Jerusalén. En un video de YouTube, el ministerio del Interior ubicado en Gaza les aconseja a sus defensores que cada vez que hablen sobre los fallecidos "agreguen siempre 'víctima inocente'". En Israel, el mensaje es bastante diferente: esas mismas víctimas son catalogadas como "escudos humanos" que son sacrificadas por los "despiadados" "terroristas" de Hamás que dominan Gaza.
Hace poco, hubo millares de usuarios de celulares en Israel que recibieron un mensaje de texto que se jactaba: "Nosotros los obligamos a esconderse en los refugios como ratones", mientras que los israelíes intercambian caricaturas y videos satíricos: en uno de estos, se intercala el discurso político que hace un árabe con una cabra que babea, en otro se sustituyen las cabezas de los combatientes palestinos con los personajes de Angry Birds. Y Hamás y las Fuerzas de Defensa de Israel están circulando video clips extraordinariamente parecidos en los que aparecen edificios que explotan con bandas sonoras aturdidoras que evocan las películas de suspense de Hollywood.
"Llegó el momento de la venganza", advierte un video de Hamás, en hebreo. Un video israelí, en el que se hace burla de los acentos palestinos, dice: "Escucha, Balestina, este es un mensaje para Gaza: vamos a matar a los de Gaza", el cual añade: "¡Las FDI son fuertes! ¡Gaza es débil!"
La guerra terrestre entre Israel y Hamás se intensificó nuevamente el domingo con muchas más muertes de civiles y soldados. Pero ese es solo un campo de batalla. Ambos bandos observan que hay otro campo de batalla –el choque de relatos, la lucha por la opinión interna y por la opinión internacional –que tiene apuestas a largo plazo igual de elevadas y quizás hasta más duraderas que el combate sobre el terreno.
Durante generaciones, se han desarrollado guerras de propaganda política junto al campo de batalla. Pero los analistas dijeron que el recrudecimiento entre Israel y la Franja de Gaza ha traído un nuevo nivel de deshumanizante lenguaje de odio y un enredo de los temas centrales de discusión con amenazas incendiarias, al emitir los medios sociales una explosión de voces, una arremetida de información poco fiable, y mezclas creativas de íconos de la cultura pop con imágenes de guerra.
Dijeron los analistas que el secuestro y asesinato de los adolescentes que ayudó a sentar las bases de la última escalada había demostrado también un traspaso de una lucha política a un tipo de riña de palabra personal y sangrienta que aviva la mofa y los comentarios de odio que vuelan en ambas direcciones así como también la riña se aviva por estos.
Etgar Keret, novelista israelí, dijo que se había sentido incómodo por algunos de los términos preferidos por los periodistas, políticos e inclusos amigos de Tel Aviv. No hay una palabra en hebreo para "asesinato", dijo Keret, por lo que las matanzas de los operativos de Hamás se describen con una frase que significa "obstrucción concentrada". En lugar de "civiles", dijo, a veces las mujeres y los niños asesinados se denominan "no involucrados".
Dijo Keret: "Hay algo en cuanto a esto de 'no involucrados', hay algo pasivo en cuanto a esto". "Uno reconoce que no es alguien que trate de destruirlo a uno, pero no se le concede ninguna otra identificación. "No era un niño que quería aprender a tocar el piano", dijo, a la vez que agrega: "no era más que alguien que no nos quiso apuntar".
Aquí existe una larga historia de eufemismos como estos. El periodista Amos Elon la denominó "lavado de palabras", y David Grossman estudió el fenómeno en "El Viento Amarillo", un estudio que hizo en 1987 de la vida de los palestinos bajo la ocupación israelí. "La sociedad que se encuentra en crisis forja para sí misma un nuevo vocabulario", escribió, "que usa palabras que ya no describen la realidad, sino que intentan, en cambio, ocultarla".
Dalia Gavriely-Nuri, experta en el discurso de guerra y afiliada a las universidades de Jerusalén y de Tel Aviv, señaló que el nombre hebreo que se usa para denominar la operación actual se traduce como "acantilado fuerte", una referencia a la naturaleza, como los nombres del 35 por ciento de las campañas militares israelíes desde que se estableciera el estado en 1948, según la investigación que realizó.
Dijo: "Hacer uso de las fuerzas de la naturaleza les quita la responsabilidad a los líderes y a los ciudadanos". "Nadie es responsable cuando uno se encuentra sentado, digamos, debajo de un tsunami o de un terremoto. Este es un proceso psicológico que ayuda a las personas que están involucradas en un conflicto o en una operación a sobrevivir a la situación".
Las redes sociales han potenciado la guerra de propaganda política.
"Se observa furia y desesperación, se observa angustia y empatía, y también se observa una amplia difusión de videos, fotos, infografías, hashtags emergentes y memes", dijo William Youmans, profesor de medios de comunicación y asuntos públicos de la George Washington University, especializado en el Medio Oriente. "Se leen relatos super-triunfalistas. Puede parecer casi como si hincharan por distintos equipos deportivos alentando al suyo. Eso es algo muy distinto al verdadero sufrimiento que se está dando".
Los defensores palestinos localizaron un sinfín de mensajes que colgaron los adolescentes israelíes en Twitter que exigen que se mate a todos los árabes. Los que apoyan a Israel recogen comparaciones que se hacen de sus líderes con los nazis. El medio de comunicación les da un megáfono a los extremistas radicales y también presiona a la burocracia a utilizar formas demasiado sencillas y despreocupadas para referirse al tema que pueden ser hirientes.
Ambos lados están organizados y son enérgicos, aunque el hashtag #GazaUnderAttack ha sido usado en casi cuatro millones de mensajes de Twitter, comparado con los 170.000 mensajes para # IsraelUnderFire, según Topsy, un buscador de redes sociales. Youmans lo atribuyó a una mayor compasión que existe por los palestinos, pero dijo también que Israel cuenta con una campaña más coherente que impulsan las instituciones.
Fue durante la última invasión terrestre de Israel en Gaza, en el año 2009, cuando un soldado de la unidad de asuntos públicos de los militares, Aliza Landes, pagó por una cuenta WordPress con su propia tarjeta de crédito y comenzó a publicar imágenes de batallas en YouTube porque se dio cuenta de que "si no lo pones por ahí, no vas a ser parte de la conversación".
En este momento, hay 40 personas en la unidad interactiva de las Fuerzas de Defensa de Israel, en la cual figuran videógrafos, personas que realizan películas animadas, artistas gráficos y programadores, quienes producen misivas una detrás de otra como si nada en seis idiomas, en muchas plataformas, en un tono mucho más contundente que el típico comunicado de prensa. Decía durante el fin de semana en Twitter: "Israel utiliza la Cúpula de Hierro para proteger a sus civiles. Hamás utiliza a los civiles para proteger sus cohetes".
Hamás ha tratado también de aprovechar las redes sociales, aunque la categorización que le han dado los Estados Unidos y otros países occidentales como grupo terrorista ha llevado a que Facebook bloqueara algunas cuentas oficiales. El Twitter hebreo del ala de los militares tuvo un divertido y correcto intercambio el otro día en el cual los israelíes corregían su gramática.
Un video en YouTube producido por Hamás de "lo que se debe hacer y lo que no", sobre el cual escribió el sitio de noticias The Times of Israel este mismo mes, arroja un poco de luz sobre la estrategia palestina. No publiques imágenes de cohetes que se lanzan desde las ciudades, advertía, para que Israel no las utilice para justificar los ataques sobre las zonas pobladas. No publiques primeros planos de personas armadas que estén enmascaradas; de lo contrario se te puede clausurar la página por incitar a la violencia. Aconsejó que se empezara con "en respuesta al cruel ataque israelí". "No se pierde nada con publicar las imágenes de las víctimas".
Los activistas palestinos se han quejado por el lenguaje deshumanizante usado por los líderes israelíes. La noche en la cual se encontraron los cuerpos de los tres adolescentes israelíes que habían sido secuestrados, el primer ministro Benjamín Netanyahu denominó a los asesinos como "bestias". Ayelet Shaked, miembro del Parlamento del ala derecha, colgó en Facebook un artículo del año 2002 que denominaba a todo el pueblo palestino como "el enemigo", y catalogó a los así llamados mártires como "serpientes" e indicó que se debía asesinar a las madres.
"Antes, vimos que cuando la gente decía cosas racistas, muchas autoridades lo denunciaban. Esta vez, todo el mundo calló", dijo Hassan Jabareen, director de Adalah, centro legal de los derechos de los árabes en Israel. Los llamamientos a "matar a todos los árabes" venían de los grupos extremistas que el derecho israelí los define como terroristas, dijo Jabareen, pero "hoy en día se oye por todos lados".
"Muchos, pero muchos árabes sienten que hoy en día no es seguro caminar libremente en las ciudades judías o en una ciudad mixta por este fenómeno", añadió.
En los noticieros israelíes, el debate de los muertos se da a menudo en un contexto diplomático (cuántas víctimas tiene que haber para que el mundo exija un alto a las hostilidades) en vez de darse en un contexto más humano y moral.
"No quiero denominarlo deshumanización, porque es una palabra cargada de implicaciones; es entumecedor: la genta es justa, no lo demuestra, pero está aturdida", dijo Michael B. Oren, historiador y ex – embajador de Israel en Washington que pasó varias horas a diario en la televisión israelí y en la televisión internacional.
"En los clásicos escenarios de deshumanización, ya sea en la Alemania nazi o en Ruanda antes del genocidio, uno se refiere al enemigo como si fueran ratas y cucarachas, y eso le permite a uno matarlos a gran escala", dijo Oren. "No los denominamos a los palestinos como cucarachas". Sin embargo, agregó, "Es muy difícil poder sentir compasión por el otro cuando se tienen cohetes apuntados a la familia de uno".
Fuente: New York Times
Traducción al español: Rodrigo Varscher