calenté las agujas  del lado del orificio hasta que  quedaron rojas  y las introduje en las perlas de azúcar. Bien derechas.  Después, una tras otra, como soldaditos , las pinché en fila , en la caja con jabón ya endurecido ,  di vuelta la caja con mi preciosa carga, y despacio, muy despacio, las introduje en  el recipiente que contenía el nácar. Un baño, después otro , con buen pulso, con mucho cuidado ¡y ya tenía mis pinchos con perlas que parecían de verdad!  Entonces  salí a venderlas. Padre….¡volaron! Resultaron  más vistosas y mas baratas que las que se venden por ahí.  Al principio Boruch  dudaba.  Pero después se convenció . Nina va a trabajar con nosotros , ella tiene buenas manos, y si hace falta tomaré alguna chica  para que nos  ayude.  Ahora sí podré ahorrar.  Además he conocido a  una señora uruguaya , muy amable  y muy sensible . Su esposo es un hombre influyente y ella le va a pedir que me ayude con los trámites. Y lo hará.
Padre , quiero decirle que me siento más segura. Las cosas irán más rápido, ya verá. Y sin embargo hay noches que no puedo dormir, y cuando por fin  atrapo unos minutos de sueño, caigo en pesadillas horrorosas, veo calles con ríos de sangre tropezando con piedras a veces pequeñas, a veces enormes  y seres sin rostro que me persiguen y yo corro y extiendo las manos y  las recojo vacías, siempre vacías. Entonces grito y golpeo la almohada y Boruch me despierta ,  me abraza ,  me calma y con mucha paciencia me ayuda a conciliar el sueño. Pero nunca descanso. Estoy faltando a la verdad. Desde que llegó Nina, duermo mejor.
Padre, no se preocupe por mi. Preocúpese por todos ustedes, cuídelos y cuídese  usted también. Y dígale a Isaac y a su familia que se preparen. Pronto recibirán los pasajes.
Los queremos.
Rifka

La nueva dirección es Ibicuy 1122 bis.

Montevideo  29 de Julio de 1938
Queridos padres:
Pienso que los pasajes para Isaac y su familia ya llegaron . Les pido por favor que me lo      confirmen  de inmediato y me cuenten  todo, necesito saber todo.    El tiempo pasa tan rápido…a veces tan despacio y yo estoy acá  , nerviosa,  esperando vuestras cartas. Las noticias que leemos en los periódicos son terribles. He decidido que usted y mamá viajen con Esthercita. No los pienso dejar solos. Ya estamos juntando el dinero para vuestros pasajes, para los tres últimos pasajes,  pero también me faltan algunos permisos. Y eso, para nuestra desesperación,  lleva su tiempo. De todas formas, empiecen a prepararse. Padre, si no puede vender la casa, no importa, déjela, regálela. De una u otra forma la van a perder. En este momento lo único que tiene valor es la vida .
Me resulta difícil comprender lo que me pasa. Nos encontramos con amigos, me preocupo de que Nina consiga un buen marido , me siento contenta cuando hacemos buenas ventas y por primera vez , acepto la idea de  un hijo  A veces me río a carcajadas de alguna cosa tonta, o disfruto de una playa con sol,  y entonces me pregunto , una y otra vez,  si no los estoy traicionando ¿ cómo  puedo reírme ,  cómo puedo  pensar en criar un niño, cómo puedo disfrutar del sol,  cuando mis seres más queridos, todavía  están en el infierno? No me quiero disculpar, no los quiero entristecer. Sólo quisiera escucharlo a usted, diciéndome como alguna vez lo hizo:  Rifka,  la vida continúa. 
¿Sabe una cosa, padre? Ya tengo la cédula uruguaya, y en cuanto pueda,  tramitaré mi carta de ciudadanía. Este es un país  que usted va a amar. Yo, que lo conozco  , lo sé. Y mamá también. Para Esthercita, estudiar acá será una bendición. La  Universidad  es gratuita . Ella es inteligente y hará una carrera.  Muchas veces pensé  en ir yo  a la Universidad, estudiar de noche, pero claro, es imposible, por ahora es imposible.  Pero  pude leer a Víctor Hugo en español . Leí “Los Miserables” por segunda vez  y me sentí tan satisfecha conmigo misma, como cuando salvaba un examen muy difícil y usted, ese día, me abrazaba.
Un beso muy grande para todos. En mi próxima carta creo que ya les podré decir que Isaac, Tania y Súrele están con nosotros.
Rifka
*****

Montevideo,  30 de Octubre de 1938
Queridos padres:
Estos días estamos contentos  y aliviados. Isaac, Tania y Súrele llegaron bien. Tuvieron un viaje difícil y  cansador ,  pero llegaron y están en nuestra casa. Por ahora vivirán con nosotros , hasta que Isaac consiga trabajo y puedan pagar un alquiler. Yo sigo con mi taller adelante y puedo afrontar estos gastos sin demasiado esfuerzo.
Días y noches hablando con Isaac. Me ahogo, no quiero hablar más , quiero gritar, abrir las ventanas y gritar, solo gritar , que todos me escuchen ,  pero no puedo y sigo hablando porque la guerra está allí. ¿ Qué falta para que Hitler invada Polonia ? Anexó Austria, para alegría de los austríacos y Europa le ofreció en bandeja de oro los Sudetes para “preservar” la paz . Nadie quiere otra guerra. Pero él si. El quiere su gran imperio alemán. Y sin judíos. A nosotros nos  persigue, como lobo hambriento . Es que para él y sus secuaces , nosotros  somos los  responsables de todos los males de la humanidad . ¿ Qué falta para que la bestia  devore el resto de Europa? Ya empezó padre, es un demente que no va a parar .
Boruch y yo seguimos trabajando duro. Cada vez falta menos. He tratado de conseguir un préstamo , pero por ahora no me han contestado. Entre los paisanos es difícil, porque todos están en lo mismo. Y los bancos tienen demasiados requisitos. De todas formas, tengan todo listo , porque pronto los vamos a traer. 
Este viernes , por primera vez en casa, hubo olor a pescado y a sopa de pollo y a varénikes y a torta de miel. Todo mezclado. Yo caminaba por la casa, olfateando como un perrito, abrazando a Tania ¡querida Tania que a pesar del cansancio del viaje quisiste prepararnos una mesa de shabat! Una mesa igual que las de mamá . Y yo que nunca supe cocinar,  que no me gusta hacerlo , hoy disfruté  de los manjares   y también , de mi tristeza.
Isaac convenció a Boruch : quería conocer la sinagoga. Creo que Isaac necesitaba ese contacto con Dios.  Boruch le presentó una cantidad de paisanos. Todos querían saber , un recién llegado de Polonia. ¿ Cómo está la gente? ¿ Se esconden? ¿Qué sabes de los ghetos?
¡ Dios mío! Debemos apurarnos. Ellos, nosotros, todos vamos a salvar a nuestras familias.
Un beso muy grande  y sigan escribiendo. No saben lo que significa , acá, el timbre del cartero . 
Rifka
*****


Montevideo, 1 de Setiembre de 1939
Queridos padres :
Tengo frente a mi el diario anunciando el comienzo de la guerra. Francia y Gran Bretaña por fin  enfrentaron a Hitler , y en este momento  estoy rogando a Dios, con la poca fe que me queda, que ustedes estén navegando . Recibí vuestra carta y se que llegaron  los pasajes;  pero no sé si han podido tomar el barco , no lo sé.
Estoy sentada sobre una silla mojada. Acabo de perder las aguas, pero no me puedo levantar. Estoy sola en casa y siento que la silla y yo somos un  solo cuerpo pegajoso. Tengo que avisarle a Boruch que el bebé se adelantó. Dos semanas. Comenzaron los dolores. Debo apurarme y llamar a mi marido . Debo  tener paciencia y esperar a mis padres  y a mi hermana . Dolor, paciencia , esperanza, otra vez dolor ¿ qué clase de dolor,? ¿ del cuerpo,  del alma?  Se me revientan las entrañas, el bebé quiere nacer, no sé  dónde están ustedes  y por primera vez soy consciente de la magnitud de mi  miedo .
Que esta carta jamás llegue a vuestras manos.
Los adoro.
Rifka
*****

Perlas de azúcar, agujas gruesas y largas, nácar, una y otra vez : pone y saca , baña y seca ,  miles, decenas de miles de pinchos y horas y días y  sábados y domingos y pasajes , tres pasajes que llegaron, si, llegaron , un milagro, lástima, padre tuvo miedo de subir a un  barco que seguro que no iba a llegar ;  los alemanes tenían aviones , bombardeaban los barcos y los hundían y ya había estallado la guerra y quien sabe… tal vez sería mejor esconderse o huir y no morir en medio del mar . Por eso no subieron al barco, lástima, el último que llegó al Uruguay . Intacto. Y no hubo otro más . No hubo otro más.

*****

Hoy es primero de setiembre de 1947. Mi hija mayor, la que nació con la guerra, cumple ocho años y esta vez, no me preguntó por sus abuelos. Todos sus amigos tienen abuelos. Los domingos comen en sus casas y en los cumpleaños ellos les traen regalos. Pero Jánele  y  su hermano no los tienen ;   y los hijos de Isaac, y los de Nina y tantos otros que  se salvaron del horror, como nosotros, tampoco. Ellos constituyen una nueva generación : la generación de los niños-sin-abuelos.  Sus familias comienzan con nosotros, y se completan con nuestros  recuerdos.
Duermo mal. Mis sueños están llenos de pesadillas. Y sin embargo, cuando despierto ya no las recuerdo. Sólo  me queda ese dolor  profundo, que comienza en la mañana y me acompaña todo el día. A veces tengo una mínima esperanza ... quién sabe, tal vez, una carta, un milagro.  
Sólo una pesadilla se repite. Y entonces la recuerdo.  Veo al globo terráqueo, inmóvil, sudando sangre. Y niños, millares de niños, tomados de la mano , bailando  a su alrededor   Los escucho cantar….si…cantan alegres canciones de niños , sonríen, mueven sus diminutos pies desnudos con gracia, las cabecitas llenas de rulos .  Miro sus ropas: están vestidos con túnicas largas, algunas rojas, otras blancas. Disfruto mirándolos.   Y de pronto todo cambia. Ya no bailan. Las gotas de sangre se transforman en ríos y sus pies se encharcan  en ese líquido espeso y oscuro.  Asustados deshacen la ronda , se aprietan , se abrazan , se juntan formando  montículos de niños carnosos. Cráteres enormes  quiebran la tierra y los tragan poco a poco  paladeando su festín, convencidos e inmutables . Me despierto y corro , corro en un egoísmo supremo, a vigilar el sueño de mis hijos, y después caigo, caigo  a los pies de sus camas y con la cabeza entre los brazos, ahogando mi grito, lloro por los tantos niños rojos que murieron y por los tantísimos niños blancos que no tuvieron la oportunidad de nacer.

· Más leídos ·

Consola de depuración de Joomla!

Sesión

Información del perfil

Uso de la memoria

Consultas de la base de datos